Los pasajeros del velero de lujo que naufragó en Sicilia intentaron salvarse desesperadamente durante 16 minutos

No pudieron salvarse porque entró una enorme cantidad de agua por la puerta abierta de la proa, y rápidamente el superyate se hundió y se quedó inclinado a estribor, en el lado derecho, a 50 metros de profundidad. Precisamente, el dato nuevo que surge de la investigación es que la embarcación se hundió por la proa, donde estaban los camarotes de las tripulación, según el testimonio de los 15 supervivientes, entre ellos Ángela Bacares, de 57 años, esposa del magnate británico Mike Lynch (59), propietario del yate.

La fiscalía investiga por catástrofe, homicidio múltiple y lesiones por negligencia, hasta el momento sin sospechosos, aunque la posición del capitán, el neozelandés James Cutfield, de 51 años, se agrava, según los medios italianos. La hipótesis principal de los investigadores es que en la madrugada del lunes, cuando se produjo la tragedia, hubo una cadena de errores humanos que habrían provocado el hundimiento del velero.

La orza móvil en posición elevada podría haber sido determinante en la menor estabilidad del velero, junto haber dejado abierta una escotilla de la cubierta superior, tener los motores apagados y un retraso en la activación del sistema automático que asegura el barco en caso de peligro. Además, les cogió por sorpresa la tormenta, a pesar de ser anunciada con un aviso meteorológico en las horas previas.

Giovanni Costantino, director ejecutivo de The Italian Sea Group, propietario de varias marcas de barcos, incluido el constructor del yate, Perini Navi, dijo al Financial Times que el Bayesiano «fue diseñado para ser absolutamente estable y soportar el mástil de 75 metros, el segundo más alto del mundo. El barco se hundió porque entró agua», dijo Costantino, sugiriendo que no se siguieron los procedimientos adecuados. Costantino añadió que pasaron 16 minutos desde que el barco fue arrastrado por el torbellino, un tiempo que podría haber sido suficiente para que la tripulación asegurase el barco, y salvara a los pasajeros.

«La tortura duró 16 minutos —precisó Costantino—. No se produjo en un minuto, como han dicho algunos, sino en 16 minutos. Lo pueden ver en los gráficos, en el gráfico de seguimiento del AIS (Sistema de Identificación Automática)». El Financial Times ha verificado que los datos del AIS son consistentes con los tiempos que indica Constantino. El periódico británico precisa que «no es posible en este momento confirmar la creencia sobre lo que pudo haber sucedido durante este período».

Según Costantino, el capitán debería haber preparado el superyate y haberlo colocado en un estado de alerta y seguridad, al igual que el barco anclado a 350 metros, que fue construido en 1957 y manejó brillantemente el evento meteorológico», dijo Costantino en referencia al velero holandés Sir Robert Baden Powell, que acudió de inmediato a socorrer a los pasajeros del Bayesian.

Mientras tanto, esta mañana se ha encontrado al último desaparecido del naufragio del Bayesian, la hija del magnate inglés, Hannah Lynch, de 18 años. Sus amigos la califican como una estudiante modelo y feminista apasionada, que acababa de graduarse y debía entrar en la Universidad de Oxford en septiembre.

Las operaciones son complejas y se extienden también al fondo marino alrededor del yate.

Esta circunstancia, la de encontrar en último lugar el cuerpo de Hannah Lynch, confirma la dramática secuencia de terror vivida por las 22 personas a bordo del velero, siete de las cuales no pudieron escapar.