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Benedicto XVI se defenderá en los tribunales de encubrir los abusos sexuales de un sacerdote

El Papa emérito ya dijo en el febrero que «no sabía que ese sacerdote fuera un abusador»

Benedicto XVI, en una imagen de este mismo mes fondazione vaticana joseph ratzinger- benedetto xvi
Javier Martínez-Brocal

Javier Martínez-Brocal

Corresponsal en el Vaticano

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Es el tercer intento de acusar a Benedicto de encubrimiento, pero siempre con el mismo caso. Se trata de una causa civil presentada en el tribunal de Traunstein (Alemania) por una de las víctimas del sacerdote Peter Hullermann. Asegura que Joseph Ratzinger durante sus años como arzobispo de Múnich, entre 1979 y 1981, y también después sus sucesores, habrían encubierto al abusador.

De acuerdo con el sistema jurídico alemán, la causa civil sólo se abre si hay una respuesta de la defensa. Como Benedicto XVI y los demás obispos de Baviera han aceptado defenderse para aclarar lo ocurrido, la causa seguirá adelante.

Las primeras acusaciones surgieron en 2010 cuando un periódico alemán reveló que Hullermann seguía trabajando con niños y jóvenes a pesar de la condena. El caso se reactivó en enero de 2022, con el informe histórico sobre cómo la Archidiócesis de Múnich había abordado las denuncias de abusos; Benedicto envió un memorándum explicando sus decisiones.

El Papa emérito, de 95 años, tiene de plazo hasta el 24 de enero para argumentar su defensa, que hará seguramente con una «memoria escrita». Aunque el proceso no tiene relevancia penal, obviamente será de gran utilidad para reconstruir lo ocurrido.

Se trata de una historia dramática. El sacerdote Peter Hullermann está acusado de 23 casos de abusos sexuales de menores de entre 8 y 16 años cometidos entre 1973 y 1996, en Essen y Múnich.

En 1979, el sacerdote, que entonces tenía 32 años, emborrachó y abusó de un niño de 11. Los padres prefirieron no presentar cargos con la idea de evitar un duro proceso a su hijo, aunque se dirigieron al párroco para que tomara medidas. Como respuesta, el sacerdote fue trasladado a Múnich para recibir terapia psiquiátrica. En aquel entonces el arzobispo de esta ciudad era Joseph Ratzinger.

Ratzinger participó en una reunión en la que se aprobó darle «alojamiento y apoyo en una casa parroquial», pues «recibirá tratamiento psicológico». Sucesivamente, la archidiócesis autorizó que el sacerdote retomara labores pastorales, también con niños. Cinco años más tarde, en 1985, el sacerdote fue de nuevo denunciado por abusos y esta vez procesado y condenado a 18 meses de cárcel por un tribunal alemán.

Con 12 años

La víctima que ha incoado el nuevo proceso tiene hoy 38 años, y fue abusado cuando tenía 12, en los años 90. Quiere aclarar si la archidiócesis, el arzobispo Joseph Ratzinger y su sucesor Friedrich Wetter actuaron correctamente o podrían haber impedido los futuros abusos del sacerdote.

En su defensa publicada el pasado 8 de febrero, Benedicto XVI ya aseguró que «no sabía que el sacerdote fuera un abusador, ni tampoco que ejercía actividad pastoral en Munich». Dice que «él no trató la cuestión de confiar al sacerdote una actividad pastoral». Esa decisión correspondía a su vicario, Gerhard Gruber, quien asumió toda la responsabilidad.

Benedicto también destacó que «de ese período —del 1 de febrero de 1980 al 31 de agosto de 1982— no resultan denuncias o acusaciones» contra este abusador.

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