Las seis incógnitas que las investigaciones sobre la catástrofe del submarino Titán tendrán que aclarar

Cuando el pasado 18 de junio se perdió el rastro del sumergible Titán, se activaron los mecanismos de búsqueda: los ocupantes tenían hasta 96 horas de oxígeno, por lo que el tiempo iba en contra de los equipos de rescate.

Para buscarlos, se removieron efectivos de distintos países, pero cuando ya estaba agotándose el tiempo que medía las posibilidades de que estuviesen con vida, el pasado día 22 de junio se encontraron restos en el Océano que posteriormente confirmaron que pertenecían al Titán, por lo que se descartaron las posibilidades de que estuviesen con vida.

Una de las líneas de la investigación se centra en resolver qué falló en el Titán, que contaba con varios agujeros de seguridad, para que explotara.

A bordo del Titán viajaban cinco personas: el aventurero británico Hamish Harding, los pakistaníes Shahzada y Suleman Dawood, el director ejecutivo de la empresa responsable del buque, Stockton Rush, y el ciudadano francés Paul-Henri Nargeolet. Todos ellos fueron dados por muertos por las autoridades de EE.UU. al confirmarse que la nave había explotado.

Precisamente esa es otra de las incógnitas del caso, el cómo murieron y el cuándo se produjeron esos fallecimientos, si fue o no en el acto. Según los expertos fallecieron en menos de 20 milisegundos, una velocidad a la que el cerebro humano no puede siquiera procesar información.

El sumergible perdió contacto con el operador turístico una hora y 45 minutos después del descenso de dos horas hasta los restos del naufragio, y se informó de que la embarcación había desaparecido ocho horas después de ese momento.

Otro de los puntos a esclarecer es si la empresa OceanGate, propietaria del Titán tendrá que asumir responsabilidades tanto penales como monetarias en materia de indemnizaciones. Además, habrá que determinar si se han cometido actos criminales, según lo que marca la ley de EE.UU.

Los problemas de seguridad del sumergible habían sido denunciados en el pasado por un antiguo trabajador de la empresa e ignorados por ésta.

Según documentos judiciales de EE.UU. que citan los medios internacionales, el exdirector de Operaciones Marítimas de OceanGate David Lochridge, se mostró en 2018 «preocupado» en un informe de inspección del submarino.

Lochridge encontró «numerosas complicaciones que planteabangraves problemas de seguridad» y subrayó que había un «potencial peligro» para las personas que estuviesen a bordo del sumergible al alcanazar este «profundidades extremas».

Al ser ignoradas sus advertencias de seguridad, este exempleado se reunió con los directivos, pero fue despedido. Además, la empresa le demandó por desvelar información confidencial.

Asimismo, la Marine Technology Society advirtió por carta a OceanGate en 2018 que «el enfoque experimental» que estaban adoptando podría tener consecuencias «negativas».

Además, otra cosa que también llama la atención es que los materiales del sumergible no eran los que suelen utilizarse para naves que van a sumergirse en grandes profundidades. Se había construido con opciones más baratas y cuya capacidad para soportar las presiones de las profundidades no se había probado antes, como reconoció además uno de los fundadores de la empresa y fallecido en el Titan, Stockton Rush. Ese aspecto fue señalado también por el despedido Lochridge.

El Titanic se encuentra a casi cuatro kilómetros de profundidad por lo que soporta presiones mucho mayores que en la superficie. Expertos consultados por la BBC las cifran en 390 veces superiores por lo que, afirman se necesitan naves de materiales gruesos.

También constituyen un peligro los restos del Titanic que hay en la zona donde se encuentra. Se derrumba «constantemente», sobre todo por «la corrosión», según advierten expertos consultados por la BBC, que añaden que, mientras no haya contacto directo, «no hay peligro».

La investigación abierta por EE.UU. también se centra en averiguar si son necesarias «nuevas leyes o regulaciones» o si hace falta «enmendar las ya existentes» para evitar que una catástrofe así vuelva a ocurrir.

Además, también se va a determinar si alguien con «licencia, certificación o documentos» ha contribuido a algún tipo de negligencia o ha violado la ley.

E incluso si alguno de estos hechos fue cometido por miembros de la Guardia Costera de EE.UU. que pudiera haber «contribuido» al incidente, así como si se deben pagar penas civiles o si han existido «actos criminales», según la legislación del país norteamericano.