La bendición del Papa, un gesto de perdón a la traición de su mayordomo

En estos momentos el mayordomo se encuentra recluido en una celda del cuartel de la Gendarmería Vaticana cumpliendo la condena de año y medio de prisión por «robo con agravantes» de centenares de documentos confidenciales del Papa. Como «Paoletto» había acumulado cinco meses de arresto preventivo, le queda, teóricamente, apenas un año de cárcel.

El mayordomo comparecerá el sábado como testigo de la defensa en el juicio a Claudio Sciarpelletti, un técnico informático de la secretaria de Estado que mintió a los gendarmes y al fiscal en los primeros interrogatorios pero que no ha pasado ningún documento al mayordomo, quien los tenía ya todos al alcance de la mano desde su mesa en la oficina de los secretarios del Papa.

La sombra que todavía se cierne sobre el mayordomo es que ha sido juzgado tan sólo por el delito de «robo con agravantes», es decir, por haber fotocopiado los documentos, pero no por el delito peor, que consiste en habérselos entregado a un periodista italiano quien, a su vez, los publicó en un libro el pasado mes de mayo.

Si bien el fiscal del Vaticano continúa la investigación sobre el segundo grupo de delitos y sobre posibles instigadores , es probable que no llegue a presentar cargos, pues el juicio al mayordomo dejó claro que actuaba en solitario impulsado, fundamentalmente, por su desequilibrio psiquiátrico que le llevaba a creerse «instrumento del Espíritu Santo».

«Paoletto» estaba convencido de que el Vaticano sufría una crisis escandalosa, de que el Papa era incapaz de resolverla y de que divulgar documentos confidenciales supondría un «shock mediático» capaz de devolver la Iglesia «al carril justo».

La comisión de tres cardenales presidida por el español Julián Herranz, escuchó largamente las explicaciones del mayordomo y trasladó al Papa su petición de disculpas por el daño causado. El Papa respondió a la carta privada con un gesto de perdón personal , también privado, que no se conocía hasta ahora.

Pero el pasado 25 de octubre, el día que el mayordomo ingresó en prisión después de algunos meses en arresto domiciliario, la secretaría de Estado del Vaticano advirtió que una medida de gracia del Papa requeriría, aparte del arrepentimiento, la petición de perdón de Gabriele a todas las víctimas de grave violación de su privacidad. Que son al menos medio centenar, empezando por el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone.