ENTREVISTA
Moncho Ferrer: «El cambio climático es como un envenenamiento lento, cuando lo notamos es bastante tarde»
La Fundación Vicente Ferrer pide «firmeza, urgencia y compromiso» para paliar las consecuencias del cambio climático a los líderes políticos que asisten este viernes a la reunión por el Día Mundial de la Desertificación y la Sequía que tiene lugar en Madrid
La ONG ha lanzado una campaña de Emergencia Climática tras la última ola de calor extremo que sufrió la India con temperaturas de más de 50 grados
Temperaturas de 50 grados y mil millones de afectados: la ola de calor que pone en jaque a India y Pakistán
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Iniciar sesiónActualmente la temperatura en Anantapur, un distrito en el sureste de la India, «es mucho más suave» que hace unas semanas, ronda los 35 grados, un gran alivio respecto a las que sufrió buena parte del país –y en especial el noroeste y el centro–, ... además de Pakistán, durante los meses de marzo y abril, que alcanzaron un récord histórico al superar los 62 grados en la superficie y casi 50 en el aire . Han sido las mayores registradas en los últimos 122 años. A este fenómeno se sumó la disminución de las lluvias en un 70%, provocando una sequía que desencadenó miles de incendios (en abril se detectaron en tres días más de 7.800). La India ardía y no había forma de apagarla.
Esta ola de calor extremo llevó al Gobierno de Modi a declarar el estado de alarma en el país , pues afectó principalmente al sector de la agricultura (el 70% de la población se dedica a ella), pero además muchas regiones, incluidas Delhi y sus alrededores, sufrieron cortes de energía y escasez de agua. También alteró la vida cotidiana de millones de familias, que tuvieron que cambiar sus hábitos de trabajo -imposible trabajar a partir de las 10 de la mañana- lo que supone la pérdida de ingresos; y muchos niños no pudieron acudir a las escuelas, cerradas por orden de las autoridades. «Muchos menores que tienen que ir a la escuela tienen hemorragias nasales, no se puede soportar esta ola de calor», justificó entonces la ministra principal de Bengala Occidental, Mamata Banerjee.
A pesar de que la India es un país acostumbrado a las altas temperaturas, en los últimos años se ha producido un aumento de las olas de calor y se ha acortado la distancia temporal entre ellas. Según el Departamento de Meteorología indio se han registrado 600 días de calor extremo en la última década, lo que ha provocado más de 10.000 muertes. Sin embargo, la última ola fue diferente, según explica a ABC, a través de zoom, Moncho Ferrer , hijo de Vicente Ferrer y director de la fundación que lleva su nombre y que está situada en Anantapur. «Todo el país sufrió la ola de calor. Era difícil vivir, salir a la calle con las altas temperaturas. La India tiene mucha producción de agricultura, y este calor tuvo un gran impacto en la producción de trigo. Vamos a tener millones de toneladas menos. Por eso, el Gobierno tomó la decisión de no exportar trigo -India es el segundo productor del planeta- al resto del mundo de momento, hasta asegurar el abastecimiento del país», justifica.
Las consecuencias de la ola de calor llevaron al Gobierno indio a decretar la prohibición de la exportación en el mes de mayo por miedo a no poder abastecer a su población (la decisión se flexibilizó semanas después). India anualmente recoge unos 107 millones de toneladas -cifra que este año iba a ser mayor-, lo que supone un 13,5% de la producción mundial. Sin embargo, la ola de calor habría reducido esta cantidad a 100 millones, once millones menos de la previsión realizada. Esta disminución se produce en un escenario de desabastecimiento mundial muy importante debido a la guerra en Ucrania , cuyas exportaciones se han reducido drásticamente -a principios de este mes habrían bajado un 40%-, por el bloqueo de los puertos por parte de Rusia. Ambas situaciones -la de Ucrania y la de India- han provocado a su vez que los precios del trigo se disparen.
Prohibición de exportaciones de trigo
La prohibición, sin embargo, no afectaría a los compromisos ya contraídos con determinados países, habituales receptores de estas exportaciones, y a los muy vulnerables. «Ahora con el conflicto en Ucrania, todo está cambiando. De hecho el Gobierno indio ha dicho que no va a prohibir todas las exportaciones, que examinará caso por caso, y situaciones donde hay una necesidad urgente. Además de cumplir con los acuerdos ya existentes», explica Ferrer. «El Gobierno de la India quiere ser muy solidario con el mundo, y por ello quiere colaborar con otros países y no prohibir las exportaciones de grano al 100%. Los acuerdos que hay antes se van a cumplir. Y veremos cómo siguen los monzones, que comienzan ahora».
«El Gobierno de la India quiere ser muy solidario con el mundo, y por ello quiere colaborar con otros países y no prohibir las exportaciones de grano al 100%»
En el distrito en el que se encuentra la Fundación Vicente Ferrer (FVF) esperan las lluvias como el milagro que da de beber a la tierra y a las cosechas, un milagro, que por exceso –las inundaciones son otra de las consecuencias del cambio climático– también puede perjudicar a la agricultura. «El año pasado recibimos lluvias que para nosotros eran mucho más que un sueño. Todos los campos estaban llenos de cacahuetes –típicos de esta región–, algo que no se veía desde hace años. Pero al final sufrimos porque recibimos demasiada... Todo ha cambiado: cuando tiene que llover, no lo hace; cuando no tiene que llover, llegan un montón de lluvias...», se lamenta Ferrer, quien desde 2021 es director ejecutivo de Programas Globales de la ONG, que fue creada en 1969 por su padre Vicente Ferrer (fallecido en 2009) y su madre, la periodista Anne Perry -hoy Anna Ferrer-, que es actualmente la presidenta de fundación.
Esto ha contribuido a aumentar la pobreza. «Siempre que hay una sequía afecta a la economía del país. Esta región, y gran parte de la India depende de la agricultura, y ésta de la lluvia. Si esta no llega, la gente tiene que emigrar porque no hay trabajo ».
Tras esta última ola de calor, la ONG lanzó una campaña Emergencia Climática para recoger firmas y exigir a la ONU medidas urgentes que eviten el riesgo para la salud y el medio ambiente ; y alertó de que el año 2050 unos 200 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria a causa del clima extremo y los desplazamientos. «La gente se traslada a las grandes ciudades: puede ser que solo haya trabajo para el padre en una, la madre se tiene que ir a otra, los hijos se quedan con los abuelos... Las familias están básicamente destruidas. Esta es una de las grandes consecuencias de la sequía, que provoca el incremento de la pobreza».
🔴 La India ha sufrido la peor ola de calor en 122 años, con temperaturas que ponen a prueba el umbral de supervivencia humana. Fenómenos extremos como este son cada vez más frecuentes en el planeta.
— Fundación Vicente Ferrer (@fvicenteferrer) June 5, 2022
🔴 Es hora de ACTUAR.
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Educación frente al matrimonio infantil
Otra consecuencia es el paso atrás que supone para la recuperación de ciertos derechos para las niñas, como es la educación, lo que les permite esquivar uno de los grandes problemas en la India: los matrimonios infantiles . Una práctica que, a pesar estar prohibida por ley –a las menores de 18 años– se ha seguido realizando en las zonas rurales donde es más difícil detectar los casos. Si bien, el Gobierno ha hecho esfuerzos por reducir estos matrimonios, la pandemia y el incremento de la pobreza por falta de trabajo pueden hacer repuntar la cifras. También es un hecho que en la India, especialmente en las zonas rurales, las familias dan preferencia a la educación de los varones y el 80% de las niñas abandonará sus estudios sin terminar la secundaria.
«Una de las cosas que hemos notado en todos estos años es que si las niñas están estudiando, en la escuela, los padres no toman decisiones para casarlas; pero si no están estudiando, están trabajando, una de las cosas que tienen en la cabeza es la de organizar la boda y quitarse la responsabilidad de esta niña de sus manos para pasarla a otras manos. Por eso es muy importante que continúen en la escuela, pero la sequía, la emigración... no ayuda en esta lucha», subraya Ferrer, tras recordar los resultados positivos logrados por la FVF en los últimos años. «Hemos conseguido un porcentaje muy alto en la retención en la escuela en los grados de primaria y secundaria, pero mi miedo es que con la pobreza poco a poco vamos a ver cambios en estos aspectos».
Sobre cuántas personas en total se habrían desplazado en el interior de la India como consecuencia del cambio climático, responsable de la sequía, la pérdidas de trabajos y el aumento de la pobreza, Moncho Ferrer afirma que es «muy difícil tener datos», pero que son cientos de millones de personas las que se han desplazado, en un país que tiene casi 1.400 millones de personas, y que podría convertirse en el más poblado del mundo, por delante de China, en unos pocos años.
Energías fósiles y renovables
La gran paradoja de la India es que a pesar de ser una de las grandes víctimas del cambio climático, sigue dependiendo de las energías fósiles, como el carbón (es uno de los mayores importadores del mundo), responsable del 70% de su energía eléctrica; pero al mismo tiempo es uno de los países que más rápido están integrando las energías renovables, para hacer una transición del carbón al hidrógeno verde. «El Gobierno realmente tiene planes de energía alternativa, porque ahora mismo no hay suficiente carbón, lo que provoca constantes cortes de electricidad. Hay un gran problema, y la India debe mirar al futuro y ver qué otras opciones hay, porque no podemos depender siempre del carbón. Estamos viviendo las consecuencias de esto. Y, por eso, la India está trabajando para tener energías limpias», señala Ferrer.
¿Pero, llegará a tiempo ese cambio? «El mundo va muy lento. Es algo innato del ser humano: nunca actuamos si no hay una emergencia -lamenta Ferrer-. Ahí está el conflicto en Ucrania, todo el mundo quiere ayudar. Sin embargo, con el cambio climático no actuamos así. No lo vemos tan grave. Es como el ‘slow poison’ (un envenenamiento lento). Cuando lo notamos es bastante tarde. Ese es mi miedo. Aquí, por ejemplo, en Anantapur, que sufre sequía, hay leyes que prohíben hacer más pozos, pero la vida es así. Un campesino necesita agua, y la única manera de conseguirla es abriendo un pozo. Y no podemos hacerlo. Estamos explotando las aguas subterráneas mucho más de lo que esta tierra puede aguantar. Las generaciones que van a venir lo van a notar mucho más que nosotros. Por eso, hemos lanzado una campaña para que la gente tome conciencia de esto. Hay que actuar ahora, cada uno puede hacer algo. Tenemos que pensar que el cambio climático es una emergencia, y si lo tratamos así creo que vamos a avanzar mucho más rápido».
«Es importante que la sociedad civil actúe y haga suficiente ruido para que nos escuchen y tomen nota de la emergencia que existe», afirma Moncho Ferrer
La FVC, tras la ola de calor extremo que sufrió la India, lanzó una campaña de emergencia climática esta primavera y realizó un llamamiento a la ONU: «Si la gente no le da importancia a lo que está sucediendo, las organizaciones internacionales y las autoridades tampoco se la van a dar. Es importante que la sociedad civil actúe y haga suficiente ruido para que nos escuchen y tomen nota de la emergencia que existe».
Día Mundial de la Desertificación y a Sequía
La fundación también ha hecho otro llamamiento con motivo del Día Mundial de la Desertificación y la Sequía, que tiene lugar este viernes en Madrid . La cita, promovida por la ONU, reunirá a líderes de todo el mundo para debatir formas para paliar los efectos del cambio climático (la sequía y la desertización provocan en la actualidad la migración del 3,6% de la población mundial, según la Organización Internacional de Migraciones). En este encuentro participarán, entre otros, António Guterres, secretario general de Naciones Unidas; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ; la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera ; el secretario ejecutivo de la UNCCD, Ibrahim Thiaw ; el comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius ; el presidente de la COP15 de Desertificación y ex ministro de Bosques y Agua de Costa de Marfil, Alain-Richard Donhawi ; y la activista climática y fundadora de la iniciativa PaTree, Patricia Kombo .
La India destaca entre los países que se están convirtiendo en una zona desértica como consecuencia de las olas de calor extremo. Para la ONU, este fenómeno es el inicio de una catástrofe global si no se le pone freno al cambio climático. Dicho organismo alerta, además, de que la sequía podría convertirse en la próxima pandemia con el aumento de las temperaturas globales. Por esa razón, la Fundación Vicente Ferrer pide a los líderes políticos que estarán este viernes en Madrid que actúen con «firmeza, urgencia y compromiso» para paliar las consecuencias del cambio climático.
Ante el futuro, marcado por el incremento de las olas de calor, Moncho Ferrer es consciente de que estas son consecuencia de cómo tratamos nuestra tierra: «Si abusamos vamos a sufrir, esa es una consecuencia natural del mundo. Es una consecuencia de la producción y de querer más. Hasta cuándo puede dar recursos nuestra tierra... Hemos perdido nuestra conexión con la naturaleza. Nos hemos ido en otra dirección y tenemos que volver para recuperarla», reclama.
«Hasta cuándo puede dar recursos nuestra tierra... Hemos perdido nuestra conexión con la naturaleza. Nos hemos ido en otra dirección y tenemos que volver para recuperarla», reclama Ferrer
La propia ONG, que a lo largo de más de cinco décadas -fue fundada por Vicente Ferrer en 1969- ha desarrollado su labor en torno a tres ejes –medio ambiente, género y solidaridad–, está aportando su «granito de arena» poniendo en el centro de todas sus acciones y proyectos al medio ambiente y concienciando a la población de la necesidad de trabajar juntos para paliar los efectos del cambio climático, uno de los principales retos para la fundación. «Tenemos muchos retos, pero este es uno en el que trabajamos desde hace tiempo, pero sí es cierto que es la primera vez que somos conscientes de que esto tiene que ser algo prioritario. Estar en las escuelas, hablar con los niños y niñas, con las familias... No podemos dejarlo. Debemos colaborar todos: la sociedad civil, el Gobierno... ».
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