Los profesores de Lengua desmienten a Celaá: «Los alumnos catalanes no dominan el castellano»
Para justificar una ley que destierra al castellano de las aulas, la ministra de Educación arguye que los alumnos cat alanes dominan la lengua al concluir sus estudios. Los docentes lo desmienten
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Juan José Sotelo: «En Oxford se imparten más horas de lengua española ... que en Cataluña»
«Lo que ocurre con la lengua en Cataluña es una anormalidad democrática y lingüística». Juan José Sotelo Vázquez , profesor de Lengua y Literarura Castellana, habla desde el conocimiento, totalmente al margen, según afirma, «de la instrumentalización política» que se ha hecho durante años de este problema. Su opinión no es solo la de un profesor que ha estado 15 años impartiendo esta materia en las escuelas catalanas sino también la de un experto en lengua que ha tomado distancia con el problema y ha sido profesor de español en la Escuela Europea de Culham, en Oxford. «Aunque parezca increíble, los alumnos escolarizados en Oxford reciben más horas de castellano que los de Cataluña», asegura en una entrevista concedida a ABC.
Sotelo empezó a dar clases de Lengua Castellana en el año 1991 en un instituto de Esparraguera (Barcelona). Después ejerció su especialidad en varios centros de la comarca del Baix Llobregat (Barcelona) hasta el año 2006. Tras una Comisión de Servicios de un año en Andorra, marchó a Culham (Oxford) a impartír clases de español en la red de Escuelas Europeas (Schola Europeae), centros educativos creados conjuntamente por los gobiernos de los Estados miembros de la Unión Europea (UE) con el fin de ofrecer una educación multicultural y multilingüe a los hijos de expatriados.
«Allí, en la distancia, percibí realmente la injusta excepcionalidad del modelo catalán , que perjudica a un solo tipo de alumnado: el castellanohablante», dice Sotelo. A su juicio, la nueva Ley Celaá, que se aprobará previsiblemente a finales de diciembre, sitúa el conflicto por la marginación del castellano en un punto de no retorno.
«Los alumnos catalanes de instituto tienen tres horas semanales de castellano , mientras que mis alumnos de Culham y los de las Escuelas Europeas reciben cinco. Es increíble que se imparta más español en el extranjero que en tu propio país», denuncia el profesor, que desde 2017 trabaja en un instituto de Melilla. El castellano ha ido perdiendo presencia en las aulas catalanas y «los alumnos, lógicamente, han empobrecido su conocimiento de esa lengua », asegura el docente, desmintiendo así el argumento de la ministra de Educación, Isabel Celaá, de que los alumnos catalanes «dominan el castellano cuando acaban la escolarización obligatoria». «Eso no es verdad. Los alumnos tienen déficits importantes de comprensión lectora, de expresión y de dominio en general de la lengua», afirma con contundencia Sotelo. «Quien diga lo contrario y haya dado clases de la materia miente», añade. Asu juicio, el sistema monolingüe de inmersión en catalán impacta de forma negativa en el alumnado que tiene el castellano como lengua materna. «Solo un 30 por ciento de estos alumnos, los que tienen medias y altas capacidades, no salen perjudicados por la inmersión en catalán», indica el profesor.
El «acoso» a la asignatura de lengua española en el sistema educativo catalán empezó, según apunta, en los años 80 cuando se transfirieron las competencias educativas. Ahora, su presencia en el currículo es «residual».. «Cuando Cataluña asumió las competencias, los profesores recibieron un telegrama del departamento de Educación en el que se les invitaba a hablar solo en catalán. Fue el inicio de una presión ideológica a los docentes que no sucede en ningún país del mundo». «Esa presión forzó la marcha de muchos docentes a otras comunidades, una gran purga ideológica. Los díscolos no tenían cabida en el nuevo modelo de escuela catalana y marcharon», prosigue.
Gran parte de culpa del «linchamiento» al castellano la tienen, según sentencia, «los diferentes Gobiernos, sean del color político que sean, que durante años se han inhibido y no han actuado frente al problema», asegura. «La Alta Inspección lleva años desactivada y eso ha perpetuado el acoso a la materia», añade Sotelo.
Las irregularidades en el sistema se hubieran subsanado, a su juicio, con evaluaciones externas controladas por el Ministerio, en colaboración con las comunidades autónomas, y que tuvieran valor académico. «No hay ninguna prueba externa que establezca parámetros de evaluación comunes para los 17 sistemas educativos que hay en España», denuncia el docente. «Es un contrasentido que un profesor de Lengua Castellana imparta la materia en catalán y tampoco es tolerable que en una comunidad con dos lenguas cooficiales se pondere mejor un trabajo de Bachillerato si lo haces en catalán. Y eso, doy fe, ocurre porque lo he vivido», concluye.
María José Ibáñez: «La inmersión ha hecho que muchos niños sean analfabetos en su idioma»
A María José Ibáñez , profesora de Lengua y Literatura Castellana en Cataluña desde 1994, la histórica sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que obliga a la Generalitat a replantear su modelo de inmersión en catalán e impartir una hora más de clases en castellano en todo el sistema, «le sabe a poco». «Es una limosna. Todos los alumnos deberían tener la opción de escolarizarse en su lengua materna», dice a ABC.
Lo que durante años ha ocurrido en el sistema educativo catalán es, a su entender, «una irregularidad sin parangón en Europa». «No hay ningún modelo lingüístico que inmersione en una sola lengua anulando otra», afirma. «Eso –añade– al margen de ser una irregularidad y algo que vulnera derechos constitucionales tiene unos efectos graves a nivel educativo, ya que los alumnos que no tienen el catalán como lengua materna salen perjudicados . La inmersión ha hecho que muchos niños sean analfabetos en castellano», asegura la docente. A la pregunta de si dominan el español los alumnos catalanes cuando acaban la etapa de escolarización obligatoria, Ibáñez responde con un rotundo «no» y asegura que si la ministra de Educación lo mantiene es que «no sabe lo que está ocurriendo en las aulas catalanas» .
Y lo explica: «No puede dominar igual el castellano un alumno que el único contacto que tiene con esta lengua son dos o tres horas a la semana que otro que es escolarizado casi íntegramente en esa lengua. Solo hay que aplicar la lógica», arguye.
Cuando empezó a impartir clases en un instituto de Tarragona, María José no imaginó que su asignatura acabaría arrinconada en las aulas y en el currículo . «Mi primer año fue fantástico. Pude dar a mis alumnos una visión completa de la cultura y la literatura española. Mi responsable de seminario tenía sensibilidad por la materia y trabajábamos en mucha sintonía», afirma.
La fase idílica duró muy poco. Cuando se introdujo la reforma educativa y llegó la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) «todo cambió». Fue, según explica, el camino hacia el abismo de la asignatura. «Yo impartía tres materias optativas en castellano , que ayudaban a los alumnos a mejorar la comprensión lectora, la expresión escrita y la oratoria en castellano y las eliminaron para dar otras en catalán», relata la profesora, que lleva años ejerciendo en un instituto de Barcelona. «Desde entonces, todo ha sido un despropósito», añade.
Explica, por ejemplo, que al ser ella la única profesora de Lengua y Literatura Castellana del centro , y estar dando clases en los cursos superiores de la ESO, «el centro se decidió a buscar un profesor de castellano para la etapa inicial. Encontraron a una persona capacitada para impartir la materia, pero luego le asignaron otra materia en catalán. No les importa en absoluto el nivel de castellano de los alumnos, solo piensan en que el catalán avance y que todo lo relacionado con España desaparezca por completo», denuncia María José, miembro de la Asociación de Profesores por el Bilingüismo (APB) y vinculada a la asociación Hablamos Español.
«Se ha aplicado un proyecto de ingeniería social para eliminar la identidad de España en las escuelas catalanas», denuncia la profesora. Admite, asimismo, haber recibido «zancadillas» profesionales por hablar en castellano. «Hay mucha gente que piensa como yo, pero traga por miedo a ser señalada. Hay quien me habla en catalán dentro del instituto y luego, en la calle, se dirige a mí en castellano», explica.
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