Cataluña, pionera en controlar la violencia obstrética y reducir los partos medicalizados
El protocolo de la Generalitat pretende poner fin a los procedimientos no pactados con la mujer
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¿Por qué las cesáreas se disparan los viernes?, ¿por qué la cifra de episiotomías –incisión que se realiza en el tejido entre la abertura vaginal y el ano durante el parto– y de cesáreas que se practican en España sigue estando sensiblemente por ... encima de lo que recomienda la OMS? o ¿por qué algunos especialistas indican directamente anticonceptivos para combatir los efectos de la menopausia sin consultar previamente con la paciente ni informarle de sus posibles efectos? Para prevenir cualquier tipo de abuso en el ámbito de la ginecología y la obstetricia, Cataluña puso en marcha en 2023 un plan pionero en Europa dedicado a combatir estas situaciones, así como la vulneración de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
El proyecto, dotado con siete millones de euros y que contiene 50 acciones para erradicar este tipo de violencia hasta 2028, prevé, entre otras medidas, la creación de comisiones específicas de expertos que velen por las prácticas respetuosas.
El plan, impulsado conjuntamente por las Consejerías de Igualdad y Salud de la Generalitat, «da respuesta a un grito ahogado» durante décadas y cumplimiento a la ley del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista en este ámbito. Según explican a ABC fuentes de la Consejería de Salud el propósito principal de la iniciativa es «poner fin a procedimientos inapropiados, rutinarios o no, que no se han pactado con la paciente». Las cesáreas están en el punto de mira. En este sentido, el documento, consultado por ABC, pide que se respeten las recomendaciones internacionales y que no se supere la tasa aconsejada por la OMS, de un 15% sobre el total de partos.
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«Este plan no es uno 'yo acuso', sino uno 'podemos mejorar, podemos hacerlo diferente'», enfatizó durante la presentación del proyecto el consejero catalán de Salud, Manel Balcells. «Practicar una episiotomía sin haberlo pactado antes no es justo», dijo Balcells, que puso el acento en el respeto al parto, que «es un momento vital» que se tiene que acompañar y no llevar a cabo procedimientos que no son necesarios. «No puede ser que se practiquen más cesáreas los viernes que los lunes o antes de las fiestas de Navidad que después o que haya partos inducidos cuando no toca», sentenció el titular de Salud de la Generalitat.
El plan de la Generalitat incluye también cursos de formación no obligatorios a los profesionales de esta especialidad, la mejora del acceso de las mujeres a la fecundación asistida, y la ampliación de los centros de nacimiento para partos naturales, entre otras medidas.
Que las mujeres decidan
Una de las propuestas estrella del documento es la creación de comisiones de violencia obstétrica en todas las regiones sanitarias, la reducción de las cesáreas y otras intervenciones que se indican sin causa justificada, y la recomendación de potenciar la participación de las mujeres en la toma de decisiones en todos los procedimientos médicos.
En 2020, Cataluña presentó un Protocolo de Atención y Acompañamiento al Nacimiento en Cataluña, que fue la antesala a este plan pionero contra la violencia obstétrica, que contempla, entre sus objetivos prioritarios, «garantizar la igualdad de derechos al margen de la orientación sexual o la identidad de género», «respetar las voluntades de la mujer expresadas en el plan de nacimiento», «solicitar el consentimiento informado de la mujer antes de cada prueba o procedimiento», «disminuir el porcentaje y la variabilidad de la cesárea», y «detectar precozmente la depresión posparto».
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«El objetivo final del protocolo de 2020 era garantizar una atención respetuosa a la maternidad y, en consecuencia, organizar la atención sanitaria de forma que preserve la dignidad, la privacidad y la confidencialidad de las embarazadas y las criaturas», según señalan portavoces de la Consejería de Salud de la Generalitat.
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