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Pilotos contra el fuego: «Si se enciende un chivato tienes que abortar la misión o aterrizar allí mismo»

Un simulacro en Alicante muestra cómo cualquier fallo puede arriesgar la vida de los rescatadores

La lluvia llena los embalses pero dispara el riesgo de incendios

Simulacro de extinción de fuego en Muchamiel (Alicante) AVINCIS
José Luis Fernández

José Luis Fernández

Muchamiel (Alicante)

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Basta con que el audio de los auriculares de un piloto falle o que se encienda un testigo luminoso de posible avería en uno de los dos motores del segundo helicóptero para no despegar o abortar misión. Bueno, al menos en un entrenamiento o simulacro sin emergencia real.

Así ocurrió en uno de estos ejercicios de preparación de la campaña estival de este año en el aeródromo de Muchamiel (Alicante), una de las bases principales de la compañía Avincis en la Península Ibérica.

Con 250 aeronaves, especializados en extinción de incendios, «somos muy estrictos con la seguridad, antes que cualquier otra prioridad, en el mundo de los bomberos también, hay una máxima que dice 'nunca rescatar a un rescatador'», explicó Santiago Couceiro, responsable de Negocio de la empresa, al regreso de esta expedición.

Los protocolos se definen minuciosamente en detalles que parecerían insignificantes fuera de este contexto de la navegación aérea. A primera hora de la mañana, reunión en la base para repasar la agenda, con un plan de vuelo (autorización de AENA) que da margen de sobra con horas antes y después de la duración prevista del entrenamiento, por si hay cualquier incidencia. Y eso, aunque la trayectoria de los dos helicópteros, desde el aeródromo hasta el Pantano de Tibi –el más antiguo de Europa– no interfiere ni se encuentra en el camino de los aviones comerciales del aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández.

El «chivato» que se encendió ese día, «en función del color, te indica que tienes que regresar o directamente que tomes tierra donde estés», detalla Couceiro. Por ejemplo, esta vez alertaba de un posible fallo en uno de los dos motores, con lo que el piloto puede decidir continuar con el otro, pero al tratarse de un simple simulacro y haber a bordo civiles, se suspende hasta que en la base se comprueba que se trataba de una «falsa alarma» y se pudo reanudar.

Esa imagen tan conocida de un helicóptero o avión anfibio descargando agua sobre las llamas puede parecer una maniobra sencilla, aunque detrás hay una preparación meticulosa. Para empezar, debe sobrevolar la zona de carga del agua para un reconocimiento, entrar en un barranco «siempre apoyados en una ladera» como referencia para tener visibilidad y detectar si hay cables, su gran enemigo.

Buscar viento de cola, como normal general y, en especial, al ir a descargar en el incendio, porque el humo que impide la visibilidad e incluso puede causar la parada del motor por falta de oxígeno. Además de calcular la altura para soltar entre 1.250 y 5.000 litros de agua –según la aeronave– porque si está demasiado bajo, provoca corriente de aire y propaga más el fuego, en vez de mitigarlo.

Tampoco hace falta que se ilumine un testigo del tablero de mandos o que los cascos no permitan la comunicación interna, como ocurrió en esta ocasión. El personal de Avincis fuerza para ponerse a prueba de otras contingencias que pueden sobrevenir en situación real. Sin ir más lejos, que el babi bucket (balde o bolsa depósito del agua) no se abra y el líquido no se descargue sobre las llamas.

Por eso, en cada una de estas pruebas se ensaya. Para llevarlo a tierra y con pericia hay que volcarlo para vaciarlo y recargarlo de nuevo. También cuando está sumergido tienen que balancearlo con el helicóptero suspendido a pocos metros de la superficie del agua para favorecer el llenado.

La ventaja de tener los embalses llenos

Eso sí, las lluvias excepcionales de 2025 les facilitan las emergencias. «Para nosotros, está bien porque cubren los puntos de agua, con los embalses llenos para las recargas con los canadair y helicópteros», señala.

Con 180 bases en todo el mundo (más de la mitad en España, su principal mercado y donde emplea a más de 2.400 trabajadores), Avincis realiza una media de 2.300 operaciones al año para incendios en este país, además de otras «misiones críticas», como la búsqueda y rescate o servicios médicos, y lleva medio siglo trabajando para gobiernos y regiones.

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