Dominique Pélicot, acusado de drogar y permitir a desconocidos abusar de su mujer: «Soy un violador, como todos los que están en esta sala»

Tras tres aplazamientos, por razones de salud, Dominique Pélicot comenzó a declarar poco después de las diez de la mañana de este martes, ante el Tribunal de Aviñón, con este reconocimiento: «Soy un violador, como todos los que comparecen ante este tribunal. Todos sabían. No pueden negar y afirmar lo contrario». «Nunca consideré a mi esposa como un objeto», continuó Pélicot, que agregó: «Pero soy culpable de todo cuanto se me acusa. Lo asumo».

Pélicot también ha narrado, entre sollozos, los abusos sexuales que sostiene haber sufrido cuando tenía nueve años así como la violación que presenció cuando tenía catorce. En referencia a la que ya es su exmujer (el divorcio se formalizó en agosto), ha afirmado: «No se merecía esto». Sobre los otros 50 acusados ha afirmado con firmeza que estaban al corriente de sus procedimientos y que «no pueden decir lo contrario».

Pélicot también ha narrado, entre sollozos, los abusos sexuales que sostiene haber sufrido cuando tenía nueve años así como la violación que presenció cuando tenía catorce. En referencia a la que ya es su exmujer (el divorcio se formalizó en agosto), ha afirmado: «No se merecía esto». Sobre los otros 50 acusados ha afirmado con firmeza que estaban al corriente de sus procedimientos y que «no pueden decir lo contrario».

Así, Pélicot ha mostrado arrepentimiento y ha dicho «no culpar» a su mujer por «absolutamente nada». «Era muy feliz con ella, era todo lo contrario a mi madre», ha dicho, llorando. «Nunca he tocado a mis hijos ni a mis nietos». Ha pedido perdón, a pesar de »saber que es imperdonable«. »Soy culpable de lo que hice. (...) Me arrepiento y pido perdón«, ha aseverado.

Al ser preguntado por los vídeos que grabó mientras su mujer era violada por los hombres que invitaba a casa, Pélicot ha señalado que aunque «sentía placer, en parte», se trata también de «una perversión» que sirve ahora no obstante para «identificar a todos aquellos que participaron» y que ahora lo acusan de «manipulación».

A continuación, marido y esposa intercambiaron frases íntimas. Gisèle Pélicot, la esposa, afirmó: «Tenía toda mi confianza. Durante cincuenta años viví con un hombre del que no podía imaginar que cometiese violaciones. Él era consciente de sus actos y violaciones, pero, por mi parte, nunca dudé de este hombre. Tenía toda mi confianza». Y añadió que «durante 50 años amé a este hombre, pese a algunas fases» y que tenía tal confianza en él que le habrían podido cortar las dos manos por creer lo que le decía. «Y yo vivía en otro mundo», comentó el marido, para repetir que si bien «nunca consideré a mi mujer como un objeto, desgraciadamente los vídeos muestran lo contrario».

Dominique Pélicot habla con una claridad y firmeza que confirma la «doble personalidad» confirmada por los psiquiatras: «Era feliz con mi esposa, que no merecía mi comportamiento».

Escuchando la confesión del esposo que la drogaba para fotografiar como la violaban decenas de desconocidos, Gisèle Pélicot oscila entre la serenidad sin tacha y el «refugio» tras unas gafas oscuras.

Tras ser detenido en septiembre de 2020 por grabar bajo las faldas a unas mujeres en un supermercado de la ciudad de Carpentras, los investigadores que hicieron un registro en su casa encontraron en un disco duro cientos de vídeos y fotos que él había tomado durante las sesiones de abusos sexuales a su mujer drogada a las que invitó a decenas de hombres. Paris Match ha publicado imágenes exclusivas de la detención de Dominique Pelicot el 12 de septiembre de 2020 en Carpentras.