La regulación de la gestación subrogada: así está en España y en el resto del mundo

La legislación española establece que la gestación subrogada es nula de pleno derecho. Así lo constata el artículo 10 de la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida, en su primer apartado: «Será nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna a favor del contratante o de un tercero». En el siguientes apartados se establece que la filiación de los niños será determinada por el parto.

Además, el Gobierno fue un paso más allá en la reciente reforma de la ley del aborto, considerándola violencia reproductiva contra la mujer. Añade también la prohibición «de la promoción comercial de la gestación por sustitución», así como la promoción de la información «a través de campañas institucionales, de la ilegalidad de estas conductas, así como la nulidad de pleno derecho del contrato por el que se convenga la gestación».

Sin embargo, los españoles que recurren a la gestación por sustitución en los países donde es legal pueden inscribir a los bebés como sus hijos al llegar a España. Esto ocurre en base a la instrucción de 5 de octubre de 2010, de la Dirección General de los Registros y del Notariado, sobre régimen registral de la filiación de los nacidos mediante gestación por sustitución, que así lo permite.

Y la realidad es que es una técnica a la que cada año recurren cientos de españoles. Según los datos que facilitó a ABC el Ministerio de Exteriores a través del Portal de Transparencia, desde 2010 y hasta 2020 España inscribió a al menos 2.350 menores nacidos por gestación subrogada en las distintas oficinas consulares y misiones diplomáticas.

Según esos datos, entre 2017 y 2020 se recibieron 1.707 solicitudes para inscribir a bebés nacidos por maternidad subrogada como españoles, de las que solo 291 fueron denegadas. La mayoría de los registros fue de niños nacidos en Ucrania, seguido de los gestados en Estados Unidos, los dos principales países donde los ciudadanos españoles acuden a llevar a cabo el proceso.

Ucrania es precisamente el país al que más recurrían las parejas españolas que recurrían a la gestación subrogada antes del estallido de la guerra. La legislación del país establece que es legal, pero solo para matrimonios heterosexuales en los que además la mujer acredite un problema médico que le impida gestar. El esperma sí debe ser del hombre para luego realizar una prueba de ADN que permita acreditar que el niño es su hijo. Al menor se le da un pasaporte ucraniano en el que figuran los españoles como sus padres y una vez en España tienen que pasar por un proceso judicial para nacionalizar al bebé.

El proceso es Georgia, donde también acuden parejas españolas, especialmente tras el estallido de la guerra en Ucrania, es similar. Aunque en este caso no es necesario que la pareja esté casada, pero sí debe estar compuesta por un hombre y por una mujer que no pueda quedarse embarazada.

Grecia es otro de los países europeos que permite la gestación subrogada, aunque solo para parejas heterosexuales o mujeres solteras. El acceso para extranjeros es posible desde julio de 2014, pero su regulación presenta aún algunas lagunas. En principio, solo se permite de forma altruista, pero abre la puerta a que se pueda pagar a la mujer gestante por gastos médicos y molestias derivadas del embarazo.

En Estados Unidos es cada estado el que tiene su propia regulación al respecto. En estados como Florida, California o Illinois se permite acceder a este método tanto a parejas homosexuales, como heterosexuales como a personas solteras. Otros, en cambio, tienen más requisitos, como Tennessee, donde el material biológico debe ser de ambos miembros de la pareja o Utah, donde deben estar casados.

Hay, del mismo modo, otros estados en los que no es legal y es un contrato de nulo derecho, así como otros donde se considera delito penal.

En general, la gestación subrogada en Estados Unidos puede costar alrededor de 100.000 euros, muy superior a lo que supone en países como Ucrania, unos 50.000 euros. En EE.UU., el bebé ya llega a España con certificado de nacimiento y pasaporte en el que constan los españoles como padres. Se hace a través de una sentencia judicial que registra directamente al niño como español. También en Canadá se regula de esta forma.

En México, algunas provincias permiten también la gestación subrogada, que en principio prohíben a los extranjeros, pero algunos juzgados sí emiten sentencias en las que constatan la paternidad de quienes recurren a este método.

India, por su parte, solo la permite para ciudadanos indios y Tailandia también la prohíbe para ciudadanos extranjeros.