Los divorcios de matrimonios jóvenes caen un 41% en diez años

La razón van mucho más allá de la primera que parece obvia: si hay menos matrimonios, debería haber menos rupturas. De hecho, los datos que presentaba ayer el INE apuntan a que en 2022 se produjeron 84.551 casos de nulidad, separación o divorcio, lo que implica un 6,4% menos que el año anterior. Esto lo sitúa a niveles de 2020, cuando la pandemia y el confinamiento marcaron el nivel más bajo en términos absolutos: 80.015 disoluciones matrimoniales.

Pero, al comparar el dato de 2022 con el de diez años antes (2013), la reducción en el número de divorcios se queda en el 15,81%. Tampoco, si observamos el número de matrimonios, de acuerdo a otra de las series del INE, la reducción es tan significativa como en el número de divorcios entre los jóvenes. En 2013 hubo en España 156.446 enlaces, mientras que en 2021 (último dato que ofrece el INE), fueron 148.568, un 5,02% menos, muy lejos del 41,25% en que han descendido las rupturas entre menores de 40 años.

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Laura Albor

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¿A qué se debe entonces este cambio de tendencia? Fernando Vidal, doctor en Sociología y director de la Cátedra Amoris Laetitia de la Universidad Pontificia de Comillas apunta a la conjunción de tres factores: «Una mejor selección de parejas por el noviazgo de convivencia; al hecho de que los que se casan dan un paso más seguro y comprometido; y, por último, se percibe una mayor valoración social del matrimonio».

Con respecto a la primera de las razones, Vidal ha explicado a ABC que «en nuestra sociedad se ha generalizado la mutua convivencia como una etapa del noviazgo, en que la pareja se conoce mucho más compartiendo el hogar». Ese hecho, además de retrasar la edad a la que se casan los jóvenes, «es muy probable que suponga un filtro que permite seleccionar mejor la pareja y, por tanto, da mayor seguridad», añade.

Por otro lado, esa aceptación social de la convivencia previa al compromiso, hace que quienes «dan el paso al matrimonio, lo hagan cada vez más libremente, ya sin las presiones sociales y familiares», explica el sociólogo. «Quienes se casan, lo hacen cada vez más como una opción libre y consciente, y por tanto son matrimonios con mayor seguridad y compromiso», concreta.

Por último, Fernando Vidal apunta a un cambio en la percepción que los jóvenes tienen del matrimonio. En ese sentido, «hemos pasado de que tuviera una carga simbólica negativa a que los jóvenes menores de 35 años lo valoren más positivamente, como hemos constatado en una encuesta sobre nupcialidad realizada desde la cátedra».

Disoluciones matrimoniales

Nulidades, separaciones y divorcios

Valores absolutos

60.000

100.437

2013

105.893

2014

101.357

2015

101.294

2016

102.341

2017

99.444

2018

95.320

2019

80.015

2020

90.582

2021

84.551

2022

Custodias de hijos menores en divorcios entre conyuges de diferente sexo

En porcentaje

Madre

76,2

Padre

73,0

69,9

Compartida

66,1

64,9

61,4

58,0

54,4

52,9

50,6

43,2

45,5

41,4

37,5

33,9

30,3

28,4

24,6

21,3

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Fuente: INE / ABC

Disoluciones matrimoniales

Nulidades, separaciones y divorcios

Valores absolutos

60.000

100.437

2013

105.893

2014

101.357

2015

101.294

2016

102.341

2017

99.444

2018

95.320

2019

80.015

2020

90.582

2021

84.551

2022

Custodias de hijos menores en divorcios entre conyuges de diferente sexo

En porcentaje

Madre

Padre

Compartida

76,2

73,0

69,9

66,1

64,9

61,4

58,0

54,4

52,9

50,6

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Fuente: INE / ABC

Unas razones que podrían explicar las diferencias en los distintos tramos de edad en cuanto a los divorcios, separaciones y nulidades en los últimos diez años. Entre los más jóvenes, de 25 a 29 años, el descenso es muy acusado: 4.450 en 2013 y 2.548 en 2023, un 42,74% menos. Una tendencia muy parecida en los treintañeros, que registraron 30.758 rupturas en 2013 y sólo 18.131 en 2022, un 41.05% menos. El descenso continúa, aunque no tan acusado entre los menores de cuarenta: 37.447 en 2013 y 32.831 el año pasado, una cifra casi tan baja como la de la pandemia (32.457 en 2020), lo que implica un 12,32% menos separaciones una década después.

Sin embargo, la tendencia se invierte a partir del medio siglo de vida. Aquellos que se divorcian en la cincuentena han aumentado en los últimos diez años. En 2013 fueron 17.469 las rupturas matrimoniales, mientras que en 2022 ascendieron a 19.583, un 12,10% más. Un porcentaje que se dispara en los mayores de 60 años. En 2013 el número de divorcios fue de 5711, mientras que en 2022 ha ascendido a 7.643, un incremento del 33,82%.

Otro de los datos significativos de los presentados ayer tiene que ver con una de las consecuencias que suelen tener estas rupturas, el estatus legal en el que quedan los posibles hijos de la pareja. Según el INE, el 45% de los matrimonios correspondientes a las resoluciones de divorcio no tenía hijos menores o dependientes económicamente. Pero, por contra, el 54,5% sí tenía descendientes sobre los que otorgar la custodia. Y aquí es donde también se percibe un cambio radical con respecto a los datos de 2013.

Si hace una década la custodia se otorgaba mayoritariamente a la madre (un 76,25), un 17,9% era compartida y un 5,6% al padre, en 2022 la custodia compartida casi se triplica, para situarse en el 45,5%, mientras que la de la madre se ha reducido al 50,6% y la del padre al 3,5%. De seguir esa tendencia, el próximo año la custodia compartida entre ambos cónyuges podría ser la mayoritaria.

Isabel Winkels, abogada de familia y directora de Winkels Abogados, valora positivamente este cambio y explica a ABC que está motivado por la «sentencia del Tribunal Supremo que sentó doctrina jurisprudencial y afirmaba que la custodia compartida debía ser la normal y deseable». Winkels también alerta de la ausencia, en esta estadística, de los hijos de parejas que no han formalizado su relación pero la acaban rompiendo. «Todos los hijos tienen los mismos derechos frente a sus progenitores, con independencia del vínculo que estos tengan», recuerda.

Desde su perspectiva jurídica destaca como positivo otro de los datos facilitados por el INE: el 80% de los divorcios fueron resueltos de mutuo acuerdo y sólo el 20% tuvieron que recurrir a lo contencioso. «Es una prueba de la madurez de la gente, que poco a poco va procesando las rupturas y ya no la ven como algo tan traumático», dice.

Además, «como la estabilidad de los hijos es el interés más importante, los abogados de familia peleamos a tope los mutuos acuerdos», explica. Y aún más, con el actual colapso de la justicia, que puede retrasar mucho la resolución de un divorcio. Una idea, en la que también abunda el sociólogo Juan Díez Nicolás para quien una de las razones del descenso de divorcios en 2022 es «que buena parte de los casos pendientes en los juzgados son por separación y divorcio». Además también interpreta que el descenso en el número de bodas acaba derivando en un descenso de las rupturas. «Si no hay matrimonio, no ha divorcio», ha explicado a este diario.