El Mediterráneo espera un 'gran tsunami' durante los próximos años

En él convergen multitud de placas litosféricas, por lo que grandes desastres como el terremoto de Turquía y Siria ponen sobre la mesa esta posibilidad

La Unesco advierte de la alta posibilidad de que se produzca un tsunami en nuestro mar en los próximos 30 años Jorge González Navarro

Existe la creencia generalizada de que el Mediterráneo es una región calmada, sin apenas riesgo de grandes maremotos. Si bien los capitanes de navío tachan este mar de traicionero, su tranquila actividad reciente y su tamaño medio hacen difícil imaginar catástrofes marítimas a gran escala, ... desplazamientos enormes de agua como los que han arrasado históricamente las costas de Indochina, Sudamérica y Japón. Fenómenos difícilmente comparables con los que suelen ocurrir en el sur de Europa, pero que desastres naturales como los que han devastado esta semana Turquía y Siria ponen sobre la mesa. Y despiertan un viejo temor: ¿Es posible un gran tsunami en el Mediterráneo?

La alerta por maremoto fue declarada el lunes en las costas del sur de Italia e incluso España, con la mirada puesta en cómo se portaban los miles de kilómetros de agua que separan ambos puntos de Anatolia, epicentro del desastre. España dispone de un Plan Estatal de tsunamis desde mayo de 2021, a pesar de que el último gran episodio mortal de este tipo ocurrió en 1755 en la costa atlántica de Huelva y Cádiz, donde murieron cientos de personas por el agua desplazada por el conocido Terremoto de Lisboa, que se calcula que se cobró la vida de entre 60.000 y 100.000 personas entre la Península Ibérica y el norte de África. En el Mediterráneo español ocurrió algo parecido en Almería, en 1522, con 2.500 fallecidos, pero las crónicas de la época no aseguran que se produjera el tsunami, y atribuyen todas las muertes al seísmo. En cuanto al terremoto ocurrido en Turquía y Siria, la alerta emitida el lunes quedó en nada y solo se reportó una alteración del nivel del mar de 12 centímetros en lugares cercanos al temblor.

En alerta

Que el Mediterráneo es una zona geológicamente activa ha quedado más que demostrado esta semana. De hecho, la Comisión Oceanográfica de la Unesco advirtió ya este verano de la alta posibilidad de que se produzca un tsunami en nuestro mar durante los próximos 30 años. La catedrática en Geodinámica Interna por la Universidad de Barcelona, Eulàlia Masana, explica a ABC que en la zona oriental del Mediterráneo convergen una gran cantidad de placas litosféricas, por lo que terremotos de magnitudes respetables son relativamente frecuentes. No hay que ir muy lejos en la Historia, explica la investigadora, para encontrar ejemplos de maremotos como el ocurrido tras el terremoto de Mesina (Italia) en 1908, que además de terminar con la vida de 75.000 personas, levantó una gran ola de 12 metros que arrasó la costa de Calabria y Sicilia.

«El motivo por el que no estamos acostumbrados a grandes desplazamientos de agua en el Mediterráneo es la naturaleza y dimensión de sus fallas», apunta Masana, quien asegura que para que un terremoto origine un gran tsunami, el fondo marino debe ser movido de manera abrupta en sentido vertical, de modo que toda la columna de agua superior quede fuertemente desequilibrada. «Esto ocurre mucho más a menudo en las denominadas fallas de subducción, cuando una placa litosférica se hunde en el manto por debajo de otra», subraya la investigadora, que asegura que la mayoría de estas fallas se encuentran en el Índico y el Pacífico.

En lo que a España se refiere, una de las zonas de mayor actividad tectónica de nuestra costa es el Estrecho, donde la placa euroasiática entra en contacto con la africana. Es un lugar ampliamente estudiado, a pesar de que todavía se desconoce del todo el peligro real que representa. Un estudio publicado en noviembre por el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC) y la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (Icrea), demostró que dicha falla absorbe mucha más energía de la que se pensaba. Lo que podría provocar a medio plazo un terremoto de magnitud superior a siete. De todos modos, la energía liberada por el evento sería horizontal, por lo que las olas generadas nunca alcanzarían un tamaño monstruoso.

Amenaza Volcánica

Al margen de los terremotos, otro evento que supone una amenaza es la erupción de un volcán submarino -responsables del 20 por ciento de los tsunamis del mundo-, algo que podría estar más cerca de ocurrir de lo que se creía hasta 2023.

Un equipo de investigadores del Imperial College de Londres y la Universidad de Oregón reveló en enero la existencia de una cámara magmática desconocida del volcán Kolumbo, situada 500 metros bajo las tranquilas aguas de Santorini (Grecia). En el estudio aseguran que podría estallar durante los próximos 150 años, provocando un maremoto catastrófico en el Mar Egeo.

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