¿Pueden las conversaciones con la IA producirnos psicosis? Esto es lo que dice la ciencia
Este avance tecnológico no solo plantea oportunidades, también abre una serie de inquietantes interrogantes sobre sus efectos en la mente humana
La zarzuela viaja al futuro de la mano de la Inteligencia Artificial
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa inteligencia artificial (IA) ha pasado en muy poco tiempo de ser un concepto futurista a convertirse en una herramienta cotidiana. Está en nuestros teléfonos, en los buscadores de internet, en los sistemas de diagnóstico médico y hasta en la organización ... del trabajo en las empresas. Ha mejorado la detección temprana de algunos tipos de cáncer, facilita la educación a distancia y permite optimizar desde el transporte hasta la atención al cliente. Sin embargo, este despliegue tecnológico no solo plantea oportunidades, también abre interrogantes sobre sus efectos en la mente humana.
En los últimos meses, psicólogos y psiquiatras han empezado a prestar atención a un fenómeno que parecía impensable, personas que, tras mantener conversaciones prolongadas con chatbots como ChatGPT o Microsoft Copilot, desarrollan episodios psicóticos. La cuestión es compleja y la evidencia aún escasa, pero la inquietud se ha instalado en la comunidad científica.
De acuerdo con un trabajo preliminar publicado recientemente, al menos 17 personas han manifestado cuadros de psicosis después de interactuar con estas herramientas. Los afectados llegaron a experimentar lo que describieron como 'despertares espirituales' o la revelación de supuestas conspiraciones, en un contexto en el que dejaron de distinguir entre lo real y lo imaginario.
La 'psicosis de la IA'
El trastorno psicótico se caracteriza por una alteración profunda en la percepción de la realidad: aparecen alucinaciones, delirios y creencias firmemente sostenidas aunque sean falsas. Tradicionalmente, sus causas se han relacionado con enfermedades como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, situaciones de estrés extremo o el consumo de alcohol y drogas. Que la inteligencia artificial pueda sumarse a estos desencadenantes es todavía una hipótesis, pero ya ha sido bautizada de forma informal como 'psicosis de la IA'.
El psiquiatra Søren Østergaard, de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), explica en declaraciones a la revista Nature que no existen aún pruebas concluyentes, aunque sí teorías plausibles. Una de ellas apunta al diseño mismo de los chatbots, ya que están programados para ofrecer respuestas coherentes y con apariencia humana, lo que podría amplificar la confusión en personas que ya tienen dificultades para separar lo verdadero de lo ilusorio.
Un grupo de investigadores británicos va más allá y sugiere que las conversaciones con estos sistemas pueden derivar en un bucle de retroalimentación. Es decir, si un usuario menciona ideas paranoicas, el chatbot podría, sin proponérselo, reforzar esas creencias a medida que continúa la interacción. En un experimento publicado como preimpresión el pasado 2 de julio, los científicos simularon diálogos en los que tanto el usuario como la IA terminaban alimentando mutuamente su paranoia.
¿Quién tiene mayor riesgo?
Aunque este fenómeno es todavía minoritario, los expertos coinciden en que las personas con antecedentes de salud mental son las más vulnerables. Según Østergaard, algunos individuos pueden experimentar su primer episodio psicótico tras interactuar con la IA, pero en la mayoría de los casos ya existe una predisposición genética o factores de riesgo previos, como el estrés crónico o el abuso de sustancias. El especialista también plantea que los chatbots podrían agravar los cuadros característicos del trastorno bipolar, al reforzar síntomas como el estado de ánimo eufórico o la sensación de poder desmedido.
Por su parte, la neurocientífica Kiley Seymour, de la Universidad Tecnológica de Sídney (Australia), añade el aislamiento social como otro factor a tener en cuenta. En su opinión, quienes apenas mantienen contacto con amigos o familiares carecen de ese 'contrapeso humano' que permite cuestionar pensamientos distorsionados. Hablar con otras personas, señala, ofrece pruebas de contraste que ayudan a mantener el juicio de la realidad. En cambio, para individuos sin predisposición a la psicosis, el riesgo de desarrollar un cuadro de este tipo sería similar tanto si interactúan con un chatbot como si no lo hacen.
La necesidad de más investigación
Lo cierto es que aún falta evidencia sólida para determinar si existe una relación causal entre el uso de chatbots y la aparición de psicosis. Hasta ahora, los estudios se han limitado a casos aislados y a experimentos simulados. Los especialistas reclaman investigaciones más amplias que incluyan a personas sin antecedentes de problemas psiquiátricos, con el objetivo de aclarar si estamos ante un fenómeno emergente o únicamente ante la exacerbación de trastornos preexistentes.
La IA se corona como agravante en el acoso escolar
Carlota FominayaEn el último curso han crecido los casos de ciberbullying y el uso de la inteligencia artificial para llevarlos a cabo
La inteligencia artificial se presenta como una de las mayores revoluciones tecnológicas de nuestra era. Sus aplicaciones son inmensas y, en muchos casos, beneficiosas. Pero como cualquier innovación, no está exenta de riesgos y entender sus efectos psicológicos será clave para aprovechar su potencial sin pasar por alto las posibles consecuencias para la salud mental.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete