Clases de historia para «romper con España» en las aulas catalanas
Cuatro historiadores analizan el nuevo currículo de Bachillerato de la Generalitat de Cataluña
Advierten de que se ha elaborado un temario dirigido, donde se apela a los sentimientos de «futuros votantes»
El Govern prioriza el estudio de la identidad catalana en Bachillerato
Barcelona
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Iniciar sesión«Un paso adelante hacia el adoctrinamiento y un paso atrás en el conocimiento puro y duro del pasado». Así definen varios expertos en historia consultados por ABC el contenido sobre la materia aprobado por el Govern para el Bachillerato. El decreto curricular que ... fija los contenidos que estudiarán los alumnos en esta etapa educativa, publicado el pasado jueves en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC), es, a juicio de profesores e historiadores, «un instrumento de construcción nacional» en manos de la Generalitat, que «tergiversa la historia para influir en el posicionamiento político de los alumnos».
Desde la asociación Historiadores de Cataluña, su presidente Óscar Uceda, denuncia en declaraciones a este diario la voluntad adoctrinadora del documento: «La historia ha sido siempre una herramienta fundamental para apuntalar el proceso de construcción nacional que desde hace décadas se está imponiendo en Cataluña».
Contenido político
A su entender, «la educación es una de las vías fundamentales para adoctrinar y canalizar a la sociedad catalana y este proyecto es una buena muestra». Prueba de ello es, según apunta, la limitación del temario de los manuales en Cataluña. «Limitar a explicar la historia a los dos últimos siglos pretende hacer natural que Cataluña es una nación política y que lo normal es la separación del resto de España».
Pese a que de forma reiterada en las orientaciones del currículo se insiste en «desarrollar en el alumno su sentido crítico», «el proyecto está cargado de contenido político». «Se acepta el sentido crítico siempre que se acepten unos valores impuestos», aclara Uceda.
En este sentido, -añade el presidente de la asociación de historiadores- «reconocen, sin ambages, que la asignatura no es para enseñar historia, sino para preparar al alumno para vivir en la sociedad moderna y futura. Un paso adelante hacia el adoctrinamiento y un paso atrás en el conocimiento puro y duro del pasado».
Francisco Oya, profesor de Historia, critica también la reducción del temario de esta asignatura con respecto a otras comunidades. El planteamiento curricular del Govern prioriza los contenidos de los siglos XX y XXI, desde el contexto de creación de la Segunda República hasta nuestros días, con énfasis especial en la situación de Cataluña. «Esto significa que sólo se hablará de la historia desde 1931 hasta la actualidad, y básicamente en Cataluña. Se selecciona lo que mejor puede emplearse como munición adoctrinadora en el catalanismo político», señala Oya.
Las claves
Profesor de Historia
Francisco Oya
«Solo se hablará de la Historia desde 1931. Seleccionan con lo que mejor pueden adoctrinar»
Universidad Rey Juan Carlos
Veracruz Miranda
«Se obliga a valorar en positivo, cuando el pasado debe explicarse de forma objetiva»
En el currículo catalán de Historia hay un reconocimiento constante del concepto plurinacional del Estado, algo «absolutamente fuera del consenso constitucional del 78». En el decreto también se apunta como objetivo de la materia el 'contribuir al (...) interés a preservar las memorias plurales de los diferentes protagonistas del pasado'. Oya considera que esa declaración de intenciones es una «notable hipocresía, pues la única 'memoria plural' que ha interesado difundir entre los alumnos es la que tiene que ver con el catalanismo político, promoviendo una perspectiva supremacista».
Igualmente en el redactado del currículo se apunta al alumnado «la existencia de identidades nacionales, con fundamentación cultural, lingüística y política en el estado español» y se insta a «valorar la lengua y la cultura catalanas como medio de cohesión social y como patrimonio cultural que es necesario preservar y potenciar». En ese redactado se proclama, a juicio de Francisco Oya, «la supuesta existencia de diversas identidades nacionales, lo cual se aparta completamente de la filosofía constitucional vigente. Pero esta supuesta pluralidad nacional es compatible con la imposición del catalán como instrumento de cohesión social y como patrimonio de todo el mundo. Algo difícil de justificar racionalmente para una lengua que sólo es la materna de un tercio de la población catalana actual».
Democracia española
Al referirse a la etapa del franquismo, según denuncia Oya, «la violencia queda adscrita exclusivamente al lado franquista y la única memoria relevante es la de las víctimas de uno de los bandos: el nacional». Según el docente, el documento «obvia la sanguinaria represión del Gobierno catalán y los miles de asesinatos de la retaguardia republicana. De paso, se aprovecha para desacreditar la actual democracia española».
El nuevo currículo potencia la participación de los alumnos en actividades en «espacios de memoria», a entender de Oya, una «clara invitación a incluir militantes y activistas en la formación de los alumnos».
Por su parte, la doctora en Historia Veracruz Miranda, de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, coincide con el resto de expertos en la intencionalidad ideológica de la reducción del temario. «No puede analizarse de manera histórica el pasado cercano, como los acontecimientos del siglo XXI, puesto que somos testigos vivos de ellos, lo que dificulta poder realizar un análisis objetivo de estos acontecimientos, imposibilitando el rigor histórico». A su juicio, «no puede llamarse historia a explicar el presente, se trata más bien de un análisis periodístico, con un claro objetivo de dirigir su ideología». Cree Veracruz que hablar de sentimientos, empatía, pertenencia, identidades, no parece adecuado en el contexto de la asignatura de Historia. «Introducir emociones en las aulas condiciona sus sentimientos con respecto a la noción de pertenencia e identidad».
La experta ve también «adoctrinamiento en las competencias que el alumno debe adquirir, puesto que se les obliga a valorar en positivo unos hechos históricos que no deberían ser objeto de ninguna valoración. «El pasado debe ser explicado de manera objetiva, tal cual fue; si se explica realizando ciertas valoraciones, no se está explicando historia, se está adoctrinando». En este sentido, recuerda que se insta a los alumnos a «valorar positivamente el papel de la lengua y la cultura catalanas como medio de cohesión social y como patrimonio de todo el mundo que debe preservarse y potenciarse».
Las claves del currículo
Pte. Historiadores de Cataluña
Óscar Uceda
«Quieren hacer entender que el estado natural de Cataluña es la separación del resto de España»
Pte. AMES
Antonio Jimeno
«La Generalitat se centra en el pasado reciente, busca a los futuros votantes»
Desde la asociación de profesores de secundaria AMES, su presidente, Antonio Jimeno, está convencido de que «el contenido de historia va dirigido a formar a futuros nacionalistas».
A juicio de Jimeno, es igualmente denunciable la imagen que ofrecen los manuales de Historia sobre España. «Lo dibujan como un país pobre, con guerras íntimas, monarcas poco presentables, etc..., mientras que Cataluña siempre aparece como una tierra próspera». La plataforma de maestros y profesores Docentes Libres, que defiende la neutralidad ideológica en los centros, ve en el redactado del decreto una forma de influir en el alumnado para «romper lazos con España».
A juicio de la entidad, el nuevo currículo «profundiza y afianza uno de los mayores vicios del modelo educativo catalán: el adoctrinamiento y la utilización política del sistema educativo». «El Gobierno catalán utiliza la educación, la lengua catalana y la prohibición del castellano para una suerte de 'Formación del Espíritu Nacional' del alumnado», señalan desde Docentes Libres.
El desarrollo curricular propuesto en el texto y bendecido por el Gobierno catalán para los alumnos de la etapa de Bachillerato es, según denuncian los docentes, «una nueva campaña de difamación de nuestra democracia».
En el currículo de Historia en Bachillerato destacan las insinuaciones difusas sobre la calidad de la Democracia con la «involución de algunos derechos humanos» en España. O el reconocimiento de «las identidades múltiples de los territorios» y los «diferentes sentimientos de pertenencia» como «base de una convivencia pacífica». La argamasa de esa convivencia es «la lengua catalana como un medio de cohesión social».
Una secta ideológica
Para Docentes Libres, «la finalidad última del sistema educativo ha de ser la formación de los alumnos tanto a nivel de contenidos como de capacidades para su futuro desarrollo personal y profesional. Sin embargo, el objetivo del nuevo currículum de Bachillerato es la pertenencia a una secta ideológica, la creación de una sociedad amoldada a sus objetivos políticos en los que se logre la ruptura de todos los lazos afectivos con el resto de España a través de la mentira y la manipulación».
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Por último, la plataforma acusa al Gobierno de no hacer nada para evitar «este experimento de ingeniería social». «Lamentablemente, el Gobierno de España no sólo parece mirar a otro lado, sino que se ha convertido en colaborador necesario de este disparate con una ley de educación demencial que crea un marco idóneo para los desvaríos y manipulaciones nacionalistas», concluyen los docentes.
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