«La estrategia de Johnson es que los británicos veraneen en casa y así nos condena»
Destinos como Magaluf, la Costa del Sol, Tenerife y Benidorm prevén pérdidas millonarias
Reino Unido cierra sus fronteras y en España, destinos tan transitados por los británicos cada verano como la Costa del Sol, Benidorm, Tenerife y Magaluf se hacen cruces ahora de cómo sortearán la caída en picado de los ingresos .
En Magaluf, epicentro ... de los viajeros británicos en Baleares, impera la incertidumbre. Eso implica que el inicio de la temporada de verano se retrasa a principios de julio . Las reaperturas de hoteles se han paralizado en el archipiélago que tiene al británico como el segundo mercado emisor. Punta Ballena, meca del desenfreno británico, sigue con sus puertas cerradas. Sólo 35 de los 88 hoteles de Palmanova-Magaluf están abiertos. «La tarta no da para tanto», asegura Mauricio Carballeda, presidente de los hoteleros de la zona.
Las patronales Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB) y la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa (Pimem) creen que la «frustrante» decisión del Reino Unido obedece a intereses políticos y avisan del varapalo para la economía local. Sin ir más lejos, ayer mismo el turoperador Tui Inglaterra retrasó su regreso a Baleares al 20 de junio y Jet2 al 1 de julio. Los dos turoperadores piden explicaciones a Londres sobre por qué destinos como Baleares, con baja incidencia del coronavirus, están siendo vetados de la ‘lista verde’. Lo mismo sucede en Canarias: en el archipiélago hay islas como Gran Canaria con una incidencia de 27 casos por 100.000 habitantes, «mucho menor de la que tienen en Reino Unido», donde la variante Delta (como se denomina ahora a la cepa nidia) está haciendo estragos, se queja a ABC Theodorus Smulders , presidente de la AEAT, asociación de empresarios de alojamientos turísticos de la provincia de Las Palmas.
El presidente de la patronal empresarial en Canarias, Ashotel, Jorge Marichal, acusa «la mala noticia»: el sector estaba «expectante», pero la decisión «ha dado al traste con las grandes posibilidades de recuperar este verano y especialmente el mes de junio». Smulders tacha la estrategia de Johnson para reactivar el turismo nacional de totalmente injusta. Confía en el mercado alemán y holandés para amortiguar la pérdida de entre un 25 y un 40%de las pernoctaciones en este archipiélago.
La Costa del Sol, como el ersto de destinos españoles, rebaja sus previsiones para este verano, aún con el 48% de los hoteles cerrados pese a estar ya en temporada alta. Yahora el principal cliente no acaba de llegar. La Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) mostró ayer su preocupación, porque esta parálisis en los viajes provoca que Andalucía pierda ya en junio a un cliente valioso, que suponía el 30%de los viajeros antes de la pandemia. De ellos, el 70%de los británicos recalaba en 2019 en la Costa del Sol, la más afectada por la medida. El Gobierno español debería empezar a pensar en algún régimen de ayudas para el sector turístico, dijo José Luque, el presidente de Aehcos.
La Junta de Andalucía, a través del consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, demandó al Gobierno español que haga un esfuerzo desde el punto de vista de la diplomacia para recuperar el mercado británico trascendental desde el punto de vista económico.
«Golpe mortal»
En Benidorm se habla de un «golpe mortal»con la medida. El destino preferido de los británicos en España perderá el 70% de los beneficios este año. «El hecho de que desaparezca el 40 o 45 por ciento de la demanda en plena temporada estival, que para nosotros va del 15 de junio al 15 de septiembre, significa que viviremos una repetición de la situación del año pasado», valoró el presidente de la agrupación hotelera autonómica Hosbec, Toni Mayor.
Como dato revelador del anterior verano, Mayor resalta que el 40% de la planta hotelera estuvo cerrada, debacle que no podrán compensar en 2021. «Es seguro que tendremos un buen invierno, cuando puedan salir de su país, pero los precios son una tercera parte en verano y eso no lo podemos cambiar, por los turoperadores, ya que planificamos todo con meses de antelación», señaló Mayor.
La esperanza está en que, en el mejor de los casos, el tránsito de viajeros se restaure a partir del mes de septiembre. «Estamos en una tempestad en altar mar y solo tenemos un flotador, el bocado que va sufrir la rentabilidad es irreversible», resume el presidente de Hosbec. También Smulders recurre al símil naval: «El barco zarpará desde septiembre, pero no lo hará con velocidad de crucero».
En este contexto desalentador, el sector apela a la «clemencia» que todavía no ven por parte del Gobierno de Pedro Sánchez al no destinar ayudas directas y específicas a las empresas afectadas.