La «guerrilla» del velo

A Najwa, la sumisión a su dios le ha costado veinte días de en una sala de visitas, apartada de sus compañeros, por incumplimiento del reglamento de régimen interno del centro educativo. Pese a los apercibimientos recibidos, la voluntad de los profesores de que cambiara de opinión y la medida de separación, Najwa se ha mantenido firme en su decisión. Ya lo dijo el viernes: «Pase lo que pase, no me quito el pañuelo».

Las cuatro, apartadas

Najwa volvió el viernes a su clase habitual, de 4º de la ESO, con el resto de compañeros. La joven estaba contenta. Pensaba que sería una medida definitiva, pero ayer, después de disfrutar de dos horas de excursión y que una profesora le permitiera estar en clase, la soledad volvió a su ser cuando otra docente, la de Matemáticas, la trasladó a una sala aparte. Al igual que Najwa, las tres nuevas adeptas al velo, de 3º de la ESO, fueron separadas después de la hora del recreo, las 11.30. Además, volvieron a casa con sus respectivos apercibimientos. Según informó Ep, los padres acompañarán hoy a las estudiantes para pedir explicaciones y ver qué ocurre con sus casos.

La escena de las tres muchachas con «hiyab» coincidió con la víspera de la reunión del Consejo Escolar del centro. Hoy se votará una posible modificación del artículo 32 de su reglamento. Dicho punto establece que no se podrán utilizar en el centro vestidos provocativos ni ninguna prenda que cubra la cabeza. Entre los quince miembros que hoy debatirán en el Consejo Escolar del Camilo José Cela, se encuentra el voto del Ayuntamiento. El alcalde del municipio, Gonzalo Aguado (PP), dijo a ABC que el Consistorio votaría en contra de que se llevara el pañuelo islámico en el centro.

La concejala de Educación de la localidad, María Jesús Castillo, explicó más tarde que existía un centro a 500 metros del de Najwa donde sí se permite el uso del «hiyab». Se trata del I.E.S. San Juan de la Cruz. El Ayuntamiento pozuelero insistió en que facilitarían el traslado a la joven.

La lucha podría continuar

«Mi hija sólo cambiará de centro si la Justicia lo determina», indicó ayer Mohamed, padre de Najwa. De ganar la mayoría que desestima el uso del velo en el centro, la familia Malha continuaría su batalla en los tribunales.

«Es una discriminación a las mujeres españolas. Es incomprensible que con la libertad que hay en España, país que ejerce la Presidencia europea en estos momentos, se esté vetando en un instituto a una chica ir con velo», argumentaba el progenitor.

Tras ser preguntado por el acto de las tres jóvenes que aparecieron con velo, Mohamed mostró su agradecimiento. «Están de acuerdo con mi hija. También lo están las comunidades islámicas y todas las religiones, incluso la católica, que nos ha manifestado su apoyo», declaró.

Nervios a flor de piel

Mohamed, presidente del Centro Cultural de Pozuelo de Alarcón, reconoció que su hija lo está pasando mal: «Está muy nerviosa. Está recibiendo críticas por parte de algunas personas. Le dicen que se vaya a su país, pero su país es España».

Mohamed emitía una voz entrecortada en cada una de sus afirmaciones. «Mañana [por hoy] se debate una decisión muy importante para el futuro de mi hija. Pedimos al alcalde que piense en sus hijos. Frustrar una educación por un velo es vergonzoso», apostilló. Hoy se saldrá de dudas. La suerte está echada.