Saca al perro de la terraza y esteriliza al gato: entra en vigor la ley de Bienestar Animal y esto es todo lo que cambia

La ley dice que los animales deben mantenerse «en unas condiciones de vida dignas». Para ello, se fijará mediante reglamento las características que deberán contar las especies que vivan en jaulas, acuarios, terrarios y similares, y cuál deberá ser el adecuado tamaño. En el caso de los perros y de los gatos, lo que se considera infracción grave a partir de este viernes es mantenerlos de forma permanente «en terrazas, balcones, azoteas, trasteros, sótanos, patios y similares o vehículos«.

Además, no se podrá dejar sin supervisión a cualquier animal de compañía durante más de tres días consecutivos; y en el caso de los perros, este plazo no podrá ser superior a veinticuatro horas consecutivas.

Además, en caso de pérdida o robo se deberá comunicar a las autoridades en un máximos de 48 horas.

La ley busca el «sacrificio cero» de las mascotas y solo se podrá practicar la eutanasia en condiciones muy concretas. De hecho, este es uno de los puntos que critican los veterinarios. «La imposibilidad de decidir, por parte del propietario o del profesional veterinario, la aplicación de una muerte digna para nuestros compañeros animales en los casos en los que existe tratamiento de sus patologías o medidas paliativas pero no se puede acceder a ellas por motivos económicos, nos deja con las manos atadas para la aplicación del criterio del profesional veterinario. Estas situaciones nos pueden abocar a la supervivencia de los animales en situaciones cercanas al maltrato«, avisaba el Consejo General de Colegios Veterinarios de España en una carta a los grupos parlamentarios del Congreso.

Será obligatorio esterilizar a todos los gatos desde que estos cumplan seis meses, y además tendrán que ser identificados con microchip. En el caso de los perros, la cría solo podrá ser ejercida por aquellos que estén inscritos y certificados como criadores profesionales. En caso contrario, el dueño podría enfrentarse a sanciones de entre 500 y 10.000 euros. Según el texto, los dueños no inscritos como criadores tendrán que «adoptar las medidas necesarias para evitar la reproducción incontrolada de los animales de compañía«. Es decir, o la esterilización o el control del animal.

Se prohíbe el uso de cualquier herramienta de manejo que pueda causar lesiones al animal, en particular collares eléctricos, de impulsos, de castigo o de ahogo, dice la ley.

La ley prohíbe explícitamente «la venta directa de cualquier tipo de animal de compañía a través de internet, portales web o cualquier medio o aplicación telemáticos». Los anuncios lícitos tendrán que incluir el número de registro del criador o el núcleo zoológico del establecimiento de venta.

Las tiendas que vendan perros, gatos y hurones tienen un año más para poder hacerlo, pero después estos solo se podrán adquirir desde su criador. En las tiendas se podrán comprar el resto de animales permitidos.

En los próximos dos años, el Gobierno deberá crear seis listas que identificarán las mascotas que podrán tenerse. Es el llamado 'listado positivo'. Es decir, esta lista todavía no existe, pero la idea es que conste de varios bloques: mamíferos, reptiles, aves, peces... En él se especificarán los animales que sí se puede tener en casa. Lo que sí dice ya la norma es que perros, gatos y hurones estarán permitidos, así como las aves de cetrería y los animales de acuariofilia no incluidos en el catálogo de especies exóticas invasoras ni de especies silvestres protegidas. Desde el Ministerio de Derechos Sociales aseguran que también estarán permitidos pequeños roedores como hámsters o aves como periquitos.

Mientras, la ley ha creado una disposición transitoria en la que indica las características de los animales prohibidos. Aquellas personas que tengan uno de ellos tendrán que comunicarlo a las autoridades en los próximos seis meses:

1. Artrópodos, peces y anfibios cuya mordedura o veneno pueda suponer un riesgo grave para la integridad física o la salud de personas y animales.

2. Reptiles venenosos y todas las especies de reptiles que en estado adulto superen los dos kilogramos de peso, excepto en el caso de quelonios.

3. Todos los primates.

4. Mamíferos silvestres que en estado adulto superen los 5 kg.

5. Especies incluidas en otra normativa sectorial a nivel estatal o comunitario que impida su tenencia en cautividad.

Otro de los puntos polémicos de la ley es la gestión de las colonias felinas callejeras. Los ayuntamientos deberán controlar los gatos comunitarios, para lo que tendrán que censarlos, identificarlos, esterilizarlos y controlar su salud y alimentación, quedando prohibido su sacrificio. Además, las entidades locales deben instalar refugios para garantizar «la calidad de vida de los gatos de las colonias», y formar tanto a las personas cuidadoras de las colonias como a los miembros de las policías locales.

Sin embargo, la ley de Bienestar Animal entra en vigor a medio gas. El curso de formación para los nuevos propietarios, la creación de un registro estatal que incluya a todos los animales de compañía (no solo perros) y el seguro de responsabilidad civil obligatorio para los dueños de perros todavía no serán una realidad. Son puntos que necesitaban un reglamento y que tendrán que esperar a que haya un nuevo Gobierno para poder aprobarse.

En el caso del seguro, sin embargo, los dueños de perros potencialmente peligrosos sí que deben contar con uno, como ya establecía la norma anterior, con una cobertura mínima por daños de 120.000 euros. También será obligatorio en las comunidades donde la legislación autonómica así lo fijara antes, Madrid y País Vasco.

Todas estas nuevas normativas aplicables a los canes no serán aplicables a los perros de caza o a los de pastoreo, tal y como solicitaban los sectores afectados. Tampoco afecta a las rehalas y a los perros de trabajo, así como a las aves de cetrería y a algunos cetáceos que viven en zoos y delfinarios.