No, las nuevas tarjetas monedero no acabarán con las colas del hambre y estos son los motivos

¿A quienes llegará esta ayuda?

La ayuda estará dirigida exclusivamente a familias con menores a su cargo y que ingresen menos del 40% de la renta media. El programa se ha planteado como un intento de luchar contra las altas tasas de pobreza infantil en España. Nuestro país es el que tiene un mayor riesgo de pobreza infantil de toda la Unión Europea: un 28,7% de los menores se encuentran en esta situación. El ministerio estima que la ayuda podrá llegar a unas 10.000 familias al año, 70.000 en el total de los siete años.

¿De cuánto será la ayuda?

Aunque el importe máximo que podrá recibir cada familia será determinado por los servicios sociales de cada comunidad autónoma, el máximo que recibirá una unidad familiar de dos miembros, con una persona adulta y un menor, será de 130 euros al mes. Si la unidad familiar tiene tres miembros (siempre que uno de ellos sea menor) recibirá 160 euros mensuales; si es de cuatro miembros, 190 euros al mes y si cuenta con cinco o más miembros, llegará hasta los 220 euros mensuales. Las tarjetas podrán tener una validez máxima de tres meses y se podrán recargar pasado ese tiempo si siguen reuniendo las condiciones para acceder al programa.

¿Cuál es la cuantía?

Se trata de una partida de 563 millones de euros (más un 10% mínimo de cofinanciación autonómica) del programa del Fondo Social Europeo Plus con las que el ministerio estima llegar a unas 70.000 familias en siete años. En esta primera fase, que es provisional, el importe máximo de la subvención es de 100.236.573,50 euros (95,5 millones de destinan a los gastos en alimentos y resto de productos básicos y 4,7 millones para Cruz Roja para los gastos técnicos para la implantación del Programa).

¿Qué cambia con respecto al anterior sistema?

Hasta ahora, el ministerio hacía una compra al por mayor de alimentos no perecederos con el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), dotado con fondos europeos, que entregaba a la Cruz Roja y la Fesbal (Federación de Bancos de Alimentos), quienes a su vez lo redistribuían a las entidades que se encargan de repartirlos a las personas con necesidad económica severa. Ahora, sólo las familias recibirán estas ayudas a través de tarjetas monedero que podrán usar en los supermercados que se adhieran al proyecto.

¿Qué supermercados están implicados?

Todavía no se sabe. En la primera fase, que el propio ministerio ha calificado de «solución transitoria y excepcional», lo lógico sería que Cruz Roja, la destinataria de la subvención, sea quien llegue en los próximos meses a un acuerdo con los supermercados y que estos tengan una cobertura nacional. A partir de 2025, cuando sean las comunidades autónomas quienes se encarguen de la gestión, serán ellas quien decidan e incorporen a establecimientos de ámbito más local.

¿Beneficia o perjudica a los beneficiarios?

Como ventaja, las nuevas tarjetas permitirán la compra de productos de primera necesidad, de higiene y alimentos perecederos, lo que no era posible con el anterior sistema. Pero, aunque el cambio de un sistema indirecto (a través de las tarjetas monedero) del reparto de las ayudas tiene el objetivo acabar con las denominadas «colas del hambre» y el evitar el estigma de la recogida de alimentos, el problema es que ahora tendrán que comprar los productos a precio de mercado. Según estima el Banco de Alimentos, esto puede suponer que lleguen a pagar entre «un 70 y un 75 por ciento más por los mismos productos».

¿Quiénes quedan fueran del programa?

Las tarjetas llegarán sólo al 16,5% de las familias, según ha estimado la Fesbal. Según su presidente, Pedro Llorca, «estimamos que este nuevo sistema dejará desprotegida a más de 350.000 familias que no cumplen con los criterios que determina la ley y a cientos de miles de personas que se ven obligadas a acudir a un centro de distribución de alimentos, personas sin hogar, con ingresos bajos, inmigrantes sin documentación«

¿Cómo se atenderá a las personas que no entran en el programa?

Ancianos con problemas económicos, personas sin hogar, familias con hijos mayores de 18 años y comedores sociales, que hasta ahora reunían los requisitos para acceder a esta entrega de alimentos quedarán fuera de las tarjetas monedero, por lo que tendrán que ser atendidos con los fondos propios por los Bancos de Alimentos. Además, también tendrán que hacerse cargo de las necesidades extra de quienes sí accedan a las tarjetas, pero que tendrán menos recursos al pagar a precio de mercado los alimentos.

¿Por qué se ha hecho de una forma tan excepcional?

Desde que el Consejo Territorial de Servicios Sociales aprobó en 15 de diciembre de 2021 el nuevo modelo, el Gobierno ha tenido dos años para desarrollarlo. Pero nunca lo hizo. Ya en septiembre, la Comunidad de Madrid advertía a la entonces ministra, Ione Belarra, que sin el Acuerdo Marco, que dependía de su ministerio, no podían hacer la licitación necesaria para implantarlo. De ahí que para salvar la situación, el Gobierno hizo una gran compra de alimentos en octubre, que se agotará en abril, y ha improvisado una subvención a la Cruz Roja para que se haga cargo del sistema a partir del 1 de mayo. Así, en este plazo, espera resolver los problemas y «dar tiempo a las comunidades autónomas a desarrollar el sistema». La solución era obligada, dado el compromiso con Europa, dado que de otra forma se habrían perdido estos fondos.

¿Será la Cruz Roja quien reparta los fondos?

Aunque los fondos han sido destinados a la Cruz Roja para su gestión, serán las comunidades autónomas, que tienen trasferida las competencias de servicios sociales, quienes determinen que familias pueden participar en el programa. Las familias seleccionadas acudirán a los centros de referencia de Cruz Roja para recoger las tarjetas. Las tarjetas se podrán cargar por un importe máximo correspondiente a tres meses, que podrá ser renovado si las familias siguen cumpliendo los requisitos para acceder al proyecto.