El 'boom' de la FP en universidades y empresas deja a los centros clásicos en peligro de extinción

Las cifras de matriculados en FP no han parado de crecer en los últimos años y en este curso 2024-2025 hubo un incremento de 48.460 estudiantes respecto al año anterior. La tendencia es clara: en la última década los jóvenes que optaron por la Formación Profesional aumentaron un 30%, mientras que los de Bachillerato lo hicieron en un 10% y según datos del Ministerio de Educación. La FP está despegando en España, aunque nuestro país siempre fue por detrás del resto de miembros de la Unión Europea en número de matriculaciones. «Hemos arrastrado un gran prejuicio, mala fama, pero los centros lograron revertirlo con unos datos de empleabilidad envidiables y, ahora, puede que la FP muera de éxito», sentencia Santiago García, que fue profesor de FP en un colegio durante 27 años y hoy es secretario general de CECE, la Confederación Española de Centros de Enseñanza.

Las universidades, sobre todo las privadas –aunque también se empiezan a ver públicas–, se han lanzado a la venta de ciclos formativos de FP que se ofertan en una especie de 'paquetes': se plantea al alumno la posibilidad de terminar un grado superior de Formación Profesional de dos años con la opción de, en otros dos, salir de la universidad también con un título de grado.

«Los colegios y los institutos, normalmente, no pueden competir con las infraestructuras ni con los recursos de un campus. Los chavales se sienten atraídos por la vida social universitaria y prefieren una clase con treinta compañeros, antes que una con diez. Además, a los profesores de los colegios concertados o privados nos ofrecen sueldos por encima del convenio y la posibilidad de hacer carrera en la universidad, terminar con un doctorado... Es normal cambiarse», reconoce Jorge.

Pero a los centros clásicos de FP les han salido otros competidores más allá de las universidades: hay empresas y fundaciones que están lanzando sus propios cursos de formación oficiales, esto es, reconocidos por Educación. En el caso de las empresas, la idea es crear algo similar a canteras de trabajadores que empiezan como aprendices y se terminan quedando. Los alumnos, de esta forma, se aseguran un empleo sin necesidad de pasar por un centro de enseñanza de FP tradicional. Algunos de los ciclos formativos 'empresariales' que más popularidad están ganando son para formar a técnicos sanitarios como, por ejemplo, el de Sanitas.

Pero también hay modelos 'híbridos', muy comunes en el ámbito automovilístico, donde muchas corporaciones ven cómo se avecina un inminente recambio generacional. «En Volskwagen tenemos acuerdos con 140 centros de enseñanza y, dentro de la FP dual, ofrecemos prácticas remuneradas a estudiantes. Para nosotros es una fórmula para captar talento y, para los estudiantes, una puerta de entrada a marcas atractivas, de renombre», explica Nacho Fatjón, responsable del programa Talentia de Volkswagen. El modelo, decíamos, está evolucionando.

«Hace unos años, los ciclos en los colegios e institutos se completaban en julio, en el primer mes de matriculaciones, pero ahora hay que esperar hasta finales de septiembre, a la segunda 'oleada' y terminar 'recogiendo' restos de alumnos que no han entrado en la especialidad que querían», reconoce Luis Díaz, que es profesor de Domótica, Electrónica, Informática y Programación y adjunto a la dirección en el Colegio Santa María de los Apóstoles, en Madrid. Díaz cree que la FP antes era una modalidad de educación «más adaptada a lo novedoso y a lo que requería la empresa, mientras que la universidad primaba el aspecto teórico». Sin embargo, dice, «los campus cada vez tienen departamentos de marketing más potentes, una visión más empresarial y grandes acuerdos para hacer prácticas con la nueva FP dual.Han cambiado las tornas».

Este profesional teme que con la proliferación de algunas fundaciones que tan rápido como se crean se pueden desmantelar se acabe con la estructura educativa para impartir FP: «En las universidades, además de negocio, existe una voluntad de formación, pero hay otros cursos que son pura especulación y están multiplicándose en naves vacías», opina.

Santiago García, de CECE, es más crítico con la universidades e insiste en que, en España, «tenemos un problema serio porque seguimos pensando que el prestigio se encuentra exclusivamente en la universidad».

García alerta de que si este 'boom' continúa los centros clásicos terminarán desapareciendo en el largo plazo. Sin embargo, dentro de estos centros hay diferencias y hay algunos nombres, como los Jesuitas, de prestigio en el mundo de la formación profesional. También existen cooperativas que se están actualizando para ser capaces de competir con las empresas y las universidades. O alumnos a los que les sigue pareciendo más cómodo continuar un ciclo en el mismo colegio o instituto donde cursaron Primaria o Secundaria. Con todo, en el universo FP, hoy el dicho es más cierto que nunca: renovarse o morir.