Setenta y nueve horas con los jóvenes

El propio portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, ha asegurado alguna vez a nuestro corresponsal en el Vaticano, Juan Vicente Boo, que el Papa «se vuelve más español cuanto más tiempo pasa en nuestra tierra». Y en esta ocasión serán nada menos que 79 horas las que compartirá el Santo Padre con los jóvenes , autoridades y personalidades de los ámbitos más variados de la sociedad y de la propia Iglesia.

El país que se encontrará Benedicto XVI a su llegada hoy a Barajas lo conoce muy bien. Desde el verano de 2006, el Santo Padre ha estado dos veces en nuestro país. La primera fue para presidir el Encuentro Mundial de las Familias, en Valencia, hace cinco años, mientras que la segunda tuvo lugar hace no mucho tiempo, cuando por decisión propia decidió convertirse en «peregrino de la fe» y visitar al Apóstol Santiago, con motivo del Año Santo Jacobeo. Fue en noviembre del año pasado en un viaje relámpago de dos días, que también lo llevó a Barcelona para consagrar nada menos que el templo de la Sagrada Familia, del arquitecto catalán Antonio Gaudí.

En esta ocación, el Papa llega a España para encontrarse con los jóvenes de todo el mundo, convencido de que en las nuevas generaciones germina el futuro de la Iglesia. Un encuentro que, por su propio carcter festivo y mundial, se convertirá también en un bálsamo para toda la Iglesia, en momentos en que debe hacer frente al avance de un laicismo agresivo, cuyo único objetivo es arrinconar la fe en el espacio privado.

La fiesta promete ser espectacular no solo por sus monumentales dimensiones, sino también por su proyección internacional. Más de 4.700 periodistas de todo el mundo ya están afincados en Madrid , listos para cubrir un evento cuya audiencia puede alcanzar los 600 millones de espectadores, que tuvo la JMJ de Sidney, en el verano de 2008 .

El Papa llegará hoy al aeropuerto internacional de Barajas a mediodía. A pie de pista, le estarán esperando los Reyes para ofrecerle una recepción en el Pabellón de Estado. Tras la interpretación de los himnos nacionales del Vaticano y de España, se procederá al discurso del Rey y el mensaje de agradecimiento del Papa. Como gesto de cariño hacia el Santo Padre, jóvenes de diferentes edades ataviados con el uniforme tradicional de la Guardia Suiza —que fuera diseñado por Miguel Ángel en el siglo XV— rendirán honores al Papa.

Una vez finalizada la ceremonia, Benedicto XVI se trasladará en papamóvil por las calles de la ciudad hasta la sede de la Nunciatura Apostólica, ubicada en la calle Pío XII. Durante el recorrido, el Papa podrá disfrutar de bailes de distintas regiones de España y el resto del mundo que le sorprenderán en las plazas del país correspondiente: Perú, República Dominicana o Argentina. Un numeroso grupo de ciclistas y corredores se unirán a las miles de personas que, desde los puentes y las calles de Madrid, darán la bienvenida a Benedicto XVI. Encabezando una original marcha popular desde el aeropuerto de Barajas a la Nunciatura, estas personas representarán la cultura deportiva de Madrid.

Después de descansar en la Nunciatura, Benedicto XVI se dirigirá sobre las 19:00 en papamóvil hasta la Puerta de Alcalá, donde el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, le entregará la llave de oro de la ciudad. Posteriormente, cruzará a pie, junto a un grupo de jóvenes de los cinco continentes, la Puerta de Alcalá. Tras estos gestos de calurosa bienvenida, Benedicto XVI subirá al papamóvil y recorrerá la calle de Alcalá y parte del Paseo de Recoletos para saludar al más de un millón de jóvenes que se espera que se congreguen en torno a este espacio. Una vez en el escenario, frente al Ayuntamiento, tendrá lugar la fiesta de bienvenida en la que el Papa ofrecerá su primer mensaje a los jóvenes.