Este es el fármaco contra la obesidad que está haciendo más ricos a los daneses

A modo de comparación, Pfizer, Moderna, J&J, AstraZeneca y BionTech facturaron en 2021 en conjunto 71.000 millones por las vacunas contra el Covid. Ahora, sólo en el primer semestre de 2023, la empresa Novo Nordisk ha ingresado 14.500 millones de euros gracias a las ventas del codiciado Wegovy. La danesa ha reventado el índice bursátil nacional, el OMXC25, y su valor de mercado de 400.000 millones de dólares supera ya el PIB de Dinamarca. Y esto no es más que el principio.

El negocio funciona de la siguiente manera: los agonistas del GLP-1, una familia de fármacos antihiperglucémicos comercializados bajo las marcas Wegovy, Ozempic o Mounjaro, que ayudan a controlar el nivel de azúcar en sangre, estimulan la secreción de insulina y avisan además al cerebro de que ha llegado la comida al estómago.

Este segundo efecto proporciona la sensación de saciedad, por lo que se prescriben contra la obesidad. Los no obesos también pueden conseguirlos sin financiación pública por un precio de unos 140 euros al mes en Europa, mientras que en Estados Unidos las inyecciones superan los 10.000 dólares por año.

El hecho de que celebridades como las Kardashian se hayan servido de estos medicamentos para adelgazar visiblemente ha disparado su demanda a escala global. Una encuesta de Kaiser Family Fundation muestra que casi la mitad de la población estadounidenses compraría un medicamento para adelgazar seguro y eficaz.

Alrededor de 650 millones de personas en todo el mundo tienen obesidad diagnosticada y alrededor de 2.000 millones de personas tienen sobrepeso. El potencial tiende al infinito. Y por si no fuera suficiente, Novo Nordisk cuenta ahora además con un estudio en el que 17.600 adultos con sobrepeso han demostrado que Wegovy puede reducir significativamente el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en un 20 por ciento, en comparación con el grupo al que le fue suministrado el placebo. Con estos datos sobre la mesa, podrá seguramente convencer a las aseguradoras y a los gobiernos de pagar la factura del medicamento milagroso en muchos casos.

Los economistas de Jefferies calculan el valor del negocio de las inyecciones adelgazantes en 150.000 millones de dólares, un éxito de taquilla de la industria farmacéutica que dobla el de las vacunas Covid. Los analistas encuestados por Bloomberg esperan que las ventas aumenten a 30.000 millones de euros este mismo año, el doble de la cifra obtenida en 2018, año de lanzamiento de Ozempic.

Para 2026, las ventas generales de Novo Nordisk deberían continuar creciendo a tasas de dos dígitos, según las previsiones de la empresa. La euforia es tal, que nadie pregunta por el resto de los efectos secundarios de estos medicamentos, que pueden aumentar de forma exponencial en la medida en la que no se apliquen bajo control médico, sino en casa, con una inyección semanal en el abdomen o en la pierna, como explica el prospecto.

Para empezar, Ozempic no está indicado para personas alérgicas a semaglutide ni para pacientes o personas con antecedentes familiares de carcinoma medular de tiroides o síndrome de neoplasia. Puede eliminar el apetito por completo y causar o agravar trastornos alimentarios. Además puede causar, especialmente si se aplica durante largos periodos de tiempo, problemas gastrointestinales, náuseas, vómitos o estreñimiento, inflamación del páncreas, cambios en la visión, nivel bajo de azúcar en sangre, problemas renales y en la vesícula biliar.

Tampoco hay información contrastada sobre lo que les ocurre a las personas que han adelgazado gracias a Ozempic y que dejan el tratamiento. Aparentemente vuelven a ganar peso, a menos que permanezcan de por vida atados a la droga. Estos peligros quedan eclipsados, incluso para las autoridades, debido al efecto que el negocio de Novo Nordisk produce en las cansadas economías del primer mundo.

El auge de las ventas ha propiciado tal entrada de dólares en Dinamarca que la corona danesa se ha apreciado sensiblemente en el mercado de divisas. Esto ha generado a su vez como consecuencia que, mientras en el resto de Occidente subían los tipos de interés, encareciendo el crédito y las hipotecas, el banco central Danske Bank, dirigido por Hens Naervig Pedersen, se haya podido permitir no tocar el precio del dinero.

Las exportaciones del sector farmacéutico danés se han multiplicado por cuatro desde 2029 y el fenómeno ha tenido un efecto de enriquecimiento para los ciudadanos.

Los perjudicados son, lamentablemente, aquellos enfermos a los que el medicamento pretendía ayudar desde el principio: los diabéticos. La excepcional demanda de estos medicamentos es la responsable de una situación de escasez y carestía que impide a muchos de ellos acceder al tratamiento.