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Un día sin descanso con un «rider»: «No paro; gano tres veces más de lo que me daban en el locutorio»

Leonel trabaja de martes a domingo, ocho horas al día. ABC acompaña a un trabajador de Deliveroo que saca dinero «rápido» sin tener claros sus derechos

Leonel, de origen dominicano, entrega un pedido en un domicilio de Tetuán Fotos: Guillermo Navarro | Vídeo: Precarios sobre dos ruedas ATLAS
Aitor Santos Moya

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El desayuno no le inquieta demasiado a Leonel Alexander. Madrugar, tampoco. Tiene 22 años , de los cuales siete -los últimos siete- lleva viviendo en España. Su alegría es contagiosa, tanto, que en el madrileño barrio de Tetuán reparte saludos por cada calle que ... pasa. «Gracias a mi se creó el grupo de Cuatro Caminos», advierte irónico antes de empezar su trabajo. Es la una del mediodía y frente al McDonald’s de la glorieta, una pila de «riders» charlan a la espera de que salte un pedido. Algunos recelan de nuestra presencia. Otros, en cambio, se prestan a hablar «sin salir en ninguna foto» . Ser la sombra de uno de estos repartidores no resultará fácil. «Me tengo que ir rápido», se excusa un «glover», ya con la scooter arrancada. Uno, dos, tres intentos... y, de pronto, aparece él. Un joven dominicano a lomos de su bici, camiseta de tirantes, gafas de pasta y una mochila-caja de la empresa Deliveroo.

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