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Reino Unido alerta del riesgo de Ozempic para las mujeres que buscan quedarse embarazadas o están en período de lactancia

Tampoco serían recomendables para los períodos en los que se intenta concebir, dado el insuficiente conocimiento científico sobre sus efectos en el desarrollo fetal

El superventas Ozempic para adelgazar ya tiene competencia: Mounjaro promete pérdidas de peso superiores

GUILLERMO NAVARRO
Ivannia Salazar

Ivannia Salazar

Corresponsal en Londres

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El uso creciente de medicamentos inyectables para la pérdida de peso, conocidos en inglés como 'skinny jabs', ha encendido las alertas de las autoridades sanitarias británicas, especialmente en lo relativo a su uso por parte de mujeres en edad fértil. La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido (MHRA, por sus siglas en inglés) ha emitido una advertencia contundente sobre los riesgos potenciales que estos fármacos podrían representar durante el embarazo, la lactancia y los períodos en los que se intenta concebir, dado el insuficiente conocimiento científico sobre sus efectos en el desarrollo fetal.

Los medicamentos implicados, entre ellos Ozempic, Wegovy, Mounjaro, Saxenda y Victoza, pertenecen a una clase de compuestos que actúan imitando la acción de las incretinas, hormonas gastrointestinales que regulan el apetito y la glucosa. Aunque algunos de estos productos han sido aprobados como tratamiento para la diabetes tipo 2 o la obesidad, su popularidad se ha disparado más allá de los entornos clínicos debido a su efecto de supresión del apetito, lo que ha llevado a un uso cada vez más extendido, incluso fuera de indicaciones médicas estrictas. Esta situación ha motivado la preocupación de médicos, farmacéuticos y reguladores, quienes temen que muchas usuarias no estén plenamente informadas de las contraindicaciones ni asesoradas de forma adecuada.

Según el comunicado oficial emitido por la MHRA, «estos medicamentos no deben utilizarse durante el embarazo, mientras se intenta concebir ni durante la lactancia», subrayando que aún no se dispone de datos suficientes para establecer su seguridad en estas circunstancias. Además, se recomendó a las mujeres que utilizan estos tratamientos que recurran a métodos anticonceptivos eficaces durante el uso del medicamento y, en algunos casos, hasta dos meses después de su suspensión. En concreto, se ha establecido un período de espera de dos meses para Wegovy y Ozempic, y de un mes para Mounjaro.

Una de las principales preocupaciones de las autoridades sanitarias se relaciona con los efectos gastrointestinales comunes de estos medicamentos, como los vómitos y la diarrea, que pueden comprometer la absorción de anticonceptivos orales y, en consecuencia, aumentar el riesgo de embarazos no deseados. Así lo explicó a la prensa local Ying Cheong, consultora en medicina reproductiva en la Universidad de Southampton, quien calificó la advertencia de la MHRA como «necesaria y oportuna», dado que estos efectos colaterales podrían reducir la eficacia de la píldora anticonceptiva, especialmente en mujeres con sobrepeso u obesidad, quienes constituyen precisamente el grupo principal al que se destinan estos tratamientos.

La evidencia científica sobre los efectos de estos medicamentos durante el embarazo es aún muy limitada. Rebecca Reynolds, profesora de medicina metabólica en la Universidad de Edimburgo, señaló que «apenas hay datos disponibles de estudios en humanos que permitan determinar la seguridad de estos fármacos durante la gestación», aunque los estudios en animales han revelado posibles riesgos, entre ellos bajo peso al nacer y anomalías esqueléticas.

La doctora Alison Cave, responsable de seguridad de la MHRA, enfatizó que si bien los estudios en animales han mostrado efectos perjudiciales sobre el desarrollo fetal, «aún no sabemos si estos efectos se reproducen en humanos, por lo que se necesita mucha más información para llegar a una conclusión definitiva». Esta incertidumbre motivó la inclusión de nuevas advertencias en la documentación oficial de los medicamentos y la recomendación de consultar inmediatamente a un profesional sanitario en caso de embarazo durante el uso de estos fármacos.

Los expertos también advierten que el uso de estas inyecciones debe ir acompañado de una revisión integral del método anticonceptivo utilizado. El doctor Bassel Wattar, consultor en obstetricia y ginecología en los hospitales universitarios de Epsom y St Helier, recomendó optar por métodos no orales, como el implante subdérmico o el dispositivo intrauterino, al considerarlos más fiables durante el tratamiento con estos medicamentos. Wattar subrayó que, en algunos casos, la pérdida significativa de peso puede restaurar la ovulación natural y aumentar la fertilidad, lo cual añade una capa de complejidad que requiere una planificación médica cuidadosa,

En paralelo, el Servicio Asesor Británico para el Embarazo (BPAS, por sus siglas en inglés) ha denunciado los obstáculos que enfrentan muchas mujeres para acceder a su método anticonceptivo de elección, ya sea por la escasez de citas, listas de espera prolongadas o altos costes, lo que agrava la situación de riesgo en contextos donde la información médica es escasa o confusa.

Se pueden adquirir fuera del sistema sanitario oficial

La situación se complica aún más por la facilidad con la que estos fármacos pueden adquirirse fuera del sistema sanitario oficial. Aunque su uso en el Servicio Nacional de Salud (NHS) está reservado a personas con un índice de masa corporal (IMC) muy elevado, los medicamentos pueden comprarse en farmacias privadas o en línea. La MHRA ha detectado incluso su comercialización ilegal a través de redes sociales o en establecimientos de estética, donde no existe ninguna garantía de control médico ni asesoramiento especializado.

Hasta la fecha, la MHRA ha recibido aproximadamente cuarenta notificaciones relacionadas con embarazos en mujeres que utilizaban estos medicamentos, según datos recopilados a través del sistema de reporte Yellow Card, que permite a la ciudadanía informar sobre posibles efectos adversos. Algunas de esas notificaciones correspondían a embarazos no deseados, lo que refuerza la hipótesis de una absorción deficiente de anticonceptivos orales en mujeres bajo tratamiento con GLP-1.

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