Salir a flote con la chispa de la vida
En tiempos de crisis todos los remedios parecen buenos. Esto es lo que habrá pensado el alcalde-filósofo de Venecia, Massimo Cacciari, quien esta semana firmará un acuerdo por el que «vende» la ciudad de los canales a la marca Coca-Cola. No es que ... ahora el agua de los canales se vaya a sustituir con la bebida americana, sino que por las esquinas y las calles de la ciudad se instalarán máquinas de distribución de Coca-Cola. «Se trata de una estrategia económica», se justificó ayer Cacciari anunciando que el acuerdo prevé la inyección a las arcas comunales de 2.100.000 euros en los próximos cinco años. «Venecia necesita dinero para afrontar el mantenimiento de sus obras de arte, y el Ministerio de Cultura italiano ha aprobado la operación, quien critica esta decisión no se da cuenta que tutelar la ciudad sólo es posible con dinero, que o viene del mecenazgo privado o no se puede afrontar», sentenció el alcalde italiano.
El acuerdo entre la ciudad de Venecia y Coca-Cola prevé la instalación de sesenta distribuidores automáticos que no llevarán el logo de la famosa bebida, por lo que serán sólo grandes cajas blancas en medio de la ciudad. Para que las maquinas en cuestión no salgan en las fotos de los turistas, el ayuntamiento de Venecia ha decidido que los distribuidores automáticos se coloquen en las zonas de peaje de los vaporettos, en los garajes y en tierra firme.
¿Dónde está la invasión?
«¿Dónde está la invasión?», se preguntaba ayer el director de comunicación del consistorio veneciano, Maurizio Calligaro, quien anunció que en los próximos cinco años «el dinero que acabará en las arcas comunales, que sufren diariamente la falta de fondos para tutelar el patrimonio artístico de la ciudad, no sólo serán los más de dos millones de euros, sino también el dinero proveniente de las ventas». Ventas que aumentarán en las arcas del Ayuntamiento, pero disminuirán en los bolsillos de los comerciantes.
Los propietarios de bares en Venecia, fueron los primeros en protestar al conocerse la noticia. «Primero se quedaron con nuestros votos, y ahora se venden a la Coca-Cola», criticaron los comerciantes venecianos que denuncian la reducción del número de turistas en la ciudad a raíz de la crisis económica mundial.
En el acuerdo con la multinacional, no sólo sale ganando el ayuntamiento de Venecia, porque Coca-Cola, además de la venta de sus famosas latas de bebida, ha conseguido la posibilidad de organizar dos cenas empresariales de gala al año que se celebrarán en los grandes palacios de la ciudad, además de veinte butacas para sus invitados, en el palco de la Regata Histórica y de la fiesta del Redentor. Massimo Cacciari tiembla ahora ante la posibilidad de que la polémica levantada con la noticia haga caer en el fondo de la laguna la propuesta americana, porque el dinero le sirve a Venecia.
De hecho ya no se saben que inventar para abultar un poco las arcas comunales, prohibiendo comer bocadillos en las plazas públicas, y obligando a pagar tres euros a quien tenga que entrar en uno de los baños públicos de la ciudad. Hoy finaliza el Carnaval en la ciudad de las grandes máscaras, y por primera vez el número de visitantes ha disminuido respecto a otros años, como ya anunció el Instituto Nacional de Estadística.
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