Estados Unidos huye de la 'diplomacia de las vacunas'

EE.UU. ha apostado fuerte por la vacunación de su población (primero, con el desarrollo de vacunas impulsado por la Administración Trump; después, con los esfuerzos en la contratación de más dosis y el impulso de la campaña de vacunación de la Administración Biden) y no tanto por la llamada ‘diplomacia de vacunas’. Mientras Rusia ha compartido la Sputnik con países de todo el mundo, una forma indiscutible de fortalecer relaciones e impulsar intereses, EE.UU. ha priorizado la inmunización de puertas adentro. Joe Biden ha defendido en muchas ocasiones desde que llegó a la Casa Blanca que primero se vacunará a los estadounidenses antes de compartir el arsenal de vacunas con el resto del mundo . Las únicas excepciones han sido sus dos vecinos, México y Canadá, con quienes ha acordado compartir cuatro millones de dosis.

La cooperación internacional en la pandemia es de momento financiera. EE.UU. ha comprometido 4.000 millones de dólares con Covax, la organización secundada por la OMS para distribuir la vacuna por todo el mundo.

Con el número de dosis contratadas a EE.UU. y sus 320 millones de habitantes les sobrarán vacunas. Pero la Administración Biden no quiere de momento emular a los rusos y su Sputnik. Está por ver, por ejemplo, la eficacia de algunas vacunas autorizadas en EEUU en nuevas variantes del virus y lo que dura la inmunidad, lo que podría requerir de dosis de recuerdo.