El Papa Francisco escribe a Ucrania por los 9 meses de la guerra: «Vuestro dolor es mi dolor»
«Estaré cerca para que no se os deje solos ni hoy, ni sobre todo mañana, cuando llegará la tentación de olvidar vuestro sufrimiento»
Recuerda que las autoridades deben «tomar decisiones con visión de futuro para la paz y para desarrollar la economía»
Corresponsal en el Vaticano
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Iniciar sesiónEl Papa Francisco ha tomado papel y pluma, y ha escrito una carta personal «al pueblo ucraniano, a los nueve meses desde que estalló la guerra». El Pontífice se dirige a todos, a los jóvenes que están en el frente de guerra, a los ... que han sido deportados, a los niños, a las madres y a los ancianos. «Vuestro dolor es mi dolor», les dice el Papa.
A causa de los continuos cortes de electricidad, en Ucrania tendrán que leer la carta a la luz del sol, o cubriéndose del gélido frío en las líneas del frente de guerra, o bajo el ruido de las sirenas y las explosiones en los refugios subterráneos.
La misiva comienza describiendo «la absurda locura de la guerra», que resume como «ríos de sangre y lágrimas». Menciona «explosiones y sirenas», «ciudades martilleadas por bombas», caída de «misiles que causan muerte, destrucción y dolor, hambre, sed y frío», y «muchos que han tenido que escapar a las calles, dejando atrás hogares y seres queridos».
«Quisiera unir mis lágrimas a las vuestras y deciros que no hay día en que no esté cerca de vosotros y no os lleve en mi corazón y en mi oración. Vuestro dolor es mi dolor», asegura. Con tono místico, subraya que «la cruz que torturó a Jesús revive en las torturas encontradas en los cadáveres, en las fosas comunes descubiertas en varias ciudades». «¿Cómo pueden los hombres tratar así a otros hombres?», se pregunta.
En la breve carta recuerda en primer lugar a los niños. «¡Cuántos niños muertos, heridos o huérfanos, arrancados de sus madres! Lloro con vosotros por cada pequeño que, a causa de esta guerra, ha perdido la vida, en cada uno de ellos la humanidad entera está derrotada». El Papa también menciona a todos los que «han sido deportados, pequeños y grandes. El dolor de las madres ucranianas es incalculable».
Se dirige a quienes han sido «heridos en el alma y en el cuerpo». Por ejemplo, a las «mujeres que habéis sufrido la violencia y lleváis grandes cargas en el corazón»; a las «esposas, que perdisteis a vuestros maridos y que mordiéndoos los labios, seguís haciendo en silencio, con dignidad y determinación, todos los sacrificios por vuestros hijos»; a los ancianos «que en lugar de vivir un sereno atardecer, habéis sido arrojados a la oscura noche de la guerra»; a los jóvenes que «para defender valientemente vuestra patria habéis tenido que poner las manos en las armas en lugar de en los sueños que habíais cultivado para el futuro». «Pienso en vosotros y os apoyo con cariño y admiración por cómo afrontáis tan duras pruebas», asegura.
Recuerda también a los voluntarios que trabajan en Ucrania, a los sacerdotes que no han escapado, a los refugiados, y a las autoridades, «por las que rezo, pues sobre ellas recae el deber de gobernar el país en tiempos trágicos y de tomar decisiones con visión de futuro para la paz y para desarrollar la economía durante la destrucción de tantas infraestructuras vitales».
«Me asombra vuestro buen ardor», reconoce, conmovido porque «nunca se han desanimado ni entregado a la compasión». Con tono poético, dice que «en estos meses, en los que la rigidez del clima hace aún más trágico lo que estáis viviendo, quisiera que sintáis el cariño de la Iglesia, la fuerza de la oración, el amor que personas de todas las latitudes sienten por vosotros, como caricias en vuestros rostros».
Francisco se compromete a mantener la preocupación por las cuestiones humanitarias y no dejar que la sociedad «se acostumbre a la guerra, para que no se os deje solos ni hoy, ni sobre todo mañana, cuando llegará quizá la tentación de olvidar vuestro sufrimiento».
Parolin: «La diplomacia no ha producido resultados»
Precisamente este jueves, en declaraciones a la televisión de los obispos italianos, Tv2000, el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin reconoció que «por el momento las iniciativas diplomáticas (de la Santa Sede) no han dado grandes resultados».
El cardenal concretó las tres líneas en las que está moviéndose la Santa Sede para detener este conflicto. «En primer lugar, el Magisterio del Papa con sus llamamientos para que se ponga fin a la guerra; luego, el aspecto humanitario, pues la situación en Ucrania es cada vez más insostenible, con la población abandonada a la oscuridad y al frío a causa de bombardeos de instalaciones civiles, —algo impensable—; y luego, la acción diplomática, que por el momento no ha dado grandes resultados».
«El Papa ha reiterado continuamente su voluntad de ayudar a poner fin a la guerra, y también de ponerse a disposición para ofrecer las condiciones y los ámbitos para que esto ocurra. Hasta ahora no hemos visto ninguna respuesta. Depende de las partes», aseguró el purpurado.
MÁS INFORMACIÓN
Hace un mes, el 24 de octubre, el presidente francés, Emmanuel Macron, solicitó al Papa que llamara al presidente ruso Vladimir Putin, al patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill, y al presidente de EE.UU., Joe Biden, para buscar una salida al conflicto. No está claro si han aceptado hablar con el Pontífice.
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