Fallece por Covid el arzobispo castrense, Juan del Río

Monseñor Juan del Río era el arzobispo castrense desde septiembre de 2008 y como tal tenía encomendada la atención espiritual de los militares, la Guardia Civil y la Policía. En total, unos 300.000 fieles dispersos por España y en distintas misiones en el extranjero.

Nacido en Ayamonte (Huelva) el 14 de octubre de 1947 y ordenado obispo en el 2000, el arzobispo castrense era una persona afable, sencilla y con gran sentido del humor . Su don de gentes le llevó a presidir la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales durante varios periodos. De hecho, el año pasado había vuelto a ser elegido para estar al frente de este organismo de la Casa de la Iglesia. Entre 2009 y 2017, monseñor Del Río además fue miembro del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española y en junio de 2009 entró a formar parte del Consejo Central de los Ordinarios Militares.

Su trabajo en la atención pastoral de las Fuerzas Armadas y los Cuerpos de Seguridad del Estado le llevó a crear en 2014 la primera Cáritas Castrense del mundo. Fue una iniciativa personal del arzobispo para que todas las parroquias castrenses pudieran trabajar en el ejercicio de la caridad, «uno de los pilares de la comunidad cristiana», afirmó entonces monseñor Del Río, durante la inauguración de su sede central en la ciudad de Madrid.

Ante la noticia de su fallecimiento, los capellanes castrenses, los equipos de gobierno del arzobispado y del seminario «San juan Pablo II», los seminaristas y el personal de la Curia trasladaron sus condolencias y se «unieron a la familia en estos momentos de dolor, además de elevar sus oraciones por el eterno descanso de quien fue su pastor» , concluye la nota del arzobispado.

Durante los once meses de pandemia, tres obispos han fallecido como consecuencia del Covid-19, aunque monseñor Juan Del Río era el único que estaba en activo. El obispo emérito de Ciudad Real, Antonio Algora, falleció en octubre del año pasado con 80 años, mientras que Alfonso Milián, obispo emérito de la diócesis de Barbastro–Monzón murió en noviembre, también con 80 años. Además, una treintena de prelados han pasado la enfermedad, aunque la mayoría de forma leve.