La técnica que se prueba en Madrid y revelará si las medidas para reducir las emisiones son efectivas

Los datos recogidos son diferentes a los que recopila el Ayuntamiento de Madrid. Estos últimos se basan en mediciones a nivel de suelo de gases nocivos para la salud, como el dióxido de azufre (SO23), el dióxido de nitrógeno (NO2), o pequeñas partículas en suspensión. En el nuevo proyecto coordinado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, se miden a nivel atmosférico los principales gases de efecto invernadero , relacionados con el aumento del calentamiento global y el cambio climático.

«Con esta nueva técnica medimos lo que está encima de nosotros», explica Omaira García, del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña y responsable del proyecto. Se analiza la contaminación en la columna atmosférica. Y la clave para lograrlo está en el sol . Los equipos utilizados en el proyecto MEGEI-MAD siguen el sol y miden la radiación, de forma que puedan medir la huella de los gases de efecto invernadero. Unos datos que se combinan con mediciones in situ , a bordo de un coche.

De esta forma, por primera vez, Madrid tendrá datos basados en la medición directa, ya que los actuales se corresponden a estimaciones . Por ahora, para determinar la cantidad total de CO2 en la atmósfera en una ciudad, se hace un cálculo de la utilización media de su parqué de vehículos y la contaminación de sus modelos; y a ello se suman otras fuentes de emisión de CO2, como plantas de generación eléctrica, industria, etc.

El experimento, cuyas mediciones en la capital se prolongarán hasta el próximo 7 de octubre, es el primer paso para llegar a establecer una red operativa en las grandes ciudades . «Estamos en la fase de investigación», explica García. La etapa de implantación no llegará antes de cinco años, pero la investigadora asegura que «hay mucho interés».

Según el informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de 2014, las zonas urbanas concentran el 70 por ciento de las emisiones de CO2 y hasta el 50 por ciento de las emisiones globales de todos los gases de efecto invernadero.

«Este proyecto va a servir para ver la efectividad de las políticas de control de emisiones y de mitigación del cambio climático», apunta García.

En Madrid, las medidas se están tomando a barlovento , en puntos de las afueras de la capital, antes de que la masa de aire llegue a la ciudad; y también a sotavento , cuando la masa de aire ya ha atravesado la urbe y arrastrado consigo los componentes que se pretenden medir.

Los equipos se han ubicado en la sede de la Aemet, en el aeropuerto de Barajas, en la base aérea de Cuatro Vientos, en el Colegio Tres Olivos y en el Colegio José de Echegaray. Además, un vehículo toma medidas en la M-40 dos veces al día.

Los resultados de los primeros días de medición han revelado que las concentraciones de dióxido de carbono y metano son mayores en el sur de la ciudad , no porque en esta zona haya más emisiones, sino debido al régimen de vientos. Aún así, apunta García, los niveles detectados en Madrid quedan lejos de los obtenidos en Tokio , la ciudad donde mayores concentraciones se han registrado en el marco de este proyecto.