El Papa visitará Nicea con motivo del 1.700 aniversario del concilio

«Espero que el recuerdo de este importantísimo acontecimiento aumente en todos los creyentes en Cristo Señor la voluntad de testimoniar juntos la fe y el anhelo de una mayor comunión», ha adelantado el Papa. «En particular, me alegra que el Patriarcado ecuménico y el Dicasterio para la promoción de la unidad de los cristianos hayan comenzado a reflexionar sobre el modo de conmemorar juntos este aniversario; y agradezco a Su Santidad Bartolomé que me haya invitado a celebrarlo cerca del lugar donde se reunió el Concilio. Es un viaje que deseo hacer, de todo corazón», ha revelado, saliéndose del texto que llevaba preparado.

El viaje es por ahora un proyecto, para el que será necesario el acuerdo con Turquía, que no se ha pronunciado públicamente.

Uno de los grandes resultados del Concilio de Nicea, hace 1.700 años, fue unificar la fecha en la que se conmemora la Resurrección de Cristo, pues en el siglo en el siglo IV había al menos cuatro modos de calcular el día de esta fiesta. Por eso, probablemente el año que viene en Nicea, cerca del lago Íznik y no lejos del mar de Mármara, católicos y ortodoxos acordarán celebrar esa fecha el mismo día, lo que tendría consecuencias importantes para la Semana Santa, que podría celebrarse mucho más tarde.

Además de los ortodoxos, también en 2014 el Papa de la Iglesia copta de Egipto, Tawadros II, solicitó al Papa unificar la fecha y Francisco dio su disponibilidad a hacerlo.

La cuestión es compleja. Según los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, Jesús celebró la cena de Pascua el Jueves Santo; pero según Juan, Jesús murió el día de Pascua. Por eso, en los primeros siglos, mientras que algunas comunidades cristianas celebraban la Resurrección coincidiendo con la Pascua judía, otras esperaban al domingo sucesivo, para distinguirse.

Pare resolver la cuestión, el Concilio de Nicea, en el año 325, estableció que la Pascua se celebraría el domingo que sigue a la primera luna llena después del equinoccio de primavera y que no podía coincidir con la Pascua judía, en cuyo caso se aplazaría una semana.

La cuestión se enrevesó en 1582 con la reforma del calendario del Papa Gregorio XIII, que los países ortodoxos no compartieron. Aunque han pasado casi 450 años desde que el calendario gregoriano está en vigor, la mayoría de Iglesias ortodoxas siguen calculando la fecha de la Resurrección a partir del calendario antiguo, que tiene un desfase de hasta trece días respecto al nuestro, y que llega a «retrasar» la Pascua hasta cinco semanas.

Por casualidades astronómicas, en 2025, coincidiendo con el aniversario del Concilio de Nicea, todos los cristianos celebrarán la Pascua al mismo tiempo. Entre los acuerdos posibles se baraja celebrar la Pascua en una fecha fija, como el segundo o tercer domingo de abril; que todos la celebren cuando lo haga la Iglesia de Roma; o que se haga cuando decida la Iglesia ortodoxa.

De confirmarse el viaje a Nicea, sería el tercer viaje que realizan juntos el Papa y el Patriarca ecuménico. Visitaron juntos a Jerusalén en 2014, para conmemorar en ese caso los 50 años del primer encuentro entre un Papa y un Patriarca de Constantinopla, Pablo VI y Atenagoras. El anterior había sido probablemente en 1439, con motivo del Concilio de Florencia donde estuvieron a punto de resolver el cisma. También en 2016 estuvieron juntos en la isla de Lesbos, en Grecia.

Refiriéndose a las relaciones con la Iglesia ortodoxa, este viernes, Francisco ha evocado las palabras de un teólogo ortodoxo, Ioannis Zizioulas, metropolita de Pérgamo, fallecido hace un año. «Bromeaba: 'Ya sé cuándo será el día de la plena unidad entre cristianos: el día del Juicio Final. Pero mientras tanto, caminemos juntos, recemos juntos y trabajemos juntos'. Esto es muy sabio», ha recordado el Papa.