El banco global de heces que podría salvar a miles de especies
La progresiva extinción de bacterias fundamentales para la vida ha llevado a un grupo de científicos a crear este curioso repositorio
Bacterias modificadas para conseguir hidrógeno verde
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Iniciar sesiónLa lucha contra la extinción es una de las grandes obsesiones de la comunidad científica. El cambio climático, entre otras causas, están suponiendo un auténtico reto para el medioambiente, lo que implica buscar soluciones nuevas y sostenibles.
Una de las más curiosas llega desde ... Suiza, uno de los países más identificados y con más experiencia en el mundo bancario: un banco de heces. El objetivo de esta particular iniciativa no es otro que salvar la flora y la fauna del mundo, algo que no es un asunto menor.
En los últimos tiempos, se ha detectado una disminución preocupante de la diferentes especies de bacterias, seres vivos fundamentales en el poético (pero real) ciclo de la vida. La mejor manera de preservarlas y, si se puede, fomentar su expansión es usando un depositorio de heces y otros tipos de materiales biológicos, para cuya conservación se ha creado una gran bóveda en Suiza.
La propuesta parte de un grupo de científicos, tras fijarse en el banco de semillas que existe en un archipiélago de Noruega y que conserva 1,1 millones de tipos. Argumentan que este proyecto puede ayudar no solo a comprender qué papel juegan en la salud de los seres humanos, sino también potenciar nuevos tratamientos médicos para enfermedades.
Antibióticos e indígenas
La creación de esta Bóveda de microbiota se decidió tras comprobar que el aumento del consumo de medicamentos, especialmente antibióticos, estaba provocando un preocupante descenso de la diversidad de microorganismos en el cuerpo de la población.
Maria Gloria Domínguez-Bello, microbióloga y profesora en la Universidad de Rutgers, explica a la BBC cómo fue su experimento. Estudiaron la flora intestinal de población de ciudades de Estados Unidos y lo compararon con habitantes de la Amazonía brasileña. Estos últimos tenían el doble de variedad de bacterias.
«Cuando investigamos más a fondo, vimos que los pueblos que empezaron a tener contacto con los servicios de salud y empezaron a recibir antibióticos también sufrieron una pérdida de diversidad bacteriana muy rápidamente», destaca la científica.
«Los pueblos que empezaron a tener contacto con los servicios de salud y empezaron a recibir antibióticos también sufrieron una pérdida de la diversidad bacteriana»
Maria Gloria Domínguez-Bello
Microbióloga y profesora en la Universidad de Rutgers
El proceso de extinción progresiva (y silenciosa) de la diversidad de bacterias fundamentales para la vida humana comenzó con la revolución industrial y la mayor facilidad para conservar y tratar los alimentos. Lo que supuso una ventaja inicial ha conllevado un serio problema a posteriori.
«De la misma manera que estamos perdiendo plantas y animales, también estamos pasando por un proceso de extinción de los microorganismos que viven dentro de nosotros y también en la naturaleza. Ese es un problema grave, que ocurre muy rápidamente», advierte Christian Hoffmann, uno de los colaboradores del proyecto de la Bóveda de la Microbiota y profesor de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de São Paulo.
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