Los problemas ocultos de la escuela catalana: aulas a 40 grados y tres meses sin profesor de Matemáticas
Escuelas e institutos piden «soluciones urgentes» para resolver el exceso de alumnado y la falta de infraestructuras
Docentes acusan al departamento de «priorizar proyectos ideológicos» y obviar las necesidades reales del sistema
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Barcelona
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Iniciar sesiónAulas a 40 grados, escuelas al 110 por ciento de su capacidad, centros que se costean sus propias obras, y escuelas sin profesor de Matemáticas y Física durante meses. La educación catalana lleva años enferma y la Generalitat «solo le prescribe remedios para lo ... que le interesa, para sus proyectos ideológicos, y todo eso ocupa la última de sus prioridades«, denuncia en declaraciones a este diario Carlos Silva, portavoz de la plataforma de maestros y profesores Docentes Libres.
Las últimas acciones del Govern para resolver los déficits estructurales y de plantillas de los centros catalanes «no solucionan los problemas endémicos del sistema», señalan fuentes del sindicato CC. OO. de Cataluña. Centros y padres se han plantado «ante la desidia del Govern». Le exigen «soluciones urgentes» para resolver «los déficits graves» del sistema que se arrastran desde hace años e »impactan sobre el derecho a la educación de los alumnos, las condiciones laborales de los profesores, y la calidad del acto educativo«, denuncian los citados portavoces.
Las elevadas temperaturas en algunos centros sin climatización y con malas condiciones de ventilación son uno de los problemas que más impactan en alumnos y profesores. Hace un par de semanas, el Parlamento catalán dio luz verde a una propuesta de resolución impulsada por el PSC en la que, en uno de los puntos, insta al Govern a «aprobar un plan de adecuación y transformación de las infraestructuras educativas de Cataluña a la emergencia climática, para mejorar la eficiencia y ahorro energético en los centros educativos, impulsar la instalación de energías renovables y garantizarles una climatización sostenible y saludable para hacer frente a las nuevas condiciones derivadas del cambio climático«.
A finales del curso 2021-2022 saltaron las alarmas por las altas temperaturas en las aulas de algunas escuelas públicas de Barcelona. A comienzos del curso 2022-2023, en el Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Auró, del Ensanche barcelonés, la situación fue extrema con temperaturas que superaron los 40 grados en algunas clases, según denunciaron desde la Asociación de Padres y Madres (AFA) del centro educativo, de titularidad pública.
«Escuelas Horno»
Las familias de este colegio se rebelaron contra la desidia del Consorcio de Educación (participado en un 60 por ciento por la Generalitat y en un 40 por ciento por el Ayuntamiento de Barcelona) y movilizaron todos los dispositivos que estaban en sus manos para hacer visible su reclamación. «Hemos denunciado la situación en los medios y en las redes sociales, hemos impulsado comunicados conjuntos con otras direcciones de centros y AFAS que luchan por lo mismo. También hemos acudido a la Inspección de Trabajo, al Ayuntamiento de Barcelona, al departamento de Educación, al Síndic de Greuges de Barcelona (Defensor del Pueblo de la ciudad), a la Agencia de Salud Pública de Barcelona, a los servicios de Prevención de Riesgos Laborales de algunos sindicatos, e incluso hemos pedido a la Sociedad Catalana de Pediatría que valore los riesgos que conlleva para los alumnos recibir las clases en estas condiciones«, señalan en declaraciones a ABC portavoces de l'AFA del Auró.
La respuesta del Consorcio desde el pasado mes de septiembre se limitó al envío de una partida de ventiladores de pie, un total de 36. Les prometieron para «las vacaciones de Semana Santa», un refuerzo de ventiladores pero de techo, aunque no llegaron en la fecha anunciada. Reclamaron lo prometido hace unas semanas al Consorcio y el director de equipamientos les respondió que «se está llevando a cabo una caracterización de todos los centros de la ciudad, técnica y ambiental de las instalaciones que tienen esas necesidades« y en función de esta clasificación »veremos las actuaciones más coherentes a realizar«. El viernes les llamaron para anunciarles que, finalmente, esta semana les instalarían los prometidos ventiladores de techo. Al cierre de esta edición, no habían llegado.
La directora de la escuela Auró, Elisenda Lozano, expresa en declaraciones a ABC su «indignación» por la falta de respuesta durante tanto tiempo de las autoridades educativas ante «un problema que afecta a la salud de los alumnos y de los profesores». «Aún no hemos llegado al verano y nuestras aulas están de media a 30 grados. Agradezco la llegada de los ventiladores pero ya he dicho en varias ocasiones a las autoridades educativas que los ventiladores no son una solución al problema, solo remueven el aire caliente. La solución para nuestro centro, por sus características, sería el aire acondicionado», precisa Lozano.
Desde la Consejería de Educación, preguntados por este medio sobre esta situación, se han limitado a afirmar que es competencia del Consorcio y que la portavoz del Govern se había pronunciado esta semana sobre el problema de calor en las aulas. «Se desplegará un plan de actuaciones para que cuando haya una ola de calor estén preparados los colegios y tengan más confort técnico», dijo Patrícia Plaja en declaraciones a los medios. A pocos meses de acabar las clases, las familias dan por perdida una solución para este curso. «La escuela empieza a ser un horno de nuevo», lamenta una madre de la escuela Auró.
Sin profesor de Física a dos meses de la Selectividad
Otro problema grave que impacta en la calidad docente y en el rendimiento de los alumnos es la falta de profesorado. No se cubren las vacantes y eso perjudica a los profesores que hay en plantilla que deben hacer un sobreesfuerzo para cubrir ese déficit de personal y, sobre todo, a los estudiantes. En el instituto público de Masquefa (Barcelona) los alumnos de 4º curso de ESO y de Bachillerato llevan desde diciembre sin profesor de Física y Química y de Matemáticas.
«El centro está utilizando docentes de esta especialidad asignados a cursos más bajos para hacer encaje de bolillos y que cubran algunas clases de estos cursos superiores. Cuando están con los del curso que les corresponde a los de 4º de ESO y Bachillerato les ponen deberes y viceversa», señala en declaraciones a este diario Pilar Irigaray, vocal de la Asociación de Madres y Padres (AFA) del instituto. «Esto perjudica a los alumnos de estas etapas, pero especialmente a los de Bachillerato, que están angustiados porque no van a asumir la competencia y están en puertas de la Selectividad de junio», denuncian desde la AFA del centro.
Las quejas de alumnos y familias han hecho que el instituto y el Ayuntamiento de la localidad busquen una solución de urgencia, según explican los representantes de las familias. «El ayuntamiento nos ha cedido el casal de verano para que los alumnos en el tiempo que no reciben la clase porque les falta profesor puedan ir a repasar las materias. La idea es que lleguen a la Selectividad un poco más preparados», explican desde el AFA. «Estamos haciendo piña entre todos para responder a las necesidades que no nos cubre la Generalitat. No queremos que los alumnos salgan perjudicados», añaden.
Laia, alumna de 3º de ESO del instituto, denuncia en declaraciones a ABC que «llevamos sin profesor de Física y Química desde Navidades y tenemos dos horas a la semana de esta materia; una la hacemos con la profesora de otro grupo y la otra no la hacemos». Otra alumna del mismo instituto dice estar también «sin profesores de estas materias desde hace dos o tres meses y durante todo el curso me han faltado docentes de Matemáticas, Física, Química y Biología. De las 30 horas que toca hacer a la semana solamente estoy haciendo trece», asegura.
Casi 600 alumnos de más en L'Hospitalet
Otra emergencia educativa que desoye la Generalitat es la saturación de las ratios. La situación es «especialmente de emergencia» en la zona norte de L'Hospitalet de Llobregat, localidad colindante a Barcelona con una alta tasa de inmigración y un gran impacto de la denominada 'matrícula viva' (alumnos que llegan a los centros una vez finalizada la fase oficial de la matrícula). Solo en la etapa de Educación Primaria, en esta zona, que comprende los barrios de Collblanc, Torrassa, la Florida, y Pubilla Casas, hay actualmente 578 alumnos de más «calzados» en el sistema (el problema se localiza en los tres primeros barrios) sin que «haya para ellos una planificación adecuada», denuncia en declaraciones a ABC Carlos Nadal, delegado sindical de CC. OO. en L'Hospitalet de Llobregat.
El responsable sindical habla de «colapso educativo» en esta zona y reclama la construcción de tres nuevos centros para dar cabida a este exceso de alumnado. Los colegios de la zona norte de L'Hospitalet están al 110 por ciento de ocupación en Primaria (el máximo permitido). Eso significa que si un grupo tiene 25 alumnos por clase, al sumar un 10 por ciento de margen de alumnos procedentes de la matrícula viva, pasa a tener 27 o, en el caso de los centros que asumen alumnado de máxima complejidad, de 22 alumnos se pasa a 24.
«La situación irá a peor», advierte Nadal en declaraciones a este medio y lo sustenta en cifras. «Hace dos años el excedente de alumnos en la zona era de 350 y las ratios estaban al 104 por ciento», apunta, y culpa «en un 95 por ciento de la situación al departamento de Educación« por no planificar infraestructuras necesarias para dar cabida a este alumnado.
Obras que acaba costeando el centro
En otro centro de secundaria de L'Hospitalet, la Generalitat hizo unas obras que no tuvieron buenos resultados y, pese a las reclamaciones reiteradas del centro, «el departamento se ha lavado las manos con el problema». «Se hizo una reforma integral hace unos 10 años. A los tres o cuatro años, toda la fachada, que es de paneles prefabricados pintados, estaba pelada por el sol. La constructora dijo que ya no entraba en garantía y la Generalitat se ha lavado las manos y dice que eso es cosa del instituto. Con la calefacción ha sido, si cabe, peor. Nos pusieron unas placas solares en el tejado y un enorme depósito de agua, con lo que la calefacción podía funcionar con energía solar. También a los dos o tres años se estropeó. Nos informamos para arreglarlo y sólo venir a hacer un diagnóstico costaba un presupuesto inasumible para el centro. Se comúnico a la Generalitat y también se desentendió. Este año, como el presupuesto en calefacción se ha multiplicado por tres con la subida del gas, estamos valorando arreglarlo, aunque para ello habrá que empeñar al centro para los próximos años», denuncia uno de los profesores.
En algunos colegios de esta misma localidad como la antigua escuela concertada Academia Cultura de L'Hospitalet -desde que pasó a integrarse a la red pública se llama Instituto Escuela Maria Miret- los problemas de infraestructuras y las ratios desorbitadas llevan tiempo lastrando su actividad. El centro arrancó el curso sin tener adaptadas las instalaciones del alumnado de Educación Infantil, que ubicaron en la primera planta del antiguo edificio sin tener habilitado el patio ni la sala de música y psicomotricidad. «Fue horrible, niños de Infantil pasando junto a operarios que estaban trabajando con una radial y todo el ruido que eso generaba», señalan en declaraciones a ABC fuentes próximas al centro. Las autoridades educativas les prometieron para febrero módulos prefabricados como en los que están instalados los alumnos de Educación Primaria y Secundaria, pero no llegaron.
Con conserje «a medias» y sin agua caliente
«Los de Infantil estamos instalados a 450 metros del centro y es poco operativo. Compartimos conserje y algunas horas, las que está en los módulos de Primaria y ESO, tenemos que encargarnos nosotros de gestionar llamadas y visitas«, denuncian los citados portavoces. Tampoco tienen agua caliente en el comedor y utilizan platos de plástico porque sin agua caliente no se garantiza un buen lavado, lo que supone un coste más elevado, denuncian. En Infantil, las ratios son de 27 alumnos, muy por encima de su capacidad, y los módulos que les han prometido no van a resolver sus problemas. «Se construirán sobre un solar de 250 metros cuadrados, de los que 138 metros cuadros ya son de patio», lamentan.
Carlos Silva, portavoz de la plataforma Docentes Libres, lamenta la situación y acusa a la Generalitat de «atenazar y someter a los profesionales de la docencia y al propio sistema educativo a una presión insoportable: cambios continuos, currículos demenciales, burocracia insoportable, desprecio de los contenidos académicos y del papel del docente como transmisor de conocimientos».
«Millones y millones despilfarrados durante décadas en ocurrencias con fecha de caducidad, en proyectos de ingeniería social, en persecuciones lingüísticas o en regalar dinero público a otro país para su cruzada del catalán. Al mismo tiempo, abandona a su suerte a los centros en la gestión de sus problemas reales diarios como el frío de los alumnos en invierno o el calor sofocante en verano, la calidad de las instalaciones, los espacios, las condiciones laborales, los medios«, concluye el docente.
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