«Mamá, no quiero vivir más», el infierno de un niño tinerfeño tras más de dos años de acoso escolar
El pequeño, de 13 años y residente en Tenerife, es objeto de bullying desde hace más de dos años, tal y como ha denunciado su madre, Sheila, en redes sociales
La madre de una víctima de acoso escolar: «Mi hija se ponía enferma todos los días. No quería ir al colegio»
Un niño víctima de acoso escolar
El acoso escolar es una lacra que persiste en la sociedad y que lleva a los pequeños que lo sufren a vivir un invierno que, a veces, se resuelve de la manera más trágica.
No es el caso del niño protagonista de esta historia ... aunque por suerte, y es que dos tentativas de suicidio a sus apenas 13 años le contemplan. Su historia la cuenta Sheila, su madre, a través de las redes sociales, donde ha denunciado la situación y ha logrado trascender a los medios.
La mujer narra en sus cuentas de Instagram y TikTok las continuas vejaciones de las que ha sido víctima su hijo por parte de compañeros de clase desde hace más de dos años.
Cuando comenzaron los abusos, la madre acudió a pedir ayuda a la dirección del colegio por el que estudiaba su hijo entonces; después de que uno de sus acosadores le propinara un puñetazo por el que cayó escaleras abajo y le provocó diversas lesiones, entre ellas hundimiento de cráneo.
La respuesta de la cúpula de su centro escolar fue que cambiara al niño de colegio, en lugar de tomar algún tipo de medida contra los agresores y el bullying existente en el ambiente escolar en sí.
Sheila cambió a su hijo de centro, pero los abusos persistieron. La mujer detalla en sus redes ataques de los acosadores, que además de pegar al niño le escriben descalificativos varios en su espalda.
«No aguanto más mi vida. No quiero vivir más, mamá», llegó a decir el chico en medio de su propio infierno. Tras los dos intentos de quitarse la vida, ahora se encuentra en tratamiento psiquiátrico y su madre le ha vuelto a cambiar de centro, donde por fin se encuentra más seguro.
Sin embargo, relata Sheila, los antiguos acosadores saben dónde vive y han acudido a su vivienda para continuar con el abuso.
«Sé que saldrá de esta, pero necesita ayuda», añade la progenitora del menor, que utiliza los canales de redes sociales para pedir ayuda en la lucha contra el acoso escolar.
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