Cuatro muertos y decenas de ciudades inundadas por las lluvias torrenciales en Chile

Sepúlveda, tras su regreso del exilio en 1991, se recluyó en la zona precordillerana de la región de Ñuble e intentado recuperar una fuente de agua potable cayó a un curso de agua donde se ahogó.

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Se trata del segundo frente de mal tiempo que golpea la zona central de Chile. Al igual que a finales de julio, varias ciudades ubicadas junto a los ríos han sufrido las crecidas de los mismos y centenares de familias han tenido que ser evacuadas. Una de las más golpeadas es Licantén, que tiene el 50% de su superficie bajo el agua y ya el mes pasado había perdido el hospital, el ayuntamiento y el cuartel de policía.

Las miles de hectáreas agrícolas llenas también por el agua hacen prever que en los próximos meses algunos alimentos como las patatas, cebollas o las lechugas registrarán precios a la alza por la baja oferta.

El Servicio Nacional de Prevención y Desastre, Senapred, informó que 42.280 personas se mantienen aisladas y la cifra de damnificados por el mal tiempo se encuentra en torno a las 24.922 personas. La última persona fallecida es un adulto mayor que cayó a un arroyo en la localidad de Curepto. Respecto a los daños a viviendas, cerca de 21.519 casas fueron destruidas.

En las tres regiones más golpeadas por el frente de mal tiempo, O´Higgins, Maule y Ñuble, se han desplegado los servicios de emergencias apoyados por bomberos, Carabineros y miembros del Ejército y Fuerza Aérea que han realizado la evacuación de personas aisladas.

Los fuertes vientos registrados han dejado a 23.000 clientes sin suministro eléctrico en la región Metropolitana y más de 85.000 entre O´Higgins y Maule. Los servicios meteorológicos han calificado este evento como inusual y aseguran que se repetirán será cada vez más debido al cambio climático. De hecho, toda la zona afectada registra años de sequía.