El Papa interviene en el foro de Bill Clinton: «Actuemos con el cambio climático antes de que sea demasiado tarde»

«Queremos convencer a la gente de que cada uno tiene que hacer algo, independientemente de su edad y situación», le ha respondido Bill Clinton

«Es necesario compartir la opinión sobre cómo contribuir al bien común», ha explicado el Papa

La intervención del Papa en el acto de Clinton AFP

Javier Martínez-Brocal

Corresponsal en el Vaticano

Bill Clinton ha inaugurado su foro anual «Clinton Global Initiative» con un breve discurso en directo del Papa Francisco. El Papa ha justificado su participación al think-tank de los Clinton con la idea de que «es necesario compartir la opinión sobre cómo contribuir al ... bien común». Ha intervenido con una videoconferencia entre New York y el Vaticano, que de alguna forma ha tendido un puente entre dos modos de ver el mundo. «Cuidemos de los niños, y actuemos ante el cambio climático antes de que sea demasiado tarde», ha solicitado el Pontífice.

La filosofía de la «Clinton Global Initiative» es «que, en vez de hablar, cada participante se comprometa a hacer algo para resolver una cuestión», que cada participante «se comprometa a una acción específica». Y antes de abordar los desafíos de este año, Bill Clinton ha solicitado al Papa que «inspire» a los participantes.

«Aquí le escuchan personas de todo el mundo, de todos los caminos de la vida», le ha explicado el expresidente de EE.UU. desde una espectacular sala de conferencias Nueva York. «Pensamos que aunque el mundo esté roto, sigue estando lleno de posibilidades. Ayúdenos a inspirar a la gente ordinaria para que cambien las cosas, para hacer sociedades mejores o problemas menos graves», ha solicitado al Papa.

Aunqu

e había sido presentado como un diálogo entre el pontífice y el expresidente, el Papa ha leído desde una biblioteca de Casa Santa Marta un discurso que tenía previamente preparado.

Según Francisco, el punto de partida es «una gran asunción común de responsabilidades». En su opinión «ningún reto es demasiado grande si lo afrontamos desde la conversión personal de cada uno de nosotros, desde la aportación personal que cada uno puede hacer para superarlo, y desde la conciencia de lo que nos hace parte de un mismo destino».

El Papa ha dicho que se trata de retos que sólo pueden afrontarse «juntos, como hermanas y hermanos, hijos de Dios».

Bill Clinton había mencionado como retos «el cambio climático, las crisis humanitarias que afectan a migrantes y refugiados o el cuidado de los niños», y el Papa ha sumado otro, «el viento de guerra». «Es hora de que cesen las armas. De que volvamos al diálogo, a la diplomacia. Que cesen los designios de conquista y de agresión militar. Por eso repito: no a la guerra. No alla guerra», ha clamado Francisco.

Detener la catástrofe

Ha añadido que «es hora de trabajar juntos para detener la catástrofe ecológica, antes de que sea demasiado tarde», y ha explicado que el próximo 4 de octubre publicará un nuevo documento sobre la responsabilidad de los cristianos en la protección del medio ambiente, con motivo de los diez años de la Encíclica Laudato si'. «Detengámonos mientras hay tiempo, por favor», ha dicho.

En plena crisis de migrantes en el Mediterráneo, ha pedido «afrontar juntos las emergencias migratorias». «Los emigrantes no son números, sino personas, hombres, mujeres y niños».

Mencionando la importancia del cuidado de los niños, el Papa ha presentado el hospital pediátrico del Vaticano, el Bambino Gesù, que ofrece curas e investigación científica de alto nivel para niños de países sin recursos.

«Acá en el Vaticano, en el helipuerto, dos, tres veces cada día, aterrizan helicópteros con niños traídos de urgencia de varias partes. En estos terribles meses marcados por la guerra, ha atendido a más de dos mil pequeños pacientes ucranianos, que huyeron de su país con sus padres y familiares», ha recordado. «En el campo sanitario, la primera y más concreta forma de caridad es la ciencia, la capacidad de curar, que, sin embargo, debe ser accesible a todos. Existen enfermedades insanables, pero no existen niños incurables», ha concluido.

Bill Clinton quería continuar la conversación. «Queremos convencer a las personas de que cada uno tiene algo que hacer, independientemente de su edad y situación. Usted nos hace sentir esa fuerza para cambiar las cosas. Usted consigue que personas que no son católicas sientan esa responsabilidad. Gracias por esto», le ha dicho. «¿Qué le gustaría subrayar de su discurso, con qué idea quiere que nos quedemos?», ha preguntado al Papa.

«(El cuidado de) los niños y el cambio climático», ha respondido Francisco. «Por favor, sobre el cambio climático, actuemos antes que sea tarde», ha insistido. «¡Gracias! ¡Qué Dios le bendiga! Quédese con nosotros todo el día si quiere», le ha despedido el expresidente.

Después del Papa otros invitados como el artista chino Ai Weiwei o la directora ejecutiva de ONUsida Winnie Byanyima, han dialogado con Bill Clinton, con su mujer Hillary y con su hija Chelsea.

Entre los proyectos que la «Clinton Global Initiative» ha lanzado en el último año hay refugios comunitarios en Ucrania, cooperativas agrícolas en Kenia, salas de reuniones en Manhattan, despensas de alimentos en los Apalaches, aulas en Medellín y salinas en la India.

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