Mi cobaya no come ¿le pasa algo?

Como suele suceder con otros roedores, sus dientes están en crecimiento constante. Necesitan desgastarlos de manera constante . Puede que le hayan crecido y de ahí que le impida comer como es debido. Además de dificultar la alimentación, les producen heridas bucales e incluso en los casos más graves salirse por fuera. Hay que acudir al veterinario de inmediato para que este pueda limarlos. Les recordamos que existen veterinarios especializados en pequeños roedores.

Una mala higiene bucal también puede producir molestias a su cobaya . Hay que tener mucho cuidado ya que una acumulación en exceso, puede llegar a producir infecciones e incluso problemas bucales mucho más graves. El sarro es evitable. Existen alimentos y productos específicos que ayudan a controlarlo y reducirlo.

La presencia de gases, obstrucciones por objetos extraños o simplemente un problema de estreñimiento puede que afecte al simpático roedor, se encuentre mal y pierda las ganas de comer. Cuando el dolor es muy fuerte, su reacción es quedarse en un rincón de la jaula y quedarse inmóviles. Ante la sospecha de algo parecido acuda al veterinario. Es un problema que si se coge a tiempo todo se queda en un susto; pero de no ser así puede tener graves y tristes consecuencias.

Esta vitamina es muy importante para los conejillos de indias. Ellos no son capaces de producirla de forma natural, por lo que nos corresponde a nosotros administrarsela en su dieta. La falta de esta vitamina además de perder el apetito hay otros síntomas como: sangrado de encías, letargo y debilidad.

Uno de los motivos más frecuentes por los que nuestro pequeño roedor no come está precisamente en su alimentación. Muy a menudo la comida que se le ofrece no es la más indicada. No solo de pienso vive y se alimenta una cobaya. Heno y semillas está muy bien; pero también en su dieta debe haber vegetales y fruta fresca. Estos últimos son un gran complemento rico en vitaminas y fibra... y no hay que olvidar el agua. El bebedero, hay que cambiarle el agua todos los días y en verano hasta dos veces al día. El agua del grifo y no fría. La fruta en trocitos pequeños limpios y secos y no dejarlos en el comedero todo el día ya que de ser así -sobre todo cuando hace calor- se fermentan y son malos para su estómago . En casos de apatía podemos suministrarle agua con una jeringuillas. Siempre poco a poco y por el lateral de la boca, en el hueco detrás de los dientes para evitar que el animalito se atragante. En cuanto a la alimentación, también podemos intentarlo con una papilla liquida -hay que consultar con el veterinario que alimentos son los más indicados- usando una jeringuilla. Desde www.madrigueraweb.org , aseguran que es muy importante controlar su peso pesándole en una báscula de cocina semanalmente. Consulte con su veterinario cual es el peso ideal para saber exactamente lo que tiene que pesar. Una bajada o subida de peso de un 10 % en un mes no debe ser pasada por alto y puede ser un síntoma de alarma de que no se le está dando la alimentación más adecuada o que más le gusta.

Evitar que la jaula o habitáculo de nuestra cobaya este expuesto a corrientes de aire frío o dejarla mojada mucho tiempo, esto multiplica las posibilidades de desarrollar infecciones respiratorias. La mayoría de estas infecciones se deben a complicaciones en un resfriado. La dificultad hace que se agoten y dejen de lado la comida. Puede intentar darle de comer una papilla; pero si no la acepta acuda al veterinario.

Son pequeños roedores; pero tienen sentimientos como otras mascotas de mayor tamaño . Un conejillo de indias o cobaya también pueden sufrir en algunos momentos ansiedad, tristeza, estrés. ¿Los motivos? Pueden ser de muy diverso origen. El exceso de ruido, la falta de higiene o si ha estado compartiendo jaula con otro compañero la falta de este. También en los primeros días de llegar a su nuevo hogar, el extrañar o hacerse con la que va a ser su casa.

Si observa que su cobaya está triste o no come como viene siendo habitual nuestro consejo -antes de que el asunto vaya a mayores- es que acuda al veterinario. A lo mejor no es nada, pero lo más importante es saber qué le ocurre y si es por enfermedad comenzar el tratamiento cuanto antes. Si el motivo es por estrés, trate de estar más tiempo con ella, juegue con ella o cambie la ubicación de la jaula... y alejarla del ruido.