La inmersión lingüística pasa factura a los alumnos de Cataluña y el País Vasco en el informe PISA
Los alumnos españoles se desploman en Ciencias, Matemáticas y lectura. Cataluña y el País Vasco sacan resultados negativos en el periodo 2012-2022 en Matemáticas y caen en esta edición en lectura
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Alumnos de un colegio de Sevilla
La debacle de España en el prestigioso informe PISA es una realidad incontestable. Hasta tal punto de que el propio secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar reconoció que no podía haber «autocomplacencia» y que PISA no debería servir para que España ... se compare con otros países o entre comunidades.
«Lo más importante es saber qué margen de mejora tenemos, hacia dónde tenemos que caminar para mejorar». Esto después de que el propio analista senior del informe PISA, Daniel Salinas Contador, dejara claro que los malos datos (globales) no solo eran atribuibles a la pandemia sino a medidas anteriores.
«El Covid simplemente intensificó una trayectoria negativa que venía de antes», dijo. España no escapó a la caída producida con la pandemia ni a los otros motivos que provocaron el descenso pero que Salinas mencionó vagamente (inversión por alumno, educación preescolar...). El resultado es que nuestros alumnos de 4º de la ESO se han quedado más de medio curso por detrás en Matemáticas, Lengua y Ciencias que los que tenían su misma edad hace diez años, en 2012.
Por comunidades, también hubo sorpresas. No pasaron desapercibidos los resultados sobresalientes que sacó Castilla y León –que se colocó primera en las tres áreas– tampoco era posible no sorprenderse con la enorme caída de Cataluña y el País Vasco en los diez últimos años, con sus -24 (igual que Navarra) y -23 puntos, respectivamente en Matemáticas quedando muy por debajo de la media de la OCDE (-23) y la nacional (-11). Pero es que tampoco fueron buenos los datos de la edición que se conoció ayer, de 2022, para estas comunidades sobre todo el caso de lectura. El País Vasco, con 466 puntos quedó última, superada por Canarias, Ceuta o Melilla y por debajo de la media de la OCDE, de la Unión Europea y la media nacional. Cataluña (462) aparece también al final, superada también por Ceuta, Melilla o Andalucía.
¿Cuánto ha tenido que ver la inmersión lingüística? La OCDE no suele entrar en estos aspectos pero en esta ocasión y aún dando largas respondió lo evidente: «Hablar en casa una lengua que es distinta a la lengua principal de la escuela evidentemente es una desventaja», dijo Salinas Contador. Luego añadió que en realidad no tenía mucha información –fue preguntado por Cataluña– porque la OCDE no se dedica a analizar «las diferencias de resultados a nivel de las regiones dentro de los países». Matizó la respuesta diciendo que una lengua distinta «puede enriquecer su experiencia en términos más generales».
Bastante más claro lo tiene Ana Losada, presidenta de Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB). «La inmersión ha pasado factura en todo: para empezar tenemos más de un 50 por ciento de los alumnos catalanes que estudian en una lengua que no es su lengua materna. Por lo tanto, entender Matemáticas, Ciencias y leer bien en una lengua que no es la materna supone una dificultad para cualquier niño y esto tiene un peso importante en el mal resultado de PISA», señaló a este periódico.
Losada recordó que Cataluña encabeza la inversión dedicada a todos los niveles educativos que además representa un 28 por ciento más que el dinero que pone Madrid, incluso con un número parecido de alumnos. «Hay muchas causas que influyen en los malos resultados pero no es posible que nunca se le dé importancia al hecho de miles de alumnos en Cataluña no estudian en su lengua materna», continúa Losada. Por otro lado reconoció sentir «vergüenza» por la explicación que dio la Generalitat a los datos. El secretario de Políticas Educativas, Ignasi Garcia Plata, dijo que los resultados se deben a la «sobrerrepresentación» de alumnado inmigrante. Esta población supone el 24% de la muestra.
«Además de vergonzoso no es verdad: un alumno que llega a Cataluña, ya sea de Rusia, Italia o de otra comunidad se pasa como poco dos años estudiando catalán porque para ello destina la Generalitat las llamadas aulas de acogida o el plan individualizado de integración», relata Losada que recuerda que todo ese tiempo se pierde en aprender otros contenidos.
En cuanto al País Vasco, ocurre algo muy parecido. «Aquí hay un problema que le llamo el traje de talla única, es decir, hay una talla única para un alumnado diverso. En este sentido, no nos podemos olvidar que en esta comunidad aproximadamente el 30 por ciento solo tiene como lengua habitual el euskera. Sin embargo, el otro 70 por ciento, el castellano. Sin embargo, el sistema educativo funciona ignorando esa realidad, con una lengua de instrucción que en mas del 70 por ciento de los casos es el euskera, es decir, se invierten por completo las proporciones», explica Ricardo Arana, experto en educación y profesor durante 38 años.
El experto añade que «sin dudas tiene influencia la inmersión y más cuando los niveles de lectura son tan bajos. Lo peor es que nos alertaron en otro estudio, en PIRLS en 2016 y lo que hizo Educación fue no volver a participar del informe». Por su parte, el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, defendió los resultados de su comunidad asegurando que la pandemia ha tenido un importante impacto que se ha traducido en un descenso «generalizado».
Por su parte, la viceconsejera de Educación, María Begoña Pedrosa, dijo que factores como los socioeconómicos y la procedencia de los alumnos -con las consiguientes diferencias en materia de idioma- tienen incidencia «en muchísimas variables» educativas.