El primer 'episodio triple' de La Niña recrudecerá la sequía
Desde 1950, en otoño de 2022 se dará el tercer año consecutivo de este fenómeno con epicentro en el Pacífico. La Organización Meteorológica Mundial alerta de que, sin él, el verano hubiese sido aún más caluroso
Los embalses españoles están al 35% de su capacidad, una reserva hídrica que se desploma por octava semana consecutiva y que se encuentra en su volumen mínimo en 27 años. La sequía se recrudece en la Península Ibérica y empeora la mala situación que atraviesa ... el campo español. Pero... ¿es un fenómeno aislado? No, y puede deberse a algo más que a un episodio cíclico que golpea a Europa continental de periodo en periodo.
Los meteorólogos se alinean con la última alerta lanzada por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) que habla de cómo hay un 70% de probabilidades de que el planeta viva entre este septiembre y noviembre el tercer episodio consecutivo del fenómeno climático de La Niña, la 'fase fría' del más conocido en estas latitudes, El Niño. Y la pregunta sobre la que discuten es si está repercutiendo el enfriamiento de la temperatura del agua en el Pacífico en la exacerbación de la sequía global. La respuesta de la OMM es que sí, si bien, matiza Wilfran Moufouma Okia, responsable de los servicios de previsión del clima, «en zonas como el continente europeo las consecuencias de La Niña no han sido demostradas».
Lo que sí deja claro es que si este verano las temperaturas han alcanzado máximos históricos en Europa, sin La Niña habría sido peor, «ya que pilota la evolución del clima», explica a ABC.
La Niña actual se estrenó en septiembre de 2020. «Se genera en la cuenca del Pacífico central y oriental y supone que frente a las costas de Ecuador, Chile y Perú las aguas están más frías de lo normal. Sus efectos se dejan notar en latitudes medias, como las nuestras, en una mayor consecución de jornadas anticiclónicas», detalla el director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, que sí se inclina por asociar La Niña con mayor sequedad en la Península. Y es que, arguye este catedrático de Análisis Geográfico Regional, «en el marco del cambio climático estamos viendo que se están alterando todos los parámetros de funcionamiento de este tipo de fenómenos; el último año que hubo un triple episodio de El Niño, en 2016-17-18 no se habían dado nunca antes temperaturas tan cálidas y ahora La Niña está resultando otro fenómeno muy singular».
Inundaciones o sin lluvia
De esa peculiaridad advierte también la OMM en su último informe. Este otoño de 2022 podemos vivir una Niña algo diferente, puesto que por regla general ralentiza el calentamiento global del planeta por el enfriamiento de las aguas superficiales en el Pacífico, en esta ocasión puede conducir al desplazamiento del sistema de lluvias y a inundaciones graves. «Algunas regiones se verán afectadas por la sequía y otras por exceso de lluvia con las consecuencias catástroficas que supone una situación climática tan extrema», afirman desde la OMM. No hay término medio.
Así, en la región del Sahel se han vivido episodios extremos de lluvia este año, habiendo estudios que demuestran la relación de la Niña con mayor episodios de lluvia extrema, afirma la profesora de la Universidad Complutense de Madrid Belén Rodríguez-Fonseca, que ha trabajado intensamente en cómo este fenómeno afecta a la región de Africa Occidental.
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Ya está acentuando la sequía en el cuerno de África, la costa oeste de EE.UU. y la parte meridional de Suramérica; está favoreciendo las precipitaciones extremas en el sudeste asiático y Australia. Los países más afectados por La Niña –pronostica la agencia de la ONU– serán los de la región del Sahel en África e India y Pakistán en Asia. Otros países como Indonesia sufrirán también lluvias persistentes. «Tiene consecuencias a escala global, que geográficamente van mucho más allá de la zona donde surge», dice Rubén del Campo, portavoz de la agencia estatal Aemet.
Pero... ¿por qué se produce? La Niña, desgrana el meteorólogo a este diario, consiste en que los vientos alisios o procedentes de los trópicos y que se dirigen hacia Ecuador se intensifican, soplan con más fuerza y remueven las aguas superficiales del Pacífico continental, lo que permite que afloren aguas profundas más frías. Entonces se da una gran anomalía entre la temperatura del agua del Pacífico ecuatorial, que está mucho más fría de lo normal, y el resto. En términos generales, esto actuaría como «una especiede 'refrigerador natural' de la temperatura» y provoca «modificaciones sustanciales en la circulación general en la atmósfera». Estas modificaciones que la Niña produce en la atmósfera del extratrópico tienen lugar a través de ondas que, en algunos lugares, hacen aumentar la estabilidad y las condiciones anticiclónicas y en otras regiones, la disminuyen con mayores precipitaciones.
Pero ahora mismo en el seno de la comunidad científica hay debate sobre el vínculo exacto entre La Niña y un déficit de precipitaciones, tales como las que está sufriendo nuestro país. «Diferentes estudios apuntan a esa correlación. Sin embargo, no es una correlación 'uno a uno', es decir, que haya Niña no implica necesariamente que tengamos sequía y que tengamos sequía no necesariamente implica que sea causa de la Niña», contrapone Damián Insua, investigador del Grupo de Física no lineal de la Universidad de Santiago de Compostela.
El profesor de la Facultad de Física concreta que un «triple episodio de La Niña» se da con muy poca frecuencia. Desde mediados del siglo XX, solo se ha producido dos veces, concretamente de 1974 a 1976 y de 1999 a 2001. Esta será la primera vez íntegra del siglo XXI. «Normalmente las condiciones de El Niño o la Niña persisten durante menos tiempo –añade Insua–. Se sabe que las condiciones entre El Niño y La Niña, oscilan cada pocos años, pero la duración de cada episodio es el resultado de interacciones muy complejas entre las distintas componentes del sistema climático. En otras palabras, es parte de la variabilidad natural del clima».
Cómo afecta La Niña al clima
El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) es el impulsor más influyente de la variabilidad climática en la Tierra. La Niña, la fase fría del ciclo ENOS, está causando en parte la sequía de África oriental. Un ciclo prolongado de La Niña que comenzó a fines de 2020 y se espera que dure hasta fin de año ha provocado que el aire seco baje alrededor de África
CONDICIONES NEUTRALES
La Circulación de Walker es una circulación atmosférica vertical de este a oeste sobre el Pacífico Ecuatorial
El aire húmedo se eleva sobre los mares normalmente cálidos, provocando lluvias abundantes en Asia y Australia
Vientos atmosféricos
Vientos
atmosféricos
Somalia
Frío
Cálido
Océano Pacífico
Los vientos alisios del este empujan las cálidas aguas superficiales hacia el oeste
El afloramiento de agua fría enfría el aire, dando a América del Sur un clima más fresco y seco
CONDICIONES para la niña
Marcado por temperaturas de la superficie del mar más frías que el promedio en todo el Pacífico ecuatorial centro-oriental
El fortalecimiento de los vientos alisios empuja las aguas cálidas y las nubes de lluvia hacia Asia
El aire seco desciende en América del Sur y África
Somalia
Más frío de lo normal
Más cálido
de lo normal
Océano Pacífico
Las aguas superficiales en el Océano Pacífico central y oriental se vuelven mucho más frías, lo que aumenta el afloramiento de agua fría
Zona de transición
entre superficie cálida
agua y aguas frías y profundas
Índice del niño oceánico
Mide anomalías en la temperatura de la superficie del Océano Pacífico
tropical para rastrear los ciclos de El Niño y La Niña
La Niña (fase fría)
El Niño (fase cálida)
Neutral
°C
3
2
1
0
-1
-2
1990
1995
2000
2005
2010
2015
2020
Fuente: Reuters, Australia Bureau of Meteorology; NOAA National Weather Service / ABC
Cómo afecta
La Niña al clima
El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) es el impulsor más influyente de la variabilidad climática en la Tierra. La Niña, la fase fría del ciclo ENOS, está causando en parte la sequía de África oriental. Un ciclo prolongado de La Niña que comenzó a fines de 2020 y se espera que dure hasta fin de año ha provocado que el aire seco baje alrededor de África
CONDICIONES NEUTRALES
La Circulación de Walker es una circulación atmosférica vertical de este a oeste sobre el Pacífico Ecuatorial
El aire húmedo se eleva sobre los mares normalmente cálidos, provocando lluvias abundantes en Asia y Australia
Vientos
atmosféricos
Vientos
atmosféricos
Somalia
Frío
Cálido
Océano Pacífico
El afloramiento de agua fría enfría el aire, dando a América del Sur un clima más fresco y seco
Los vientos alisios del este empujan las cálidas aguas superficiales hacia el oeste
CONDICIONES para la niña
Marcado por temperaturas de la superficie del mar más frías que el promedio en todo el Pacífico ecuatorial centro-oriental
El fortalecimiento de los vientos alisios empuja las aguas cálidas y las nubes de lluvia hacia Asia
El aire seco desciende en América del Sur y África
Somalia
Más frío de lo normal
Más cálido
de lo normal
Océano Pacífico
Las aguas superficiales en el Océano Pacífico central y oriental se vuelven mucho más frías, lo que aumenta el afloramiento de agua fría
Zona de transición
entre superficie cálida
agua y aguas
frías y profundas
Índice del niño oceánico
Mide anomalías en la temperatura
de la superficie del Océano Pacífico
tropical para rastrear
los ciclos de El Niño y La Niña
La Niña (fase fría)
Neutral
El Niño (fase cálida)
°C
3
2
1
0
-1
-2
1990
1995
2000
2005
2010
2015
2020
Fuente: Reuters, Australia Bureau of Meteorology;
NOAA National Weather Service / ABC
Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona, tercia en que, al final, «en España, la señal de El Niño y La Niña es débil, pero existe una teleconexión o conexión a distancia entre la región donde se produce y el resto» de la Tierra, por lo que no alberga dudas sobre que si este verano no se hubiera alargado la pertinaz Niña, «hubiera sido aún más riguroso». Martín Vide sí es de los que creen que «La Niña contribuye a la sequedad y déficit de precipitaciones en la Península Ibérica según diferentes estudios», avala. Y corrobora Rodríguez Fonseca, del departamento de Física de la Tierra y Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid: «Una Niña en el Pacífico se asocia con inviernos secos aquí porque la onda atmosférica que se produce proyecta una anomalía positiva en la presión». Y un apunte curioso de la profesora: «En los últimos tres años han tenido lugar episodios de Niño en el Atlántico en contraposición con los tres de Niña en el Pacífico. Se ha demostrado la influencia de un calentamiento del Atlántico ecuatorial a la hora de general una Niña en el Pacifico y podría ser que el Atlántico estuviera produciendo que La Niña se mantenga por tercer año consecutivo en el Pacífico».
Huracanes como Danielle
Junto a sequía e inundaciones, el tercer efecto que favorece La Niña es la formación de huracanes en el Atlántico, ya que reduce la cizalladura vertical del viento. «Hemos tenido un julio y agosto tranquilos, sin apenas ciclones tropicales, como sí hubo en 2020 y 2021 –afirma Del Campo–; pero empieza a animarse este septiembre».
«En los próximos dos meses podríamos tener una temporada de huracanes activa –asiente Insua–. Esto aumenta la probabilidad de que los restos de alguno nos afecten. De hecho, parece que Danielle y la tormenta tropical Earl podrían acabar llegando a la Península convertidos en borrascas y aportar abundantes lluvias».
La agencia meteorológica de la ONU avisa de que si no llega la esperada lluvia no se hablará de clima, sino de una tragedia humanitaria de serios efectos.
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