«¡Me va a matar!»: el asesinato a una mujer en Tenerife eleva la cifra de violencia de género entre jóvenes

De madrugada y clavándole un cuchillo en el cuello: así acabó Jaime B.H., nacido en Colombia, con la vida de Sara, una joven leonesa que vivía con su abuela con alzhéimer y que convivía desde hacía dos meses con su asesino, con el que mantenía una relación sentimental desde hace medio año.

Según los testimonios de los vecinos del edificio, pasadas las cuatro y media de la madrugada, se empezaron a escuchar gritos de auxilio desde una de las viviendas del último piso. El vecino del bajo, que se despertó escuchando a la abuela de la víctima que había bajado a la calle gritando en busca de ayuda, comentaba que a través de un patio interior escuchó las pisadas de la joven corriendo por su casa intentando huir de su agresor mientras gritaba con desesperación «¡Socorro, por favor, que me va a matar, me va a matar !».

En el municipio valenciano de Manuel, la Guardia Civil sigue investigando la desaparición de Marta Calvo, una joven de 25 años a la que se perdió el rastro la noche del 6 al 7 de noviembre tras quedar con un hombre argentino —que también se encuentra en paradero desconocido— al que había conocido a través de una página web de citas.

Pese al énfasis que se pone en tratar de concienciar a los más jóvenes sobre la lacra que supone la violencia de género, el mensaje no termina de calar en esta parte de la población. Lo que falla en la mayoría de los casos es, según los expertos, la educación . Así lo asegura Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres, para quien «no hay suficiente educación en valores o afectivo-sexual en los colegios», de manera que el modelo imperante entre las relaciones más jóvenes es, a su juicio, «muy tradicional», construido sobre todo a través de productos culturales como pueden ser la televisión, el cine o la música . «Hay una necesidad de intervenir en la educación de los más jóvenes para implantar los valores, la prevención de la violencia de género y la igualdad», explica.

Impartiendo charlas en institutos ha sido como desde la asociación Mujeres Unidas contra el Maltrato se han dado cuenta de uno de los principales problemas: muchos jóvenes no son conscientes de que su relación se basa en el maltrato hasta que se ven reflejados en otras situaciones de violencia de género. Así lo explica Rocío Peces, coordinadora general de la asociación, para quien la solución empieza por la educación. «El camino es incorporarlo a las aulas , a través de una coeducación en la que no haya roles asignados», remarca.

Pero las redes sociales y los teléfonos móviles influyen también en este tipo de violencia de género que suele ser comenzar de forma psicológica . «En las relaciones entre los jóvenes, empieza a través del control de las redes sociales o del móvil, con formas sutiles como "estás en línea y no me contestas" , "no me gustan ese tipo de mensajes que mandas", etc.», relata.

Preocupados por la sintomatología machista entre los jóvenes , las últimas campañas del Ministerio de Igualdad se han dirigido, en tono de rap y más próximo a las adolescentes que a la población adulta, a este «nicho» de probables nuevas víctimas de violencia de género. «Me pide una foto del lugar donde voy, y con quién voy. Se la mando sin problemas», confiesa Nuria, de 15 años. «¿Y tú haces lo mismo?». «También lo hago». Es una conversación verídica en la puerta de un instituto de Madrid que esta joven está manteniendo con sus amigas.

A todo ello, se quiere poner freno desde el Observatorio de Violencia de Género del Poder Judicial que dirige Ángeles Carmona. La violencia de género repunta, mientras las denuncias todavía se resisten en el sector más juvenil . El último barómetro juvenil del Centro Reina Sofía de la FAD alertó a los padres de que un 28% de los jóvenes consienten un «maltrato» o una situación de control en su relación porque creen que deriva del amor.