Monitorizan con geolocalizadores varias prendas de ropa para probar que la mayoría no tienen 'una segunda vida'
Han hecho el seguimiento de 29 prendas depositadas en contenedores de diferentes provincias y solo una ha sido reutilizada
El «largo viaje» de la ropa usada: del contenedor a sitios insospechados
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Iniciar sesiónEn medio del furor consumista desatado por el Black Friday, un dato demoledor: la mayoría de la ropa depositada en los contenedores de recogida nunca llegan a reutilizarse. Es el resultado de un estudio llevado a cabo por Greenpeace, que ha monitorizado 29 ... prendas con geolocalizadores y ha constatado que solo una de ellas llegó a gozar de 'una segunda vida', concretamente, tras ser adquirida en una tienda en Rumanía.
Tras cuatro meses de seguimiento, la ONG ambientalista ha comprobado que muchas prendas siguen moviéndose sin alcanzar su destino final, a pesar de haber recorrido miles de kilómetros a lugares tan lejanos como Chile, Pakistán, India o Togo. Otras, en cambio, se encentran paradas en almacenes en polígonos industriales de España o simplemente siguen sin dar señal, detalla Greenpeace en un comunicado.
La organización ecologista ha aprovechado precisamente el Black Friday para publicar los resultados iniciales de la investigación y compartir el seguimiento online que está realizando de las prendas que aún siguen viajando para que quien quiera pueda conocer a diario dónde están localizadas.
El «largo viaje» de la ropa usada: del contenedor a sitios insospechados
José A. GonzálezLa moda acumula la mitad de las compras en el Black Friday y su huella ambiental es una de las más importantes. Greenpeace ha seguido el rastro de las prendas desechadas
«Hemos podido comprobar que la gestión que se hace de la ropa que se deposita en contenedores se aleja mucho de la economía circular que buscan. El modelo actual necesita de países del Sur Global para producir ropa y luego gestionar los residuos que se generan al desecharla, viajando miles de kilómetros. Mientras esto no cambie la segunda vida de la ropa será más una estrategia de la industria para que sigamos comprando ropa sin remordimientos en días como el Black Friday que una realidad», ha declarado la responsable de la investigación, Sara del Río.
Seguimiento de 29 prensa
Para realizar este estudio, entre julio y agosto Greenpeace colocó dispositivos de seguimiento convencionales tipo botón en 29 prendas aptas para una segunda vida que luego depositó en contenedores de once provincias españolas, situados tanto en la calle como en tiendas de Zara y Mango.
La primera gran sorpresa fue que ambas vías siguen un proceso idéntico, dado que las entidades de gestión en ambos casos son las mismas. Así, prendas procedentes de ambos sistemas de recogida han sido localizadas en Emiratos Árabes Unidos, que, al igual que Pakistán, cuenta con centros de recepción internacionales de ropa ubicados en zonas francas, lo que facilita su reexportación.
Las prendas seguidas por Greenpeace también han sido localizadas en África, en concreto, en Egipto, Togo y Marruecos. En este sentido, la organización destaca que, según la Agencia Europea del Medio Ambiente, el 46% de los textiles usados exportados desde la UE tienen a países de este continente como destino: allí se revende alrededor del 60%, mientras que el resto es desechado, muchas veces directamente en el medioambiente.
«Esta práctica, aun pareciendo buena, es muy perjudicial para las economías locales que ven cómo la ropa usada 'barata' europea, que inunda los mercadillos de numerosos países, impide el desarrollo de una industria textil local», señala Greenpeace en el comunicado.
Otra de las prendas ha llegado a Chile, a pesar de que América no es un destino habitual de la ropa usada que se genera en España. El país sudamericano, resaltan, posee uno de los casos mundialmente más reconocidos de contaminación textil por las montañas de ropa usada que se acumulan en el desierto de Atacama.
Según las investigaciones de Greenpeace, la ropa usada procedente de España que se envía a países europeos, suele tener un valor económico muy superior a la que se envía a países como Marruecos, Emiratos o Pakistán (que son de los principales destinos de las exportaciones), lo que también indicaría una peor calidad. Esto le resta posibilidades de una segunda vida y un mayor riesgo de acabar siendo desechada, con el consiguiente impacto medioambiental.
Fallos del sistema
Durante el desarrollo del trabajo, la organización ecologista también ha detectado la presencia de un circuito irregular de gestión de residuos textiles, es decir, que se escapan al tratamiento autorizado por los ayuntamientos, que tienen la competencia de la recogida selectiva de residuos.
Alrededor de la mitad de los dispositivos de seguimiento no han salido de España, aunque sí se han movido una o varias veces de lugar. Esto es debido a que los cuatro meses de investigación transcurridos no son suficientes para realizar el seguimiento completo hasta el destino final de la prenda de ropa que se deposita en un contenedor.
En base a estos resultados, Greenpeace destaca la necesidad de cambiar radicalmente el modelo de producción y consumo de ropa y de evitar caer en falsas soluciones o parches que retrasen este cambio. Consideran que la gestión efectiva de la ropa usada para que no suponga un problema medioambiental y social cada vez mayor tiene que estar acompañada de una reducción drástica de la producción, así como de un aumento de la durabilidad y la calidad de las prendas.
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