España se queda sin nuncio después de que Francisco envíe a Bernardito Auza a Bruselas

«El Santo Padre ha nombrado Nuncio Apostólico en la Unión Europea a Su Excelencia Reverendísima Monseñor Bernardito C. Auza, Arzobispo titular de Suacia, hasta ahora Nuncio Apostólico en España y Andorra», recita el comunicado del Vaticano publicado este sábado a mediodía.

El nuncio es el embajador de la Santa Sede ante los gobiernos políticos y ante la Iglesia del país. Una de sus tareas más delicadas es seleccionar nuevos obispos para las diócesis que quedan vacantes. Lo habitual es que los nuncios estén en el cargo cinco años, por lo que el relevo de Auza se enmarca en este fin de periodo. Sin embargo, en varias ocasiones a lo largo de su misión en España ha trascendido que Francisco reaccionaba con sorpresa ante los nombres que Auza proponía para nuevos obispos, de forma que el Papa recurría a otras opiniones.

Hasta que el Papa nombre un nuevo nuncio, la «embajada» vaticana queda en manos de su «primer consejero», el sacerdote polaco Roman Walczak, de 51 años, con experiencia en las nunciaturas de Liberia, Portugal, Nueva Zelanda, Sudáfrica e Italia. Le ayudará el sacerdote italiano Giuseppe Commisso, de 44 años, que ha trabajado en la República del Congo, Albania y en los Países Nórdicos.

Bernardito Auza, de 65 años, llegó a Madrid el 1 de octubre de 2019 tras cinco en Nueva York como «Observador permanente de la Santa Sede ante la ONU» y antes, seis años como nuncio en Haití. Es experto en relaciones internacionales y representará al Papa Francisco ante las instituciones de la Unión Europea en un momento especialmente delicado para Bruselas. En su nuevo cargo, tendrá un papel más institucional que pastoral, pues entre sus funciones no debe buscar obispos para ningún territorio.

Auza es sacerdote desde hace 40 años y lleva 35 en el servicio diplomático del Vaticano. Ha pasado por nunciaturas delicadas como las de Madagascar, Bulgaria y Albania. Ahora sustituirá en Bruselas al irlandés Noël Treanor, que falleció el pasado 11 de agosto a causa de un infarto.

La Unión Europea, o su predecesora, es la primera organización internacional con la que la Santa Sede quiso entablar relaciones diplomáticas. La Santa Sede solicitó en 1963 este rango de relaciones a la entonces Comunidad Económica Europea (CEE), pero durante años Roma se topó con el bloqueo del gobierno francés. Por eso, no pudo nombrar un nuncio ante las instituciones europeas hasta 1970.

Uno de los diplomáticos más prestigiosos que la ocupó fue el español Faustino Sainz Muñoz, que fue nuncio ante la UE desde el 22 de enero de 1999 hasta el 11 de diciembre de 2004, cuando Juan Pablo II lo envió como nuncio a Londres.