La OMM señaló este miércoles, a través de un comunicado publicado, en Ginebra, que entre mayo y agosto de este año hay riesgo elevado de que las temperaturas alcancen niveles nunca detectados los cuales podrían batir todos los récords registrados hasta ahora. Según el organismo, 2023 podría destronar a 2016 del puesto que ocupa como año más caluroso.
Por ahora, no hay ninguna indicación sobre la duración o la amplitud que este fenómeno podría tener. Sin embargo, la agencia de la ONU anticipa y recomienda no bajar la guardia, especialmente entre los próximos meses de mayo y septiembre. Las subidas de temperatura en la superficie de los océanos, que repercutirán en el clima, podrían durar entre 9 y 12 meses.
El Niño está asociado con un aumento importante de precipitaciones en la región de América del Sur, el sur de Estados Unidos, El Cuerno de África y en Asia central. Otras regiones sufrirán el efecto contrario y atravesaran por un período de fuerte sequía. Australia, Indonesia y el sur de Asia serían las regiones más afectadas.
En el Atlántico se esperan violentos huracanes y ya se han empezado a detectar, desde febrero, subidas de temperatura en la zona. También en la región del Pacífico ecuatorial y en la costa de América del Sur. Aunque, la primavera no ha terminado, en el hemisferio norte, se prevé que la segunda mitad de 2023 se caracterizará por un fenómeno El Niño muy intenso, observó el organismo.
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