Fernando Vérgez: «Cuando supe la verdad sobre Marcial Maciel me sentí triste y confuso, responderá ante Dios por sus acciones»
El nuevo cardenal español es Legionario de Cristo y lleva 50 años trabajando en el Vaticano
«La prioridad de la Iglesia es la evangelización, sin perder de vista los retos que plantea la evolución social y económica»
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El Vaticano
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Iniciar sesiónEl próximo 27 de agosto, el Papa hará cardenal al salmantino Fernando Vérgez, de 77 años y gobernador civil del Estado Ciudad del Vaticano desde 2021. Este religioso afable y cercano está acostumbrado a navegar en aguas vaticanas, donde trabaja desde hace ... 50 años. El Papa lo conoce desde hace años, pues apreció cómo se ocupó del cardenal argentino Eduardo Pironio, de quien fue secretario durante décadas. Ahora será el primer cardenal de los Legionarios de Cristo, congregación que ha atravesado una dura crisis tras destaparse la doble vida de su fundador, Marcial Maciel.
—Dicen que usted es medio salmantino y medio madrileño.
Nací en Salamanca, pero muy pronto mi familia se trasladó a Madrid por el trabajo de mi padre. Éramos 6 hermanos, tres varones y tres mujeres. Yo volví a Salamanca 4 o 5 años para estar con mis abuelos. Recuerdo que cuando mi abuelo estaba enfermo, me enviaba solo a misa los domingos pues no podía acompañarme, y me preguntaba el color de la túnica litúrgica para saber si realmente había ido.
—¿Cómo reaccionaron cuando les dijo que iba a ser sacerdote?
Con miedo, pero no me lo impidieron. En mi familia había mucha práctica cristiana y la fe era una parte fundamental de la vida. Mis padres consideraban una bendición tener un hijo sacerdote, aunque les costase muchos sacrificios emocionales y personales.
—¿Vendrá su familia al consistorio en el Vaticano?
Me da mucha alegría porque, aunque faltará mi hermana mayor por motivos de salud y de edad, vendrán mis parientes más cercanos, también los hijos de mis dos hermano fallecidos. Les estoy pidiendo que pidan a Dios que me ayude en esta nueva etapa de mi vida.
—¿Por qué entró en la congregación de los Legionarios de Cristo?
Sentía que quería seguir a Dios aún más de cerca, prometiendo vivir los consejos evangélicos. Me fascinó ser discípulo de Cristo e imitar sus enseñanzas, en la escuela de tantos santos y maestros del espíritu que ha habido en la historia.
—¿Cómo se sintió cuando supo que Marcial Maciel tenía una doble vida?
Reconozco que fue un momento muy triste y confuso. Sin embargo, al pensar y reflexionar, recordé que evidentemente mi consagración no era al padre Maciel, sino al Señor. El padre Maciel responderá ante Dios por sus acciones, como también yo de las mías. Esto me dio serenidad y ánimo para seguir adelante.
—Usted es el primer cardenal Legionario de Cristo. ¿Se puede leer su nombramiento como un gesto de apoyo del Papa tras años difíciles?
La creación de un cardenal es personal, el Papa no elige para honrar a un grupo, sino para confiar personalmente una responsabilidad. Pero mis hermanos viven este consistorio como una alegría y una gracia para todos. No cabe duda de que, al formar parte de una gran familia unida en el nombre de Cristo, mi fiesta es compartida por todos.
—Lleva 50 años trabajando en el Vaticano. Muy pocos han durado tanto aquí. ¿Qué ha aprendido en todo este tiempo?
Servir en la curia romana es un enriquecimiento continuo, porque entras en contacto con toda la realidad de la Iglesia en el mundo. Pero para trabajar bien y colaborar con la misión evangelizadora, lo primero es la oración y el aspecto espiritual. Sin estos cimientos, no puede mantenerse en pie el edificio, necesitas una base sólida para no derrumbarte bajo el peso de la responsabilidad.
—Fue estrecho colaborador de una persona que va camino de los altares, el cardenal Eduardo Pironio.
Fui su secretario durante muchos años, hasta su muerte. Se me quedaron grabadas su profunda humildad y su sonrisa incluso en medio de las dificultades y el sufrimiento.
—Se convirtió en gobernador en un momento de transición, mientras estaba en marcha una operación limpieza. ¿Ha sido difícil?
Siempre hay que tener pasión por tu trabajo y cuando la situación que tienes que afrontar es difícil y complicada, hay que tener mucha paciencia y al final encuentras la solución. En todas las tareas hay momentos que requieren un esfuerzo adicional. Cuando estamos en sintonía con las instrucciones de los papas, nunca fallamos, porque estamos para colaborar en todo con ellos, para hacer efectivas sus directrices. Con esta certeza, superamos todas las dificultades en el horizonte.
—Ahora como cardenal, se convierte en uno de los consejeros del Papa. En su opinión, ¿Cuáles son las prioridades de la Iglesia en este momento?
La evangelización, como dice siempre el Papa Francisco. La Iglesia es misionera por naturaleza, por lo que este aspecto es esencial. Además, hay otros retos que plantea la evolución social y económica. Es necesario tender la mano a las personas necesitadas, por ejemplo, a los desempleados.
—Una de las responsabilidades de los cardenales es participar en el cónclave. ¿Le asusta esta posibilidad?
Cuando el Papa decide crear un cardenal, está implícito que esa persona podría participar algún día en un cónclave. No es una cuestión de miedo, sino de conciencia de estar al servicio de la Iglesia para el bien común. Lo fundamental es rezar para que el Espíritu Santo ilumine la elección.
—Lleva muchos años lejos de España… ¿Hay algo que eche especialmente de menos?
Siempre eres español y eso nunca desaparece. Ser español es algo que está impreso en nuestros corazones y almas y nada ni nadie puede borrarlo. Ni siquiera la distancia del tiempo y el espacio. Por eso cuando vuelvo a mi tierra es como si volviera a casa, a los orígenes, donde todo empezó. A veces echo de menos ciertas expresiones de la fe de la gente, como la belleza de la naturaleza y el arte de Castilla y León.
—¿Viaja a menudo a España?
Cuando me invitan a algún evento o celebración familiar, me quedo allí unos días. Otras veces voy solo para estar con mis hermanas y mis sobrinos y me quedo con ellos. Me gusta visitar alguna iglesia o un santuario en la zona, o lugares de interés histórico como Ávila o la misma Salamanca.
—Una de sus responsabilidades es seleccionar el belén navideño para la plaza de San Pedro, que cada vez llega de un país diferente. ¿Hay posibilidades de que veamos uno español?
Sí, pero hará falta paciencia porque hay cola. En España no faltan las ricas tradiciones belenistas. Hace unos años, la Archidiócesis de Valencia se puso en contacto con nosotros porque la Asociación de Falleros quería exponer un belén; dijimos que sí y les pedimos que nos enviaran la solicitud oficial, pero no hemos vuelto a saber nada.
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