El obispo nicaragüense Rolando Álvarez ha sido expulsado de Nicaragua y está ya en el Vaticano

Salió el sábado de la cárcel junto a otro obispo, quince sacerdotes y dos seminaristas

«Arrestará a otros y los usará como moneda de cambio», avisa la abogada nicaragüense Martha Patricia Molina

Rolando Álvarez, el obispo que prefirió 26 años de cárcel a irse de Nicaragua

El obispo Rolando Álvarez EFE

Rolando Álvarez, el obispo condenado a 26 años y 4 meses de cárcel en Nicaragua, ha abandonado el país con el acuerdo del Vaticano. Ha sido expulsado de Nicaragua junto a otro obispo, dos seminaristas y quince sacerdotes, todos ellos prisioneros de conciencia. En ... octubre ya expulsó al Vaticano a otros doce sacerdotes, pero Álvarez se negó a acompañarlos.

El Vaticano confirmó a última hora de la noche de este domingo, a través de sus medios oficiales de comunicación, que «ya están en Roma y han sido acogidos por la Santa Sede». Matizó que «uno de los 19 liberados se quedó en Venezuela, todos llegaron a Roma esta tarde».

A última hora se publicaron dos fotografías de Rolando Álvarez en la Ciudad Eterna. Se le ve muy delgado, pero sonriente. En una aparece junto a otros sacerdotes y en otra, celebrando misa junto a Isidoro Mora, obispo de Siuna, quien también acaba de ser puesto en libertad.

Los medios cercanos a la oposición a la pareja presidencial formada por Daniel Ortega y Rosario Murillo describen la medida como un «destierro». El régimen lo presenta como un «viaje al Vaticano» y agradece a la Santa Sede la coordinación «respetuosa y discreta».

Rolando Álvarez, fue arrestado en agosto de 2022. En febrero de 2023 se negó a salir de Nicaragua junto a otros 222 prisioneros políticos, y fue condenado a más de 26 años de cárcel. Desde entonces, cumplía condena en una prisión de máxima seguridad conocida como «el infiernillo».

La nueva medida fue anunciada este domingo por sorpresa con una nota oficial del régimen sandinista. «La Presidencia de la República, el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional y el Pueblo de Nicaragua, agradecemos profundamente al Santo Padre, Papa Francisco; a la Secretaría de Estado de la Santa Sede; a su titular, cardenal, su eminencia reverendísima, Pietro Parolin, y a su equipo de trabajo, por las muy respetuosas y discretas coordinaciones realizadas para hacer posible el viaje hacia el Vaticano de dos obispos, quince sacerdotes y dos seminaristas», rezaba el comunicado.

En la nota no se mencionan las condiciones para el exilio, pero sí se habla de supuestos «acuerdos de buena fe y buena voluntad que buscan promover entendimiento y mejorar la comunicación entre la Santa Sede y Nicaragua».

«Arrestará a otros y los usará como moneda de cambio»

«La dictaduta criminal sandinista no ha podido con el poder de Dios», celebró la noticia el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, exiliado en Miami,

«Me da alivio conocer que los religiosos ya no están en las cárceles de la dictadura más criminal de los últimos tiempos, los Ortega-Murillo, pues en esas cárceles se practican más de 40 mecanismos de tortura, tratos crueles e inhumanos», aseguró a ABC también desde Miami la abogada nicaragüense Martha Patricia Molina, que ha dado voz a las víctimas de la represión en su país.

Molina lamenta que «este destierro forzado es un delito de lesa humanidad porque son curas que deberían de estar ejerciendo su ministerio sacerdotal o episcopal en Nicaragua». «La dictadura ya ha convertido en costumbre el destierro de sacerdotes. Lo más probable es que en el futuro secuestre a nuevos obispos, sacerdotes o seminaristas, y los utilice como moneda de cambio como ha venido haciendo hasta el día de hoy», denuncia.

Los sacerdotes habían sido arrestados a partir del mes de diciembre. El Papa denunció públicamente las condiciones en las que se encontraban durante su primer ángelus del año. «Sigo con profunda preocupación lo que está sucediendo en Nicaragua, donde obispos y sacerdotes han sido privados de su libertad», clamó el 1 de enero desde la ventana del Palacio Apostólico. «Quiero transmitirles a ellos, a sus familias y a toda la Iglesia de este país mi cercanía en la oración. Invito a todos los presentes y a todo el pueblo de Dios a la oración insistente, al tiempo que invito a que se busque siempre el camino del diálogo para superar las dificultades», solicitó.

Asimismo, en las últimas semanas el gobierno de EE.UU. y el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos han presionado a Daniel Ortega para que liberase a los sacerdotes y obispos que mantenía arrestados.

Entre los liberados está Isidoro Mora, obispo de Siuna, que fue arrestado el 20 de diciembre por rezar por Rolando Álvarez durante su misa. Medios nicaragüenses aseguran que entre los desterrados había sacerdotes que no estaban en la cárcel y que el gobierno sandinista ha expulsado del país. Es el caso del vicario general de la Matagalpa, Óscar Escoto Salgado, y del sacerdote Jáder Acosta, también de esta diócesis.

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