Conferencia sobre Cambio Climático
Optimismo moderado, pero sin acuerdos fundamentales
Bolivia y Japón abanderan las posiciones más radicales tras la redacción de dos documentos preliminares que no definen los puntos espinosos de la negociación
Tras el fracaso de la cumbre de Copenhague, eran tan pocas las esperanzas puestas en la XVI Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de la ONU (COP16) que cualquier atisbo de acuerdo hace florecer el optimismo en los diversos y, con frecuencia, divergentes intereses ... involucrados: los de 194 países del planeta.
Así, Naciones Unidas -a través de Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco para el Cambio Climático- confía en alcanzar un “resultado fuerte” tras la elaboración de los primeros documentos de trabajo. La canciller mexicana y presidenta de la COP16, Patricia Espinosa, indicó que “los avances deben verse como una señal positiva” y prometió transparencia en las negociaciones, para evitar que se produzcan acuerdos secretos como ocurriera hace un año.
Por su parte, la UE, en voz de la comisaria europea para Accion Climatica, Connie Hedegaard, reconocería avances, aunque mostró su preocupación porque “los textos que hay sobre la mesa no están listos para la firma”. Todd Stern, enviado especial del presidente estadounidense Barack Obama, aseguraba que “puedo ver un resultado factible en áreas importantes”. Y Teresa Ribera, secretaria española de Estado de Cambio Climático, aprecia que, “en general, hay voluntad para encarrilar el proceso”.
Los primeros ocho días de la cumbre han recogido avances “técnicos”, como la integración de procesos de captura y almacenamiento de carbono. Los documentos preliminares, del Grupo de Acción Cooperativa a Largo Plazo y sobre el Protocolo de Kioto, contienen “decisiones sobre el apoyo continuo y reforzado a los países en desarrollo en materia de adaptación y mitigación, incluyendo proyectos de transferencia de tecnología”. Pero queda lejos el consenso en aspectos como transparencia en las acciones de cada país, Fondo Verde para naciones en desarrollo o el programa REDD para el control de emisiones por deforestación.
Las posturas más radicales las han protagonizado Bolivia (con el apoyo de los países del ALBA) y Japón. El primero denuncia “falta de ambición” y que “se sigue consignando como opción los 2 grados centígrados (de aumento de temperatura media en el planeta en las próximas décadas), cuando claramente varias partes han propuesto 1,5 grados y 1 grado”.
Mientras, Japón anunció que no firmará un segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kioto (que vence en 2012), pues éste sólo incluye a los países que producen el 27 por ciento de las emisiones mundiales de dióxido de carbono. Su viceministro de Asuntos Ambientales, Hideki Minamikawa, pretende un acuerdo jurídicamente vinculante que incluya a todos los países y cubra el 80 por ciento de las emisiones de CO2. Por su lado, Brasil, India, China y Sudáfrica, declararon "innegociable" un compromiso para poner en marcha una segunda fase de Kioto.
Las negociaciones se desarrollan en un complejo hotelero entre el manglar y el Caribe, a unos 35 kilómetros del centro de Cancún, donde dos mil activistas de los movimientos alternativos se manifestaron ayer y protagonizaron algunos actos vandálicos. Su presencia en el Moon Palace, sede de la COP16, se antoja imposible: si no se pierden por el camino (sobre el que se alza el primer generador eólico mexicano, erigido a la carrera para la ocasión), después la seguridad es máxima (la Prensa y las organizaciones no gubernamentales accedemos tras transbordar varios autobuses oficiales y superar diversos filtros de seguridad y controles policiales).
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