El misterio del cardenal secreto de Juan Pablo II

Para hacerse una idea de quién era, o de quién es, basta seguir las pistas que ofrece el perfil de los otros cardenales 'in pectore' nombrados por Juan Pablo II y, pocos años antes, por su predecesor Pablo VI.

Se llama cardenal 'in pectore' porque poéticamente el nombramiento queda «reservado» en el corazón del Pontífice. La regla es que, si el Papa fallece sin revelar su nombre o si no deja un documento oficial donde éste conste, el nombramiento no es válido. Una vez revelado, le corresponde en la jerarquía de cardenales el lugar que le corresponde desde contando a partir del día en que «su nombre fue reservado 'in pectore'».

En plena Guerra Fría, Pablo VI creó cardenales 'in pectore' a tres gigantes. En 1969 hizo dos, y cuatro años más tarde reveló que se trataba del rumano Iuliu Hossu, fallecido tres años antes, y del checoslovaco Štěpán Trochta.

Hossu había sido detenido en 1948 por motivos religiosos y el gobierno comunista le ofreció entonces la libertad si rompía con Roma y se hacía ortodoxo. Él se negó y pasó el resto de su vida en la cárcel o en arresto domiciliario. Pablo VI le concedió la púrpura porque lo consideraba «símbolo y representante de la fidelidad de muchos fieles de la Iglesia rumana de rito bizantino».

Štěpán Trochta fue uno de los líderes de la resistencia durante la ocupación nazi de Checoslovaquia, hasta que lo detuvieron y lo llevaron a Mauthausen. En 1947, el régimen comunista le impidió ejercer como obispo, y en 1953 lo acusó de espionaje y lo condenó a 25 años de cárcel por «actividad contra el Estado a interés del Vaticano». En 1960 fue amnistiado, enviado a construir carreteras, y se le prohibió la labor pastoral. Pablo VI prefirió no hacer público su nombre para no agitar el avispero, pues en aquel momento vivía exiliado en Roma el aún arzobispo de Praga, cardenal Josef Beran, y era imposible un acuerdo con su gobierno para nombrar nuevos obispos.

En 1976 hizo otro cardenal 'in pectore', pero no reveló su identidad hasta un año más tarde. Se trataba del sustituto de Beran en Praga, František Tomášek. Conocido como el «cardenal de hierro» también había estado arrestado, pero optó por oponerse al régimen comunista sin buscar el enfrentamiento directo. En su funeral participaron Václav Havel, Lech Walesa y Helmut Kohl.

Cuando Juan Pablo II nombró un cardenal 'in pectore' en 1979, todos pensaron que era Julijonas Steponavičius, arzobispo de Vilnius (Lituania), apartado de su diócesis en 1969 y bajo arresto domiciliario en el sur del país, pues Wojtyla le había enviado su birreta cardenalicia después de ser elegido papa.

Sin embargo, en 1991 reveló que se trataba de Ignatius Gong Pin-Mei, primer obispo chino de Shanghái. Había sido arrestado en 1955, acusado de ser «contrarrevolucionario» y condenado a cadena perpetua en 1960. No salió de la cárcel hasta 1988. Cuando en 1990 se le permitió viajar fuera del país, se marchó a EE.UU. con su familia. De paso por Roma, Juan Pablo II le informó de que era cardenal, y lo hizo público en 1991, cuando tenía 89 años.

El 21 de febrero de 1998, Juan Pablo II nombró otros dos cardenales 'in pectore', y cuando reveló sus nombres tres años más tarde en 2001, se vio que no se trataba de víctimas de persecución. Eran Marian Jaworski (Ucrania) y Janis Pujats (Letonia). La decisión de mantener el secreto no era que corrieran peligro, pues ambos países eran independientes desde hacía años, sino evitar roces con el Patriarcado de Moscú, que aún considera que la Iglesia de Roma es extranjera en estas tierras. En cualquier caso, Pujats fue declarado en diciembre de 1984 «persona non grata» por el gobierno comunista letón y tuvo que abandonar todos sus encargos. Actualmente tiene 93 años, y es el último cardenal 'in pectore' que sigue vivo.

Jaworski era el arzobispo latino de Leópolis. Juan Pablo II no quería que se supiera que era cardenal hasta que fuera purpurado también el arzobispo mayor de la Iglesia Greco Católica Ucraniana, que había sido desmantelada por la URSS. Por eso, anunció el nombramiento en 2001, el mismo día que nombró cardenal a Lubomyr Husar.

En su último consistorio, el 21 de octubre de 2003, Juan Pablo II hizo 31 nuevos cardenales, de los cuales uno era 'in pectore'. Sobre su identidad han corrido ríos de tinta, pero el Papa falleció sin revelar su nombre. «Nunca supimos quién podía ser. Se hablaba de uno de China, pero nunca lo supimos», recuerda a ABC la decana de los vaticanistas, Valentina Alazraki, corresponsal de Televisa México en el Vaticano.

La prensa ha especulado estos años con tres nombres. Algunos sospechan que podría tratarse del secretario personal del Papa, Stanislaw Dziwisz. Habría sido un gesto para agradecerle la estrecha colaboración a lo largo de todo el pontificado que entonces estaba apuntando a su fin. Era poco probable, pues no encajaba con el perfil de los otros tres 'in pectore' que Juan Pablo II había nombrado antes.

El segundo gran «sospechoso» era el entonces obispo de Hong Kong, Joseph Zen Ze-kiun. Reforzó esta versión la revista 'La Civiltà Cattolica', que es revisada por la Secretaría de Estado del Vaticano antes de su publicación. Sin embargo, el mismo Zen dijo que no lo veía probable, dado que en Hong Kong podía ejercer su ministerio con total libertad bajo el régimen especial entonces vigente y no era necesaria la discreción. En su opinión, el cardenal in pectore era un obispo de la China continental.

Candidatos no faltaban. Por ejemplo, José Ma Zhongmu, de etnia mongola, obispo de Yinchuan desde 1983 y siempre fiel a Roma. Antes había sido condenado a trabajos forzados y obligado a trabajar como obrero en una presa. También, Tomás Zeng Jingmu, desde 1990 obispo de Yujiang, que pasó 30 años en la cárcel por no romper su vínculo con el Papa; o Jaime Xie Shiguang, obispo de Fujian de 1984, que pasó 28 años en cárceles chinas por ese mismo motivo.

Otro obispo con muchas posibilidades de ser el cardenal 'in pectore' era Tadeusz Kondrusiewicz, arzobispo latino de Moscú, que sufrió pacientemente gran oposición por parte del Patriarcado de Moscú que lo acusaba de «proselitismo» en Rusia. De hecho, Benedicto XVI lo trasladó a Minsk, Bielorrusia y lo sustituyó con el italiano Paolo Pezzi, quien, como extranjero, fue recibido con los brazos abiertos por los ortodoxos.

Cuando el 2 de abril de 2003 falleció Juan Pablo II, muchos esperaban que en su testamento revelara el nombre del cardenal 'in pectore'. Pero no lo hizo ni ahí, ni en ningún otro documento personal. Se llevó el secreto a la tumba. Sea quien sea, arrestado en una cárcel, o presionado por la geopolítica religiosa, ni siquiera el supuesto cardenal 'in pectore' sabe que el Papa había pensado en él.