El instituto público cuya receta del éxito es mezclar «a los hijos del catedrático y a los del portero»
Los alumnos del San Mateo logran, desde hace 14 años, las mejores notas en Selectividad, si bien en los 80 fue «una especie de Bronx»
A su director no le sorprende que hasta Pablo Iglesias recurra a la enseñanza privada: «Hay una educación de caridad, no de calidad»
La factura de años de igualar por abajo: España y Francia, a la cola de la OCDE en matemáticas
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónCuando un padre piensa hoy en el colegio que quiere para sus hijos, el 'efecto compañero', es decir, quién se sentará en el pupitre de al lado, es un detalle que no se pasa por alto. Sin embargo, esta fijación «entendible» de las familias ... podría ser el síntoma de que la Educación en España está herida de muerte. Así lo cree Horario Silvestre, director del instituto público madrileño San Mateo, que lleva 14 cursos logrando que sus alumnos saquen la mejor nota media en Selectividad.
«Desde la izquierda nos han llamado elitistas, pero el único elitismo que aquí nos interesa es el académico. En nuestras aulas se juntan el hijo del catedrático y el del portero. El que tiene un padre empresario del Ibex, y el del inmigrante que sobrevive como puede», asegura Silvestre. Asomando la cabeza a las aulas en las que los alumnos dan clase, se ve que ese 'mélange' racial es cierto: se intuye el origen asiático de algunos estudiantes o también el latinoamericano. «En este instituto trabajamos por llegar al final del temario, por ir al grano, la única receta que aplicamos es la de intentar que nuestros alumnos sean los mejores, vengan de donde vengan. Sólo hay un secreto y es no dejar de buscar la excelencia», asegura Silvestre desde una de las bibliotecas del edificio, custodiado por un busto de Higía, la diosa griega de la salud, y una estructura pintada de un caballo de Troya, que los alumnos usan como 'atrezzo' en sus actividades de teatro.
El San Mateo cuenta con 20 profesores y prepara a 225 alumnos de primero y segundo de Bachillerato que se dividen en ocho cursos. Es el único centro que ofrece en exclusiva el denominado 'Bachillerato de Excelencia', una enseñanza más exigente de lo habitual que «no se pierde en optativas absurdas» pero que, sin embargo, incluye entre sus materias obligatorias el Latín, el Griego, así como el aprendizaje de un segundo idioma que puede ser el alemán o el francés, más allá del inglés. «Tampoco soy amigo de que la Educación Física tenga que contar en la media. Para estudiar Matemáticas o Física o una ingeniería no tienes por qué ser ningún atleta, ni siquiera –y esto es muy políticamente incorrecto – tener buenos hábitos de consumo».
Horacio Silvestre, que es doctor en Filología Clásica y catedrático de Bachillerato de Latín, es quien imparte esta asignatura. «Las matemáticas o la física son esenciales para cualquier alumno que quiera cursar una carrera de ciencias, pero considero que para quien se decanta por estudios superiores 'de letras' el latín o el griego son indispensables, el origen de lo que luego se vaya a estudiar».
El 'pasillo' de la fama
Muchos de los chavales que han pasado por el San Mateo, sin embargo, terminaron escogiendo grados universitarios de la rama científica. De ello da cuenta una especie de 'pasillo de la fama' en el vestíbulo de la entrada que aparece a continuación de las orlas. En él hay varios premios de investigación del ministerio a antiguos alumnos en ciencias, pero también en Historia; premios al mejor expediente universitario; premios de la Olimpiada Matemática Internacional; premios del Teatro Greco Latino... «Aquí está la vida que el San Mateo ha ido creando en el cascarón que nos dieron», dice con orgullo su director.
«Porque antes, en los años ochenta, este instituto era una especie de Bronx, un centro de desecho», matiza. En pleno corazón de Madrid y con una población cada vez más envejecida, el primer San Mateo fue bajando el nivel, se convirtió en un lugar con muy mala fama hasta que en 2007 se terminó quedando sin alumnos. El proyecto actual, que recibió financiación de un programa europeo, surgió en el curso 2011/2012 como un centro público destinado a aquellos estudiantes que finalizaran la ESO con un buen expediente académico y que desearan cursar el Bachillerato con un alto nivel de exigencia. En otras comunidades autónomas existen aulas dentro de institutos públicos con un planteamiento similar, pero el San Mateo es el único que únicamente oferta este Bachillerato de 'alto nivel'.
«Cuando yo iba a la escuela, la pública era sinónimo de exigencia. El profesor que te corregía 'no se casaba con nadie'»
Silvestre es un gran defensor de la enseñanza pública, pero cree que esta lleva años equivocándose en sus métodos y no le duele en prendas señalar a los que, a su juicio, son los culpables del desastre en PISA. «El partido socialista llegó al poder en 1982 y, desde el primer momento, empezó a aplicar sus políticas educativas, que han ido dando sus frutos». Primero, recuerda, se eliminaron las reválidas tildándolas de franquistas y se empezó a reivindicar que el hijo del obrero fuera a la universidad simplemente por el hecho de ser hijo del obrero, no por tener capacitación para ello. La universidad se masificó, se eliminó el concepto del esfuerzo y se terminaron enraizando en nuestro sistema las corrientes pedagógicas romántico-idealistas. «Todo parte del 'Emilio' de Rousseau, para quien el niño es bueno por naturaleza y todo lo puede. Por tanto, piensan, a ese niño no le puedes obligar ni le puedes imponer, puesto que estarías estropeando su 'mente pura'. Los efectos de estas teorías son nefastos para el desarrollo de un niño».
Silvestre no es defensor de la corriente más mecanicista, es decir, aquella que persigue que el alumno saque el mejor rendimiento porque «tiene» que conseguir una buena nota, un dígito: «No tiene sentido que un estudiante se meta una cantidad ingente de contenidos entre pecho y espalda para que se los aprenda de memoria y los suelte en un examen. Lo que de verdad sirve es enseñarles buena gramática, buena retórica, buenas herramientas de cálculo, de matemáticas», ejemplifica. En su opinión, la que funciona es la corriente clásica, «ser exigente con los contenidos, pero compasivo con la evolución de los chicos».
La cuestión de la autoestima
Ahora que los docentes plasman en sus estatutos la importancia de tener en cuenta la autoestima del alumno para evaluarle, a este director le parece que esta no es más que una estrategia previa a la inactividad, «a los 'ninis'. No estudio ni trabajo porque es duro, porque supone un obstáculo». «La mayor parte de la enseñanza pública se ha 'guetificado' y sólo atiende a los alumnos que no llegan al nivel exigible, pero se olvida, expulsa, a los demás. Es decir, a la gran mayoría».
Este docente considera que el sistema público tiende a redondear al alza. Sin embargo, también es crítico con parte de la enseñanza privada o concertada, puesto que ha observado cómo «muchos centros suben las notas de sus estudiantes por su propio interés, para ofrecer una imagen positiva del centro». ¿El resultado? Una educación que ya no es realista, que no evalúa al alumno por sus conocimientos sobre las materias. «Cuando yo iba a la escuela, la pública era sinónimo de exigencia. El profesor que te corregía 'no se casaba con nadie' y te obligaba a 'apañártelas' como pudieras para resolver las preguntas del examen. Hoy eso en España rara vez existe».
—Hay quien culpa de gran parte de los males de la Educación a las ratios, el número de alumnos por profesor...
—Es una forma más de desviar la atención y el debate. El sistema está torcido y retorcido. Dar clase con 30 alumnos que te atienden es lo mismo que darla con 10. Lo que es imposible es hacerlo con 6 que no prestan atención. He sido profesor de los grupos que llaman de 'diversificación curricular'. Cuando lo experimenté personalmente me dije: ¿Dónde puedo pedir asilo político y huir? Si tienes a un chico de 18 años que no sabe leer, llegas muy tarde.
En España hay cada vez más adultos que no comprenden ni siquiera textos sencillos. En ese sistema, el San Mateo se aferra al 'Summa in primis', la excelencia ante todo.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete