Wert: «Creo en el futuro de la universidad española porque conozco su potencial»

El ministro se felicitó de que cinco de nuestros centros se encuentren entre las cien mejores universidades jóvenes (con menos de cincuenta años de historia) del mundo, mientras que se congratuló de que los estudiantes universitarios hayan pasado de ser 200.000 en 1975 a 1.250.000 durante este curso . Sin embargo, Wert también abogó por lograr la máxima eficiencia en el gasto educativo, para lo que subrayó la importancia de la « cultura de la evaluación y de la transparencia » para «extraer al máximo el talento» de los estudiantes.

Con el objetivo de concretar estas intenciones, el ministro anunció que ha formado un comité con doce expertos para abordar una próxima reforma universitaria .

El popular, quien también recordó que, en 2020, el 85% de los trabajos exigirán profesionales con una titulación superior, estuvo acompañado por Ana Patricia Botín , presidenta de CYD, quien sostuvo que los jóvenes precisan de «los conocimientos y las herramientas necesarios para aumentar su capital humano y fomentar el desarrollo social».

Minutos antes, el coordinador general del informe CYD, Martí Parellada , destacó durante una mesa redonda que «necesitamos a la universidad para salir de la crisis» . «Sin la aportación de las universidades la situación sería mucho peor», dijo. Consciente del descenso que ha sufrido la estima de estos centros por parte de los ciudadanos, el coordinador señaló que «no es que haya una peor valoración de la universidad; es que hay una mayor exigencia social» en estas circunstancias.

Tal y como recordó Parellada, España se sitúa en el noveno puesto del mundo en cuanto al número de publicaciones científicas . Sin embargo, su repercusión pública es cada vez menor, mientras que la investigación decae progresivamente y la inserción laboral de los titulados es cada día más costosa. En nuestro país, un millón de personas que gozan de una carrera están ahora mismo en paro. ¿Qué está pasando? Según los asistentes a la mesa, las universidades deben optimizar su potencial y creer en

sus fortalezas.

Para la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio , «la universidad ha mejorado mucho estos últimos años en cantidad, pero ahora hay que mejorar en calidad». No vale con tener buenas cifras, sino que éstas deben verse traducidas en un enriquecimiento real de nuestra sociedad. Algunos ejemplos de ello son el aumento del número de las patentes y la investigación , cuyo «impacto no es tan alto como en otros países» .

En este sentido, Gomendio compartió sus líneas de actuación para mejorar la situación: «Exigencia de esfuerzo, reconocimiento de la excelencia y especialización» . «Que cada universidad elija un nicho y se especialice en él, y evitar así la dispersión de recursos», recomendó. Asimismo, la secretaria de Estado propuso un mayor nivel de internacionalización y una mayor movilidad entre centros educativos, «y acabar así con la idea de que el estudiante elija la universidad que esté más cerca de su casa». Esta misma línea fue seguida por el presidente de la Conferencia de Consejos Sociales, Joaquín Moya-Angeler , quien reclamó «especializar a las universidades en esta época de escasez».

Por su parte, el rector de la Universitat Rovira i Virgili, Francesc Xavier Grau , se preguntó cuál debería ser la inversión pública para la enseñanza superior , «un servicio público de primer valor». Según dijo, «la universidad es una cuestión de Estado , que proporciona un servicio público de primera magnitud que, a su vez, produce una sociedad más cohesionada y con más igualdad de oportunidades». De hecho, hoy día, uno de cada tres alumnos universitarios proceden de familias con baja formación, lo que permite el progresivo enriquecimiento de la sociedad.

Mientras, la presidenta de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas, Adelaida de la Calle , reiteró su apuesta por mejorar la formación como «clave para un futuro mejor». «La educación es fundamental para garantizar la felicidad social y la libertad , la clave del hombre». Por ello, invitó a ver la enseñanza como la solución y no «como el problema».