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Vidas rotas, y curadas, por una guerra «que nadie imaginó»

Una red de solidaridad ha permitido dar acogida en España a refugiados de Ucrania vulnerables o con enfermedades graves. Antes de llegar, miraron horrorizados cómo los misiles rusos rozaban sus vidas

Olena, Tetiana y Anddriy Adrián Quiroga
Esther Armora

Esther Armora

Barcelona

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Cuando la noche del 25 de marzo las fuerzas rusas empezaron a bombardear Slavutich (Ucrania), ciudad dormitorio de los trabajadores de Chernóbil, emplazada a sólo 40 kilómetros de la central, Olena y su hijo Fedor de siete años, que padece autismo, llevaban ya tres ... días de viaje hacia la capital del país. Una fría madrugada empaquetaron su vida en una minúscula bolsa, abandonaron la localidad, y emprendieron una ruta desesperada hacia Kiev. Su único objetivo era alejarse de los «ocupantes» que estaban desde hacía días pisando los talones a su ciudad.

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