El apagón se cobra al menos cinco vidas en España

El caso más sobrecogedor ha sido la muerte de tres miembros de una misma familia en el concejo orensano de Taboadela a causa, al parecer, de una intoxicación producida por la mala combustión de un generador, que se habían visto obligados a instalar para que funcionara el respirador del mayor de ellos. La fatalidad acabó con la vida de un matrimonio de 81 y 77 años y de su hijo de 56.

Según las primeras hipótesis que maneja la investigación, tras el apagón la familia consiguió un generador para poder conectar el respirador que utilizaba el mayor de los progenitores. Lo instalaron en la planta baja de la casa, pero dejaron abierta la puerta que comunica esa zona con la vivienda y el monóxido de carbono se fue extendiendo por el hogar sin que sus ocupantes llegaran a percatarse. El monóxido de carbono se produce por la combustión de motores y es un gas que no tiene olor, sabor ni color. Cuando se acumula en gran cantidad en el aire, el cuerpo reemplaza el oxígeno en los glóbulos rojos por monóxido de carbono y produce somnolencia.

Los cuerpos de los tres fallecidos han sido encontrados sin vida a media mañana de este martes. A primera hora, una trabajadora del servicio de ayuda a domicilio, que atendía a la familia habitualmente, alertó al teniente de alcalde del municipio al ver que nadie le abría la puerta. El teniente de alcalde, al intentar sin éxito contactar con alguno de los miembros, alertó a la Guardia Civil, que finalmente pudo acceder a la vivienda, en la que encontraron los cuerpos de los tres fallecidos.

La familia era muy querida en la localidad y los vecinos han confirmado que hasta el lunes por la noche estuvieron en contacto con ellos. Francisco, el octogenario víctima de esta fatalidad, había sido juez de paz y en los últimos meses se le había detectado un cáncer que le obligaba a vivir conectado al respirador. Su mujer, Antonia, duplicó entonces sus esfuerzos para atender a su familia, pues su hijo, de 56 años, tenía una discapacidad.

Mientras, en Alcira (Valencia), una mujer de 46 años fallecía pocos minutos después del apagón. Biliana, de 46 años y que residía en la localidad desde hace dos décadas, estaba afectada por una enfermedad rara que le obligaba a pasar varias horas del día conectada a una máquina de oxígeno.

A su cargo estaba su madre, que apenas la dejaba sola. Este lunes salió a comprar justo en el momento del apagón y, cuando volvió, su hija ya se encontraba muy mal. «Fueron apenas diez minutos; cuando se dio cuenta de que se había ido la luz, volvió rápidamente a casa y se la encontró morada. Ya no podía respirar», han comentado sus allegados al diario Las Provincias.

Según la versión de la familia, Biliana estaba en ese momento conectada a la máquina, que dejó de funcionar a las doce y media del mediodía a causa del apagón. Sin embargo, fuentes del departamento de Salud han indicadoa ABC que la fallecida era paciente pluripatológica y que sólo tenía pauta nocturna de oxígeno durante 8h. Los servicios médicos certificaron muerte natural. Según sus familiares, padecía una enfermedad rara: «Los médicos no le habían dado un diagnóstico claro. En La Fe le dijeron que solo había dos casos como el suyo en toda España», explican en Las Provincias.

Tras regresar rápidamente a casa y ver el estado en que se encontraba su hija, la madre avisó a una vecina que pudo localizar a la Policía Nacional. Los agentes personados en el domicilio trataron de reanimarla, sin éxito, durante más de veinte minutos. Poco después, tomaron el relevo los efectivos sanitarios que llegaron hasta la casa, que tampoco consiguieron reanimarla, por lo que la dieron por fallecida pocos minutos después de las dos de la tarde.

En medio del dolor, la madre de Biliana se siente culpable de lo ocurrido al recordar esos fatídicos minutos en que su salida de casa coincidió con el apagón. «No es ni mucho menos culpa suya, volvió muy rápido. Pasó porque estaba enferma y no podía respirar», la exculpan sus vecinos, que conocen bien los desvelos para atender a su hija todos estos años.

El incendio causado por la llama de una vela en el distrito madrileño de Carabanchel le ha costado la vida a una mujer de 52 años y ha provocado la intoxicación de trece personas. El siniestro se declaró a las 22 horas del lunes en el primer piso de un edificio de viviendas en la calle Clara Campoamor de Madrid. Las primeras hipótesis apuntan a una vela encendida en medio del apagón como la causa del fuego.

Un equipo del Cuerpo de Bomberos de Madrid acudió hasta el lugar y logró extinguir el incendio mientras realizaba numerosos rescates de vecinos del inmueble. Cinco personas, de las trece heridas en estado leve, requirieron su traslado a centros hospitalarios.