Europa cree que el 100% de los europeos están expuestos a niveles peligrosos de un polémico químico
Un estudio elaborado por la Agencia de Medio Ambiente detecta bisfenol A y concluye que la exposición es «demasiado alta y constituye un posible problema de salud»
Europa deja en el aire su plan para erradicar sustancias químicas tóxicas de miles de productos cotidianos
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Se utiliza en prácticamente todo, desde recipientes de plástico y metal para alimentos hasta botellas de agua reutilizables y tuberías. Así, a través de la comida y la bebida, entra en el cuerpo humano el bisfenol A, una sustancia química sintética capaz de alterar el sistema endocrino y los niveles de fertilidad. Un estudio de la Agencia Europea del Medio Ambiente (Aema) revela ahora que ha sido detectado en la orina del 92% de europeos. Y son estimaciones «mínimas». Existe la probabilidad, dice el informe publicado este jueves, de que, en realidad, las tasas sean del «100% de exposición por encima de los niveles seguros».
El proyecto europeo de biomonitorización humana, HBM4EU, se llevó a cabo entre enero de 2017 y junio de 2022. Se midió el bisfenol A y otros dos bisfenoles utilizados como sustitutos (bisfenol S y bisfenol F) en la orina de 2.756 adultos de 11 países: Croacia, República Checa, Dinamarca, Francia, Finlandia, Alemania, Islandia, Luxemburgo, Polonia y Portugal y Suiza, que representa el norte, este, sur y oeste de Europa. El nivel de superación de niveles seguros de bisfenol A osciló por países entre el 71% y el 100% (como fue en Francia y Portugal). Por lo tanto, la exposición de la población al bisfenol es «demasiado alta y constituye un posible problema de salud», concluye el informe.
Además, la técnica aplicada indicaba «números mínimos», por lo que «existe la probabilidad de que, en realidad, los 11 países tengan tasas de superación del 100% expuestas por encima de niveles seguros».
El Bisfenol A está clasificado como una sustancia química peligrosa en la UE debido a su capacidad para dañar la fertilidad y causar daños oculares graves, reacciones alérgicas en la piel e irritación respiratoria. Puede afectar la función reproductiva, el desarrollo de las glándulas mamarias, la función cognitiva y el metabolismo, y llega al organismo principalmente a través de la dieta y, en especial, los alimentos enlatados.
«Los niveles de bisfenol A medidos en la orina de las personas también superan los umbrales de seguridad europeos revisados recientemente, lo que plantea preocupaciones de salud a largo plazo para todos», asegura el texto.
Desde 2015 se han ido introduciendo mayores límites a través de la legislación europea, pero todo apunta a que son insuficientes. «La exposición sigue siendo demasiado alta, a pesar de las diferentes medidas regulatorias que se han introducido desde 2015», refrenda el análisis.
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La Comisión Europea anunció el año pasado su intención de proponer la prohibición del bisfenol para fabricar materiales en contacto con alimentos como plásticos o recubrimientos. Sin embargo, esa propuesta está en el aire: Bruselas decidió retrasar hasta finales de 2023 la revisión del reglamento que evalúa, autoriza o restringe las sustancias químicas. La modificación del calendario obliga a lidiar con las elecciones al Parlamento Europeo e incluso con la propia renovación de la Comisión.
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